Caminé hasta él aún en completo shock empezando a sentir la humedad de mi ropa calar hasta los huesos otra vez. Nunca había sentido tanto arrepentimiento sobre una decisión en tan poco tiempo. Me ahogué, y solo me di cuenta de eso cuando me llamó princesa. Tuve que forzar mi garganta para que saliera la voz, y ni siquiera lo hizo del todo. Fue como el gemido de un gato moribundo, demasiado cansado si quiera para refutar nada. — Cállate. — Ni siquiera era una orden. Era una súplica. Le conocía desde hace tiempo, lo bastante como para que me hubiera acostumbrado a ese ridículo apodo. Tenía un nudo terrible en la garganta mientras le vi ahogarse poco a poco en su propia sangre y luego morir.

Owen acababa de morir.

No. La realidad era que Owen estaba muerto porque YO lo había matado.

Fue irracional pero me abalancé sobre él. Arranqué de un tirón la lanza del pecho, como si así pudiera arreglarlo todo, regresar el tiempo atrás y evitar hacer lo que acababa de hacer. — ¡Owen! ¡OWEN DESPIERTA! ¡NO TE PUEDES MORIR! ¡DESPIERTA! ¡MALDITA SEA, DESPIERTA! Perdóname. Perdóname. Por favor, perdóname. YO no quería. Perdóname. No te vayas. — Estaba completamente fuera de mis cabales. Le gritaba con la voz ahogada, que era más respiración que voz. Pero la única respuesta que recibí, fue un cañonazo. — ¡NO! — Pasé mis manos por sus orejas, como si pudiera tapar el ruido del cañonazo y con eso, evitar su muerte. Puras acciones irracionales en un momento de quiebre emocional.

Los brazos de Winter me rodearon y al principio me resistí de forma irracional. Sé que dijo algo pero no la escuché. Intentó atraerme hacia ella para consolarme y aún así, me aferré con fuerza a la ropa de Owen hasta que se me entumecieron las manos. Sé que lloré, aunque no soy consciente de cuanto. Sé que me quedé totalmente vacío después, cuando ya no me quedaron más lágrimas. Por un instante nada me importó, solo dejé que el sonido del corazón de Winter calmara mi cabeza, como tantas otras veces, en situaciones completamente diferentes. — Les odio — Murmuré. Separándome de ella, lentamente, cuando por fin recuperé la compostura. — A los rebeldes. Les odio — Especifiqué, mirándola fijamente durante un rato, buscando un consuelo que parecía imposible que se llenara en algún momento. — Ellos nos trajeron a todos acá. Por ellos estamos muriendo. — No, muriendo no. — ... estamos obligados a hacer esto. — Bufé. —  Le venden a la gente libertad cuando viven en una cúpula; le dan esperanza a la gente mientras roban la casa de otras personas; dan discursos moralistas sobre un mundo idílico con los humanos cuando fueron ellos los que empezaron a matarnos.  — Sí, prestaba atención a clase de historia; que fuera famoso, vistiera ropa bonita, me ganara la vida vendiendo mi imagen y fuera adicto a la atención no significaba que fuera imbécil. — Estoy harto. Cuando salga de aquí pienso matarlos a todos. — No se lo decía a ella, no se lo decía a nadie en particular. Era una promesa que estaba haciendo para mi mismo y que pensaba cumplir a rajatabla porque no pensaba morir aquí.

Recogí el arma del suelo, también la botella de agua que llevaba Owen encima, del desiluminador que encontré en sus bolsillos y me alejé, negándome a ver el cadáver del chico un solo minuto más. El final de la lanza se arrastró por el suelo mientras caminé, dejando esos árboles atrás. Me acerqué a la orilla para meter el arma por completo y limpiar la sangre, pasando un buen rato limpiándola incluso de más, temiendo que la sangre de Owen se quedara incrustada en el arma para siempre. Limpié la antigua botella de Owen de sangre también, y rellené la de la mochila. Eventualmente, Winter y yo nos acomodamos junto a un árbol para resguardarnos de la lluvia. Sus hojas eran lo bastante frondosas como para que las gotas no llegaran excepto cuando el viento nos las aventaba en la cara. Pegué mi cuerpo al de ella por inercia para retener el calor, dejando que nuestros brazos estuvieran prácticamente uno encima del otro. Me mantuve en silencio todo el tiempo porque aún rumiaba en el fondo de mi cabeza la idea de que ella se hubiera sentido incluida en el "los mataré a todos", cuando en realidad, me refería a los malditos rebeldes. Ellos me habían traído al mundo, ellos me habían tirado a la basura, eran los culpables de que hubiera acabado en este sitio y sí, pensaba vengarme, a costa de mi propia alma si hacía falta.

Las horas fueron pasando y la ira se disipó, o al menos se fue amortiguando por el cansancio. Para cuando creí quedarme dormido, Winter también luchaba contra su propio sueño. — Descansa un rato. Me quedo despierto. — Le prometí, pero al final no cumplí esa promesa porque cuando la ira se evaporó y solo quedó el cansancio y la tristeza, también me dejé ir.

Interacción: Winter y Owen muerto
Viene de: -
Va a: -
Acción: dormir
Dados: -

Al parecer la niña estaba paranoica porque termino huyendo despavorida, me daba un poco de pena pero no tampoco podía ponerme a perseguirla o tratar de calmarla, lamentablemente todos estábamos por nuestra cuenta y ahora solo nos quedaba matarnos entre nosotros o que nos mataran, para la diversión de los de afuera supongo que la primera opción.

La lluvia volvió a caer y consideré acercarme a los árboles para cubrirme mientras el otro chico seguía allí, pero no se veía como alguien que fuera a pelear, en todo caso se veía bastante mal. De cualquier manera lleve mis manos a mis cuchillos por las dudas mientras me acercaba....Y en eso llego Eli gritando mi nombre y lanzando su arma. No tuve tiempo a reaccionar, el chico ya se encontraba atravesado.

Lo siguiente que supe fue que Eli se abalanzo sobre el cuerpo y grito para que despertara, Owen se llamaba. Lo que acababa de pasar era horrible, pero, no sabía si era el cansancio o que, no me afectaba de la misma manera que al principio. Así que busque abrazar a mi amigo y apartarlo del muerto.

- Eli, por favor para - le supliqué. Tardo un rato en calmarse y aunque la lluvia seguía y estábamos empezando a pasar frio de nuevo, no lo solté y me mantuve pasando mis brazos por su espalda para consolarlo.

Una vez que se sintió listo para hablar solo pudo soltar un par de frases culpando a los rebeldes y declarando que los mataría a todos, la verdad es que yo culpaba más al gobierno por hacernos esto cuando no éramos los culpables, pero no quería empezar una pelea y menos cuando estaba tan alterado.

Cuando se aparto para ir al lago, busque mover el cuerpo para que no lo viera tan directamente y busque un árbol que pudiera cubrirnos. Lo esperé y volví a abrazar cuando se sentó a mi lado. Mi cuerpo estaba agotado después de todo lo que había pasado pero mi mente no parecía ceder al sueño, y en lo que pasaban las horas la lluvia empeoró hasta incluso soltar granizo, lo que hacía que el repiqueteo en el suelo nos golpearan algunos hielitos. Pero de alguna manera el agotamiento pudo más y me dormí.

Interacción: Owen y Rebe
Viene de:
Va a:
Acción: Tratar de dormir
Dados:  

El sonido de la lluvia volviéndose más fuerte me despertó de un sobresalto. El granizo no tardó en empezar a caer. A veces pasaba por entre la copa de los árboles haciendo que cayera demasiado cerca nuestro, sinceramente no sé como Winter pudo dormir así. El primer golpe de una de esas bolas de hielo hizo que recogiera mis pies por inercia, por el frío al que me sometió de repente al chocar contra la piel desnuda. ¿Qué diablos tenían los vigilantes con la lluvia? Ya eran dos noches seguidas ¿verdad? Había perdido la noción del tiempo desde nuestra visita a aquel refugio y antes de ser atacados por la serpiente gigante.

Me reacomodé pegando de nuevo mi espalda al árbol. Durante la noche había resbalado sin apenas notarlo. Rebusqué en la mochila el regalo de los patrocinadores y volví a abrirlo. ¿Desayunar carne? mi madre me mataría. Pensé que se habría enfriado y puesto correosa después de tantas horas, pero el contenedor la había mantenido exactamente como recordaba cuando la había abierto por curiosidad la primera vez. Estaba como recién hecha, cosa que agradecí mientras me la fui llevando a la boca, dejándole la tapa encima cada que sacaba un trozo y lo masticaba, para mantener lejos el agua y también el hielo o las chispas de tierra que a veces saltaban cuando el granizo chocaba contra el suelo. Estaba tan rica. Eso mantuvo entretenida mi cabeza hasta que recordé la última vez que Owen y yo habíamos ido juntos a comer. También comimos carne. Le dije que era mi comida favorita incluso cuando él no pareció interesado en esa información. Nunca parecía interesado por nada, excepto cuando creía que nadie le miraba, entonces sí parecía interesado en mi y eso era lo que me gustaba.

Interacción: -
Viene de: -
Va a: -
Acción: Comer
Dados: -

No salí de golpe de la arboleda, no era estúpida. Menos sabiendo quienes estaban ahí el día anterior, cuando me fui. Me mantuve detrás de los árboles, con el cuerpo completamente pegado contra la corteza del más grueso de estos, y eché un vistazo alrededor del lago intentando localizar algo. Sin embargo, la lluvia no me dejaba ver nada. No sabía si aún estaban esos chicos por ahí, u otros nuevos, no veía nada más allá de dos metros frente a mi. Decidí quedarme escondida, hasta que viese por donde iba, y me quedé en el refugio de los árboles tomando asiento en una de las raíces elevadas, que de todas formas estaba empapada.

Interacción: -
Viene de: -
Va a: -
Acción: Se sienta a esperar que escampe un poco. No ve nada.
Dados: -

Me despertó un golpe de un hielo en la mejilla, entre abriendo los ojos realmente estaba sorprendida como había logrado dormir aunque fuera algo con ese clima. Supongo que el saco con la cola pareciendo un vestido si servía para algo.

Me desespérese y vi a Eli sentado a mi lado con comida en las manos.

- mmm desayuno - le dije mientras le robaba algo de carne, estaba muerta de hambre y agradecía que no iba a tener que pescar. Supongo que la cueva donde estuvimos era un buen lugar para esconderse del granizo y el barro pero aunque no fuera el lugar el ideal no quería moverme mucho por ahora. Aproveche también a tomarme otra pastilla de ibuprofeno y limpiar mis heridas con alcohol etílico.

Interacción:
Viene de:
Va a:
Acción: Comer. Usa ibu +3 y etílico +1
Dados:  

El tiempo fue pasando y me dio miedo moverme incluso después de que el granizo siguió cayendo. Lo bueno, al menos eso quería pensar, es que si decidiera moverme de mi lugar, nadie podría verme. El problema de visibilidad tenía que ser para todos, así que nadie jugaba con ninguna ventaja. El punto es si me movería hacia donde realmente debía, sin saber exactamente que había más allá de a dos o quizá tres metros por delante de mis narices.

Esperé, y esperé a ver si la lluvia se calmaba, pero solo lo hizo el granizo mientras las horas fueron pasando. Me llevé la botella a la boca para beber un poco de agua, dejándola pasar lentamente por mi garganta para refrescarla un poco.

Interacción: -
Viene de: -
Va a: -
Acción: beber agua
Dados: -

A pesar de que los árboles paraban parte de la lluvia, después de varias horas me había empapado de todas maneras. Al menos, ya no caía granizo. Sonreí a Winter cuando finalmente despertó y una vez terminó de comer, guardé las cosas en la mochila otra vez. Revisé el interior para ver si el agua había hecho mella en lo importante, pero la mayoría de cosas tenían su propio envoltorio, fuera de lo que fuera, por lo que habían conseguido sobrevivir. Le entregué una de las botellas de agua, la que antes había pertenecido a Owen y bebí de la mía, a sorbos lentos. — Deberíamos movernos. — Aunque con el torrencial de lluvia parecía tarea imposible. No sabía exactamente donde estábamos, y no veía tampoco mucho más allá de un par de metros delante de mis narices.

Interacción: -
Viene de: -
Va a: -
Acción: beber agua
Dados: -

Cuando ya me dolió el culo de estar sentada tanto rato entre las raíces de los árboles me decidí. Me levanté del suelo y guardé la botella entre el cinturón de mi pantalón, avanzando con calma, saliendo finalmente de la protección más gruesa de árboles. Me arrepentí en seguida porque las gotas densas de lluvia empezaron a golpear mi cabeza y me empaparon en un segundo.

Interacción: -
Viene de: -
Va a: Cornucopia 1/5
Acción: -
Dados: -

Me decía a mi misma que solo era agua, que no pasaba nada, pero no paraba de sentir el arrepentimiento queriendo hacerme regresar. No lo hice. Para atrás, ni para tomar impulso. Me regañé en voz alta a mi misma pero no me escuché por el ruido de la lluvia no solo cayendo contra el césped sino también contra el agua.

Interacción: -
Viene de: -
Va a: Cornucopia 2/5
Acción: -
Dados: -

Antes de darme cuenta estaba empapada hasta la ropa interior, lo que no fue tan cómodo. También me pesaba todo mucho más, especialmente los zapatos. Si no fuera porque de ellos dependía que pudiera correr, me los habría quitado. Me acerqué lo más que pude a las zonas donde aún habían árboles para frenar un poco el agua, pero con el torrente, no hacía gran diferencia.

Interacción: -
Viene de: -
Va a: Cornucopia 3/5
Acción: -
Dados: -

Tampoco quería alejarme demasiado del lago para saber más o menos por donde iba. En teoría, si me quedaba a la izquierda, tarde o temprano encontraría la puerta. En otro momento la cornucopia vista desde la entrada me habría dado una pista, pero acá apenas distinguía nada, y ahora era incluso peor porque llevaba también toda la cara mojada, y las pestañas ya no protegían mis ojos demasiado.

Interacción: -
Viene de: -
Va a: Cornucopia 4/5
Acción: -
Dados: -

Nunca me sentí tan emocionada de ver la entrada, aunque fuera algo borroso, hacia la cornucopia. O eso esperé. Era parecida a la que ya había recorrido otras veces y esperaba que no fuera otra, que llevase hacia otra parte. Tenía un mapa mental de como estaban las cosas más o menos, pero era imposible fiarse por completo. Era buena ubicándome pero todos sabemos que eso no te garantizaba nada. Me adentré en esa salida de todas maneras, total ¿Qué podía salir mal? ¿Qué tuviera que caminar más?

Interacción: -
Viene de: -
Va a: Cornucopia 5/5 (SALGO)
Acción: -
Dados: -

Un bramido se camufló entre los truenos. La lluvia comenzó a aflorar, dejando oír con claridad el segundo. Un aleteo rompió la noche.

La luz del fuego se alzó en el horizonte cuando las llamas brotaron en el campamento abandonado. Entre el humo, las alas de un enorme dragón negro se alzaron en la noche, quemando los árboles gigantes a su paso.

Un segundo dragón, de color rojo, se alzó por encima del lago. Su fuego quemó la arboleda y se extendió hacia el invernadero y el jardín de rosas.

Los animales rebolotearon sobre los tributos, fastidiando su paso. En cuanto todos se encontraron en la Cornucopia, aterrizaron. Inmóviles, solo se limitaron a bordearlos, interrumpiendo la salida.

Y si alguno de ellos deseaba salir, siempre podría terminar siendo un bocado.