Por fin veo como al final de ese campo, jardín, laberinto de flores se puede ver aquella fuente. Tenía una forma bonita, aunque no se muy bien de que, quizás es otra flor, como hay pocas. Bueno, da igual, me acerco corriendo y observo la misma en silencio unos segundos. Había muchas cosas así escritas en él. Eran nombres, pero no se, ¿quizás niños que estuvieron aquí antes? O quizás gente mala... ni idea.

Me encogí de hombros y me quedé mirando el agua en silencio. No sabía si debía beber o no. Por era agua y se veía fresquita y claro tengo sopa, pero no tengo agua como tal y quizás tenía que beber agua también. Pero igual también es mala. Pero y si es mala y no bebo... donde bebo? Jope, no se que hacer.

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1 Set de Cuchillos
1 Mochila Roja [Termo con sopa. Una navaja suiza. Una cuerda. Una naranja.]

Las horas pasan con lentitud y el sol se va moviendo de lugar hasta pasar el mediodía.

Nos encontramos en la tarde del 12 de agosto, 2472.

La temperatura sigue siendo elevada, pasando los 30°. Casi no se divisan nubes en el cielo.

El evento de la Cornucopia se da por finalizado.

Solo tres cañonazos suenan en el aire. La lógica informa que quedan diecisiete tributos con vida.

**Los tributos PNJ no podrán ser narrados o asesinados por los personajes participantes. Los mismos serán utilizados por la administración para evitar el metarol.

Me quedé mirando aquel agua un rato, pero la verdad es que ahora mismo todavía no tenía sed, a si que quizás... podía venir luego a la fuente a beber agua. Si. Esa sería una buena opción, por que además es que no tengo ningún sitio para guardar agua. Por que no iba a guardarla en... bueno, cuando me bebiese el caldo podría, pero por ahora creo que mejor no, por que no voy a tirar una sopita entera.

- Volveré fuente, no te muevas de aquí. - Esperaba que no se moviese, aunque las fuentes no se mueven, pero quizás en este sitio si. A saber! Por si acaso, yo esperaba que no. Pero por ahora tenía que seguir corriendo para ver si encontraba a Freya o a alguien que no me quisiese matar.

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Miré a mi alrededor cuando me fijé en que había un sitio así muy chuli de cristal entre los árboles. A lo mejor allí me podría esconder. Si, si, solo debía ir corriendo hacia allí y... Me quedé mirando un segundo más la fuente y luego negué despacio, volvería a beber más tarde, ahora debía buscar donde dormir antes de que se haga de noche. Si, si, debo hacerlo. A si que.. salí hacia ese sitio mientras tomaba con fuerzas las asas de la mochila.

No sabía donde estarían los demás niños, pero el sonido de tres cañonazos me habían hecho casi tirarme al suelo del susto. Eso... eso es que habían muerto ya tres niños? A la... no podía acabar de asimilar algo así. No quería morir, no quería, solo quería ser feliz con Ciel y aprender a cuidar a muchos animales y seres. Eso quería.

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Seguí andando hacia aquel lugar a pesar de haber escuchado aquellos cañonazos. Seguía preguntándome donde estaban los demás niños, pero sobre todo, donde estarían aquellos niños a los que ya habían matado. Me daba miedo encontrarme con ellos y tener que hacerles daño o tener que salir corriendo. Por que... disparar jugando o de mentira en un videojuego estaba bien. Pero aquello era de verdad.

¿Podría tirarle a un niño un cuchillo? O clavárselo.. No sonaba bien eso. Nada bien. Desde luego que no. Pero quizás, si llegaba el momento, tendría que hacerlo. Por que... no puedo dejar que me maten. No soy tan tonto jope.

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Como sea veo como me voy acercando al sitio ese y deja de estar solo entre los árboles para estar frente a mí. - Es un invernadero! - O eso parecía, un sitio lleno de plantas. Quizás allí pueda encontrar plantitas de esas que nos habían enseñado en el sitio de entrenar. De las que servían para curar. Si, si. Por que ahora estoy bien, pero si me hago daño necesitaré.

Que bien. Y quizás halla más cosas chulis o no y haya otros niños, pero no me he cruzado con ninguno. Mejor saco el tirachina y me preparo para cualquier cosa. Vamos Nick, tu puedes!

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Va a: Invernadero [Post 5] Me piro al invernadero(?)
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El sol se va moviendo hasta empezar a esconderse en el horizonte. Tras un atardecer que pinta el cielo de naranja y rosado, las estrellas se hacen notar.

Estamos en la noche del 12 de agosto, 2472.

La temperatura ha disminuido tan solo un poco. Sopla una ligera brisa.

Un lobo aúlla a lo lejos.

Poco a poco, el sol comienza a asomar en el horizonte. El cielo comienza a iluminarse, dando paso al segundo día.


Le temperatura ha bajado tan solo un poco, pero el cielo muestra algunas nubes pesadas.

La mañana queda atrás y unas gotas de llovizna empiezan a caer del cielo.

La tarde avanza mientras las nubes grises copan el cielo. La lluvia se torna densa, así que es momento de buscar refugio.

Estamos en la noche del martes 13 de agosto, 2472.

El himno suena en cada rincón de la arena. El rostro de  @Frederick Booth, del Distrito 06, ilumina el cielo antes de que solo vuelva a escucharse la lluvia.

Poco a poco, la lluvia comienza a menguar. El suelo se encuentra embarrado y la temperatura ha bajado hasta los 20°. Las nubes se han dispersado, pero se ha levantado una pequeña brisa.

Nos encontramos en la mañana del miércoles 14 de agosto, 2472

Las nubes grises empiezan a desaparecer y el sol calienta un poco más. El viento, no obstante, sigue soplando. Por momentos, el suelo parece temblar a lo lejos, como si algo de enorme tamaño estuviese en movimiento. Suerte para los tributos, aún no decide salir de su escondite.


Estamos en la tarde del 14 de agosto, 2472.

Las horas van pasando y el sol se oculta detrás del horizonte. Las vibraciones en el suelo se han detenido y el silencio se hace notar.

Nos encontramos en la noche del 14 de agosto, 2472.

El sol comienza a salir entre los árboles, dándole paso a un nuevo amanecer. Las nubes se apilan para enseñar una mañana nublada y fresca.

A pesar de que no cae lluvia, las nubes grises son oscuras y copan todo el cielo. La temperatura ha bajado de forma considerable y el viento se levanta con fuerza.

Nos encontramos en la tarde del 15 de agosto, 2472.

El borboteo de la fuente hizo que Miranda se detenga con curiosidad. Sus dedos rozaron el mármol, inclinándose sobre el mismo para poder ver el detalle de los nombres que sobresalían en su superficie. En otro momento, le habría parecido una obra hermosa.

Se distrajo cuando el himno le hizo levantar la cabeza. Los rostros de los tributos iluminaron el cielo, el cual se había oscurecido sin que se diera cuenta.

— ¿Quieres dormir aquí? Tengo una manta — la temperatura le hizo frotarse los brazos. Las gotas pequeñas le pellizcaban la piel, así que no tardó en sacar la manta y colocarla a un lado de la fuente —. Ya estoy extrañando el invernadero…

Interacción:  @Ashton C. Pearson
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Le sorprendió la presencia de una fuente de agua que podría encontrar en cualquier ciudad del país en medio de la arena. Hasta ahora todo parecía ser un enorme bosque, pero comenzaba a pensar que la arena estaba construida de una forma mucho más compleja.

Tragó saliva al escuchar el himno, pero esta vez alzó la cabeza para ver los rostros de los que habían fallecido. Intentó mantener la compostura y mostrar respeto tanto por Nick como por los tributos del once, pero lo que más quería saber era a quiénes pertenecían los otros dos cañonazos. Fue un alivio ver que eran los tributos del doce.

El cansancio acumulado hizo que bostezara, a la vez que la brisa nocturna le erizaba la piel. —Será lo mejor, llevamos mucho sin dormir —observó la manta cuando Miranda la sacó de la mochila, extrañado—. Espero que sea lo suficientemente grande para los dos —poco a poco, se acercó hasta el lado de la fuente donde estaba Miranda. Miró al cielo una vez desvanecidos los rostros de los caídos y pudo ver perfectamente las estrellas—. Era un sitio demasiado bueno para ser real —suspiró—, pero tenías razón cuando decías que era mejor que nos moviéramos.

Interacción: @Miranda O. Banasiewicz
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