Más allá del cielo, donde se esconde la muerte y se consume la vida, las cuatro deidades moran.

Quienes rigen los hilos del mundo y de la existencia siempre han buscado la manera de forjar el equilibrio y la perfecta armonía, el caos y la paz han formado parte del sin fin de situaciones que subyacen en la tierra, así estaba escrito.

Los Senexus Exicial no han intervenido trascendentalmente en la historia del nuevo mundo, pues el tiempo no les preocupa, quizás, no tanto como debería.




Desde su morada Amynus observa los hechos, reconoce de inmediato la ira de los magos y su fuego hierve en la sangre de todo aquel cuyo motivo sea la venganza; entonces la furia y el descontrol lo invaden, aquel ser no conoce la compasión.

Él conoce la existencia de la bruja de gran poder que osó atentar contra la integridad de su creación y que aún no ha recibido el azote divino, Amynus no tiene nada que pensar, de inmediato desaparece dejando atrás la estancia de los Dioses. El primero ha bajado.

Mientras tanto Delphini dirige a sus mortífagos hacia su objetivo final, profanar la línea mágica en Azkaban le dará el poder suficiente a ella y sus aliados para avanzar en sus macabros planes, se han apoderado del lugar y las pocas almas que sobreviven en la prisión no pueden hacer nada contra ellos.

La bruja llega finalmente a la guarida de la línea mágica y la libera, pero Riddle ambiciosa de poder ha fallado en su intento, aunque su hechizo destruye la formación de piedra con runas, no ha liberado el poder de la línea mágica, ha liberado de forma impremeditada al quinto de los Senexus, Ekrizdis.