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Tras años de represión y batallas libradas, hoy son los magos los que caminan en las calles más pulcras del Capitolio. Bajo un régimen que condena a los muggles y a los traidores a la persecución, una nueva era se agita a la vuelta de la esquina. La igualdad es un mito, los gritos de justicia se ven asfixiados.
Existen aquellos que quieren dar vuelta el tablero, otros que buscan sembrar la paz entre razas y magos dispuestos a lo que sea para conservar el poder que por mucho tiempo se les ha negado. La guerra ha llegado a cada uno de los distritos.
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Entrevista Distrito 04
Domingo 13 de Agosto. 2471. 20 p.m.
El escenario había sido montado en el teatro más lujoso del Capitolio. Las butacas estaban repletas de ojos curiosos, miembros de la élite de la ciudad que buscaban juzgar por cuenta propia al pequeño montón de traidores que se estaban jugando un lugar dentro de la sociedad. Una carta de perdón, la prueba de que merecían seguir respirando a pesar de todos sus pecados.
Las cámaras de televisión se encontraban en cada uno de los rincones, pero la mayoría estaba puesta sobre las tablas. Iluminado por los reflectores que se movían en todas direcciones, el escenario se preparaba entre los murmullos y aplausos de la multitud. La música retumbó con fuerza cuando una voz masculina en off inundó el teatro, encargándose de presentar a la única y maravillosa… ¡Zirconia Chrysalis!
Tal vez los tributos no eran celebridades, pero Zirconia sí y vaya que el público la amaba. Muchos se levantaron de sus butacas para recibirla, mientras la conductora gritaba con voz estridente. Carecía de micrófono, lo que delataba que las voces sobre el escenario estaban siendo aumentadas gracias a la magia. Su rostro se reflejó en cada uno de los paneles dispuestos para que el público no se pierda de los detalles.
— ¡Muy buenas noches, mi querido NeoPanem! — Exclamó. Llevaba las uñas postizas, de color naranja chillón, tan largas que era imposible ignorarlas cuando agitó las manos en el aire a modo de saludo — ¡Pero qué evento nos espera! Aunque me siento muy halagada por la cálida bienvenida que me han dado, todos sabemos que hoy yo no soy el centro de atención. Hay unos cuantos tributos que están aquí, ansiosos por que los conozcan y los acepten dentro de sus corazones. ¡Sí, escucharon bien! ¿Quieren oírlos a ellos? ¿Quieren ver sus rostros y descubrir cual vale la pena? ¡Es hora de que sepamos un poco más de su historia! Digamos que algunos puntajes me sorprendieron bastante… — no le dio la espalda al público cuando se acomodó en uno de los dos sillones individuales que decoraban el centro de la escena —. Y si ninguno los convence lo suficiente, pues al menos nos darán un buen espectáculo.
Todos ahí tenían en claro una cosa: era la última oportunidad que tenían para meterse al público en el bolsillo. Pasaron los del uno, los del dos.... los del tres habían sido tan olvidables que Zirconia dudaba de poder mantener la sonrisa falsa por al menos dos minutos más. Rogaba que los del cuatro estuvieran mejor.
— ¡Eso fue interesante! Bien. Podemos decir que la siguiente señorita es alguien cuyo puntaje nos ha sorprendido a todos. ¡Solo hay que ver su tamaño! ¡Denle la bienvenida a Xamara Seabridge!
Las cámaras de televisión se encontraban en cada uno de los rincones, pero la mayoría estaba puesta sobre las tablas. Iluminado por los reflectores que se movían en todas direcciones, el escenario se preparaba entre los murmullos y aplausos de la multitud. La música retumbó con fuerza cuando una voz masculina en off inundó el teatro, encargándose de presentar a la única y maravillosa… ¡Zirconia Chrysalis!
Tal vez los tributos no eran celebridades, pero Zirconia sí y vaya que el público la amaba. Muchos se levantaron de sus butacas para recibirla, mientras la conductora gritaba con voz estridente. Carecía de micrófono, lo que delataba que las voces sobre el escenario estaban siendo aumentadas gracias a la magia. Su rostro se reflejó en cada uno de los paneles dispuestos para que el público no se pierda de los detalles.
— ¡Muy buenas noches, mi querido NeoPanem! — Exclamó. Llevaba las uñas postizas, de color naranja chillón, tan largas que era imposible ignorarlas cuando agitó las manos en el aire a modo de saludo — ¡Pero qué evento nos espera! Aunque me siento muy halagada por la cálida bienvenida que me han dado, todos sabemos que hoy yo no soy el centro de atención. Hay unos cuantos tributos que están aquí, ansiosos por que los conozcan y los acepten dentro de sus corazones. ¡Sí, escucharon bien! ¿Quieren oírlos a ellos? ¿Quieren ver sus rostros y descubrir cual vale la pena? ¡Es hora de que sepamos un poco más de su historia! Digamos que algunos puntajes me sorprendieron bastante… — no le dio la espalda al público cuando se acomodó en uno de los dos sillones individuales que decoraban el centro de la escena —. Y si ninguno los convence lo suficiente, pues al menos nos darán un buen espectáculo.
Todos ahí tenían en claro una cosa: era la última oportunidad que tenían para meterse al público en el bolsillo. Pasaron los del uno, los del dos.... los del tres habían sido tan olvidables que Zirconia dudaba de poder mantener la sonrisa falsa por al menos dos minutos más. Rogaba que los del cuatro estuvieran mejor.
— ¡Eso fue interesante! Bien. Podemos decir que la siguiente señorita es alguien cuyo puntaje nos ha sorprendido a todos. ¡Solo hay que ver su tamaño! ¡Denle la bienvenida a Xamara Seabridge!
— Las entrevistas estarán abiertas un total de 72 horas. Cada tributo deberá responder tres preguntas obligatorias para poder cobrar los 300 Galeones de recompensa.
— Primero pasan las mujeres, luego los varones. Para evitar atascar a su compañero, las chicas tienen 24 horas a partir de la apertura para hacer su post de entrada y dar inicio a la entrevista de su distrito. En caso de que se pasen las 24 horas, se pasará directamente al tributo masculino. El tributo femenino solo podrá retomar su entrevista cuando su compañero termine la propia. On rol, tomaremos siempre como que la entrevista femenina fue primero.
— Intenten no controlar demasiado al público. También recuerden que los tributos no son vistos como adoradas celebridades.
— Pueden describir o ejemplificar sus atuendos con imágenes. No es obligatorio.
Televisión Nacional
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Entrevista del 04
13.08.2471
Tenía que recordarme que no me sucedería nada malo por hablar delante de una multitud. Nunca lo había hecho. no era lo mío, pero sabía que si quería seguir adelante con esto y tener una oportunidad, lo mínimo que podía hacer era mostrarme levemente predispuesta. ¿No es así?
Esta vez me siento más cómoda dentro de mi vestido, mucho más simple que el que había llevado en el desfile, y voy cargada con la confianza extra de milagrosamente haber tenido un buen puntaje en las pruebas. La idea ahora era hacer algo con eso y no quedarme congelada.
Mis pasos hasta el escenario no son tan seguros como me gustaría y, cuando las luces me iluminan y el ruido del público estalla en mis oídos, tengo que admitir que me freno sobre mi misma, encandilada por… todo. Parpadeo un par de veces para salir de mi estupor y aunque sé que solo ha pasado uno o dos segundos como mucho, trato de reponerme dando una vuelta sobre mi misma, tomando los costados de mi falda y sosteniéndola con cuidado en lo que doy una pequeña reverencia con el pie hacia atrás antes de casi saltar los pasos que quedan hasta el escenario.
Siento que he quedado como una ridícula, pero sabía que los buenos modales me habían salvado de más de una situación en el colegio, y quería creer que aquí podrían al menos salvarme de parecer una presa asustada. — Gracias señorita Chrysalis. Aunque todo el mundo me dice Mara. — La corrijo al tomar asiento, con cuidado de no dejar caer mis hombros como mi tía siempre me lo recordaba.
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Entrevista del distrito 04
13.08.2471
Zirconia se levantó inmediatamente cuando vio entrar a la tributo del cuatro, alisando la tela de su vestido. Se quedó pegada al sillón, sin embargo, cuando la niña dio unas vueltas e hizo una referencia, las cámaras enfocándola solo a ella. —¡Pero bueno! ¿Quién es esta ricura? ¡Pero qué adorable! Casi tengo que ponerme gafas para verte. —Tras decir eso, las cámaras se acercaron más, como si así la diminuta figura de Mara fuera a parecer más grande—. ¿No queréis una para vuestra casa? ¡Yo sí! Eres toda una muñequita —Se acercó un poco cuando se presentó, superponiendo el labio inferior ligeramente al superior—. ¿Habéis visto eso? Tan pequeña y con unos modales tan ejemplares. ¡Deberías dar clases a muchos otros tributos! ¿A que sí? —Se giró hacia el público, todos estallando en risas y gritos inaudibles—. ¡Pero no digamos nombres! No queremos quitarle el protagonismo a nuestra invitada.
Mara ya estaba sentada cuando Zirconia se acercó a ella y se inclinó para colocarle el pelo sobre los hombros. —¿Cómo ha sido tu estancia en el Capitolio, Mara? —Sus tacones resonaron cuando se alejó de ella—. Espero que no te hayas sentido como un pececillo fuera del agua. —Mientras el público reía y asentía, Zirconia se sentó en su sillón, reposando ambas manos contra los reposabrazos—. ¡Aunque estoy segura de que hoy todo el mundo piensa que eres lo más adorable que han visto en sus vidas! Tan pequeña, tan cuca e inocente… ¿Crees que ser una de las participantes más jóvenes puede ser una desventaja? ¿Te has sentido intimidada por otros tributos más grandes? ¡Si es así, dinos los nombres, que nos encargaremos de ellos entre todos! —Más ruido: risas, aplausos, quizás algún abucheo. Era difícil distinguir lo que decía o hacía un público tan extasiado.
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Entrevista del 04
13.08.2471
No me sentía precisamente cómoda con el hecho de que la imagen que parecía dar era solamente la de “muñeca” o “adorable”, pero creo que sabía que lo mejor era no contradecir a Zirconia de ninguna manera. Sabía que la entrevista podía ayudarme o condenarme dependiendo de las respuestas que diera. No quería dar la impresión de ser una niña engreída y maleducada. ¿No?
— Normal, creo. No pude ver mucho del capitolio salvo por el centro de entrenamientos. Y el aire del cuatro es muy diferente, lo extraño un poco. — Todas y cada una de las noches si tenía que ser más precisa, pero no había nada que pudiera hacer al respecto. — Aún así, la gente es amable y la mayoría parece querer ayudar. — Aunque esa ayuda fuera para no morir en la arena al primer minuto, tomaría lo que podía.
De nuevo la palabra “pequeña”. Sí lo era, pero era algo más que eso, ¿no? — ¿Parezco alguien fácil de intimidar? — No sé si la gente captará lo irónico en mi voz, pero aunque educada, no quería optar por el enfoque de ser una niña tierna. — Tengo trece, no ocho. Y puedo ser bajita, pero creo que mi puntaje habla por sí mismo. Si el resto quiere subestimarme, pues no sé si eso pueda contar como una desventaja precisamente. — Me acomodo mejor sobre el sillón, con el cuidado de no sentarme muy atrás para que mis pies no queden en el aire. — Aunque gracias por la intención, señorita Zirconia, pero dudo mucho que puedan encargarse de nadie cuando tenemos que demostrar nosotros mismos de lo que somos capaces en los juegos, ¿no?
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Entrevista del distrito 04
13.08.2471
Zirconia no fue capaz de contener una risa estruendosa y cantarina cuando Mara respondió mostrando esa actitud. Divertida, alzó ambas manos en señal de inocencia—. ¿Quién diría que tanto carácter cabría en un cuerpo tan pequeño? Aunque amo tu fiereza, tu… ¡determinación! La vida hay que pisarla con fuerza, con confianza y la cabeza alta. ¡Ahora temo por todos aquellos que se atrevan a subestimarte! —Llevándose una mano al corazón, fingió temblar de miedo con cierta teatralidad. No tardó demasiado en bajar la mano, una gran sonrisa y unos ojos entrecerrados decorando su expresión—. No me cabe ninguna duda de que tú misma nos demostrarás todo de lo que eres capaz en una semana. ¡Trataremos de no perdernos ninguno de tus movimientos!
Pasó la lengua por sus labios, humedeciéndolos antes de volver a hablar. —Bien, bien, ¡ya nos has dejado claro que eres más que una cara adorable unida a un cuerpo diminuto! Seguro que ninguno de los que estamos en esta sala volveremos a cometer el error de valorarte solo por eso —negó con la cabeza de manera exagerada, las ondas de su pelo brincando por el movimiento—. ¿Has aprendido algo en estos días que haya hecho que aumente tu confianza? ¿Cuál crees que va a ser tu punto fuerte en la arena?
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Entrevista del 04
13.08.2471
¿Carácter? Sí, esa era una descripción que me gustaba un poquito más. Sobre todo lo de fiereza y determinación. No que fuera realmente cierto, pero si esa era la forma en la que querían pintarme, pues mejor para mí. — Claro. He aprendido que odio los estereotipos. ¿Se supone que porque soy del cuatro tengo que saber cómo usar un tridente? Además de que tengo trece, soy bruja. No sé en qué ocasiones de mi vida creen que sea posible que haya aprendido a usar uno. — Me quejo, porque era algo que me tenía guardado desde el primer día de los entrenamientos. — Pero justamente por eso, no significa que en esta semana no haya podido aprender. Así que creo que lo que aumentó mi confianza es el haber tenido tantas oportunidades de crecer a lo largo de esta semana.
Medito un poco más a ver si hay otra cosa que pudiera decir, pero acabo mordiéndome el labio con algo de duda. — Ya si hablas con respecto a las armas o a la velocidad o a cualquier cosa. No me parece prudente andar anunciando qué es lo que pueden esperar de mí. Si ayudan a que me mantenga viva a lo largo de la arena, supongo que podrán verlo ¿no? — Algo de misterio tal vez venía bien. Lo suficiente para provocar algo de interés en las personas que más adelante podrían ser una gran ayuda.
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Entrevista del distrito 04
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—Vaya, vaya, ¡desde luego nos estás dando una verdadera lección sobre que las apariencias engañan! —Alargando el brazo, usó sus dedos para colocar correctamente uno de los pliegues del vestido de Mara—. Ya, una pena lo de no poder usar magia, ¿verdad? ¡Pero bueno! He de decir que veros emplear otro tipo de armas tiene su encanto. Es tan... rústico y rudimentario. —Sus palabras fueron seguidas por unas risas que conquistaron el público—. Eso es lo importante: que hayáis usado esta semana para aprender y saber valeros por vosotros mismos en la arena.
El dedo índice de Zirconia señaló a Mara, girándose hacia el público mientras lo hacía. Abrió la boca, también sus ojos, su mueca tornándose completamente sorprendida. —¡Eso sí que es saber guardar el misterio! No te preocupes, si quieres mantener tu as bajo la manga... no seremos nosotros los que te obliguemos a desvelarlo. ¡Eso sí, que el resto de tributos ande con ojo! —Bajó el brazo, dejándolo caer sobre su regazo y volvió su mirada a la chica—. Para terminar, Mara. ¿Hay algún mensaje que quieras darle a tus tíos? Estoy segura de que estarán muy atentos en estos momentos. ¿Alguna última palabra para ellos antes de entrar en la arena?
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Entrevista del 04
13.08.2471
Me encojo de hombros con diversión cuando me señala, feliz por lograr mostrarme de la forma que quería y al mismo tiempo recibir lo que yo creía podía ser una reacción favorable por parte del público. — ¿A mis tíos? — No puedo decir que esperaba eso, pero suponía que tenía sentido.
— No lo sé. Me gustaría que sin importar qué sean felices. No es como si ellos tuvieran la culpa. — Sabía que lo estarían pasando terribles, pero no era en ellos en quienes pensaba todos los días. — Me preocupa mi hermano. Así que supongo que si hay algo que puedo decirle a él es que traté de aplicar todos sus consejos. También me gustaría que se le confiese a la chica que le gusta. ¡Pero no diré nombres! — Probablemente no debería haber agregado lo último, pero si podía ser una hermana molesta por última vez, pues me agradaba que fuera con una tontera.
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—Seguro que se alegrarán al escuchar eso. —Se llevó la palma de la mano al corazón, asintiendo ante sus palabras genuinas—. ¡Y esperemos que tu hermano se confiese a la chica que le gusta! —Zirconia se sintió enternecida, girándose hacia el público con una mueca de ternura—. Sois hermanos, ¡tampoco podéis ser tan diferentes! Seguro que es tan valiente como tú… aunque sean valentías distintas.
Zirconia se levantó, sus tacones dando los pequeños pasos que la separaban del sillón de Mara. La tomó de la mano, ayudando a que se levantara. —Muchísima suerte ahí fuera, Mara. Esperemos que tu determinación vuelva a llenar este plató de televisión —acarició su mejilla con una pasada de dedos rápida y sonrió con calidez antes de soltar su mano—. ¿Qué os ha parecido Mara? ¿Encantadora, verdad? ¡Eso es que no habéis visto a su compañero! —Mientras se paseaba de un lado a otro, cabeceó un par de veces—. ¡Démosle una cálida bienvenida a Marco Barbrow!
— Esta será la última intervención de Zirconia para Mara. Las tres preguntas han sido contestadas y, a partir de este momento, se pueden pasar a reclamar los 300 galeones que corresponden por completar la entrevista.
— Si quieren, pueden postear la salida del tributo del plató. Esto sería algo completamente opcional.
— Es el turno de @A. Marco Barbrow
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Sería un mentiroso si dijese que no estoy nervioso. Nunca he estado de cara a tantas personas y todavía de recordar las presentaciones que teníamos que hacer en el Royal hace que me tiemblen un poco las piernas. No puedo evitar mover mis piernas en un constante tic que tengo, mientras observo la entrevista tan buena que está haciendo Mara. Pensaba que iba a estar mucho más nerviosa, pero lo está haciendo genial. No se me puede olvidar decírselo.
Es el momento en el que un chico me agarra del brazo para acercarme al escenario y no puedo evitar estremecerme. Me relamo los labios y por un momento me quedo sin respiración. Intento coger aire por la nariz y soltarlo por la boca, pero no me da casi tiempo a exhalar el aliento cuando ni nombre es mencionado por la presentadora.
Abro los ojos de par en par y doy unos cuantos pasos tímidos hacia ella. — Hola... — Saludo con la mano derecha, sin mucha confianza y sin saber exactamente qué hacer. — ¿Qué tal? — ¿Es esto lo que se dice en la televisión? ¿Debería preguntarle qué tal está la presentadora? No sé, no sé.
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13.08.2471
La figura de Mara desapareció enseguida, mas Zirconia no se sentó; en cuanto Marco entró en escena y escuchó su saludo tímido, correteó hacia él con pasos cortos. —¡No seas tímido, cariño! —Poniendo las manos en sus rodillas, se agachó para quedar a su altura—. ¿Cómo estoy? Pues encantada de que estés aquí. ¿No os parece otra monada? —Se giró hacia el público solo para después volver a mirar a Marco y, en un movimiento rápido, pellizcarle ambas mejillas—. ¡También te voy a llevar para mi casa! Ven, encanto. Ven, ven, ven y siéntate. —Con la mano en su espalda, lo empujó ligeramente hasta acercarlo a su sillón.
Ella se acomodó en el suyo, con las piernas juntas e inclinadas levemente hacia un lado. —¿Cómo han sido estos días en el Capitolio? ¡No nos gustaría saber que no te has sentido cómodo! ¿Habías estado alguna vez en nuestra ciudad? —Se inclinó hacia delante, acercándose a él—. Espero que todo esta experiencia no te esté pareciendo demasiado… abrumadora.
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Entrevista del 04
13.08.2471
Arrugo un poco la cara al recibir los pellizcos por parte de la presentadora. Eso lo único a lo que me ha recordado es a las señoras mayores que me presentaban los Barbrow como su nuevo hijo. Incluso decían las mismas palabras. Suena bastante agotador tener que estar así todo el rato, sintiendo que eres el corderito del rebaño. Me sorprendo cuando me dice que también me quiere llevar a su casa, pero no digo nada, porque la sensación que tengo me paraliza por completo.
Al sentirme tan paralizado, los empujones que recibo por parte de Zirconia para acercarnos a ambos a los sillones hacen que de unos pasos bastante torpes hasta, finalmente, sentarme en éste. Dejando mis pies colgando, al igual que en la sala de espera de la prueba de los vigilantes.
Me quedo pensativo ante la pregunta que me hace respecto al Capitolio, e intento fijarme sólo en ella y no en todos los focos que apuntan hacia mi, al igual que los ojos del público y las cámaras. — Bueno... nunca había estado en el Capitolio. — Confieso. Los Barbrow nunca tuvieron la necesidad de traerme aquí. Aunque tampoco les culpo de nada. — Pero es muy diferente del cuatro. — Confieso. — La comida está muy rica, al menos la que ponen en nuestro piso. Sobre todo el pastel de chocolate de postre. Es mi favorito. — Digo apoyando mis manos en el borde del sillón y balanceando los pies por culpa de los nervios.
Tampoco quiero caer en detalles diciendo que los atuendos que llevan en la capital son horrendos y que parecen payasos. Pero me callo, porque se supone que estoy aquí para caer bien a la gente.
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13.08.2471
A Zirconia le pareció adorable que, entre todas las cosas, mencionara el pastel de chocolate, algo que mostró dejando salir un breve "awww" que el público imitó. —¡Nos enorgullecemos tanto de que te haya gustado nuestra comida! Seguro que hasta tienes ganas de quedarte un par de días más. —Soltó una pequeña risita, ocultándola tras la palma de su mano—. Aunque es normal que eches de menos tu ciudad. ¡Pero piensa la parte positiva! Si todo sale bien, podrás volver.
Carraspeó, aclarándose la voz y sonriendo inevitablemente al ver la manera en la que Marco balanceaba los pies. —Eres tan adorable, Marco. ¿Te lo han dicho alguna vez? ¡Y pareces un niño tan listo! Tanto que hasta me extraña saber lo que ocurrió con aquel auror... —Entre el público, reinaron los susurros, asentimientos y muecas de asombro. Zirconia también asintió, subiendo y bajando la cabeza lentamente—. Pero estoy segura de que te arrepientes de aquel... altercado, ¿no es cierto, Marco? Hasta los niños más adorables pueden cometer errores.
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Entrevista del 04
13.08.2471
Me incomoda un poco la mención a "si todo sale bien". Porque claro está, que si todo sale mal, acabaré muerto. Me muerdo el labio inferior y me paso una mano por la nuca, para tocarla suavemente con la palma de mi mano. ¿Qué digo a eso? Puede que incluso mejor me quede en silencio y haga una pequeña sonrisa para mostrar que estoy de acuerdo con lo que dice. Menos mal que pasa rápido de tema y no seguimos hablando de eso. Porque, aunque no lo tenga en mente, la arena es ya.
Puede que jugar la baza de adorable me sirva, aunque todo lo que he hecho hasta ahora me ha salido de mis adentros, no es que haya forzado nada. Asiento a la pregunta que me dice la presentadora. — Sí, bueno, me lo suelen decir bastante las amigas de la señora Barbrow, todas compartís la misma opinión. — No me gusta mucho sonar adorable, porque me parece un poco irritante. Pero si eso me puede salvar... a eso jugaré. Sigo balanceando los pies en la silla, ya que parece haber provocado en Zirconia algo.
¿Arrepentirme de lo hecho al auror? No me sorprende mucho que me haya hecho esa pregunta. básicamente porque por algo me encuentro sentado en esta silla y no otro niño cualquiera del cuatro. — Claro Zirconia, estoy mucho más que arrepentido. — Miento, pero la mentira queda muy bien camuflada con la sinceridad que un niño de trece años puede tener y la adorabilidad. — De los errores se aprende y juro no volver a hacer nada del estilo. Incluso si pudiese pedirle perdón al auror, lo haría ahora mismo porque en su momento no pude. — Hago un pequeño puchero, intentando de verdad dar pena.
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13.08.2471
—No esperaba menos, Marco. ¡Pero eso es lo importante! Que te arrepientas y aprendas de ello... Tengo la certeza de que, si eres el que vuelve de la arena, no volverás a tener esa clase de comportamiento. —Se llevó la mano al mecho, poniéndola luego sobre la rodilla de Marco—. Oh, cariño. Estoy segura de que ese auror te estará viendo y acepta tus disculpas. ¿Acaso alguien podría decirle que no a esas mejillas rellenas? Lo bueno es que estás aquí, asumes tu error y estás dispuesto a corregirlo. —Se humedeció los labios, dio una palmadita sobre su rodilla y volvió a colocar ambas manos en los reposabrazos.
Cruzó una pierna sobre la otra, girándose hacia el público y después hacia Marco. —¿Cómo esperas que sea la arena? Un niño tan listo como tú seguro que tendrá mucha imaginación; así que, ¿qué es lo que te gustaría encontrarte? Algo con lo que te sintieras seguro, fuerte, que te diera la confianza suficiente como para creer que puedes vencer a todos y ganar.
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13.08.2471
No me puedo creer que se haya comido tanto la presentadora como el público mi pantomima de perdonar al auror. La manera en la que me trata y en la que me toca me hace sonreír interiormente, contento porque mi mentira escondida tras adorabilidad ha ganado. Me giro a una de las cámaras y por un momento me entra un cosquilleo en el estómago que me es difícil de controlar, debido a ver a todo el público mirándome. Noto como me pongo un poco rojo por la vergüenza, ya que por ahora he estado mirando a Zirconia y ha sido como tener una conversación con otra persona normal y corriente.
Pero la realidad asusta un poquito.
— Desde aquí te pido perdón por todo lo que pude causarte. — Pongo ojitos a la cámara, intentando dar pena, y vuelvo a mirar a Zirconia, para que los nervios que siento en el estómago se vayan. Su pregunta sobre la arena no me hace pensar demasiado, ya que la respuesta la tengo bastante clara. — Agua. — Respondo, con simpleza. — Estaría guay que para llegar a algún lado hubiese algo de agua, para que pudiésemos nadar. Más que nada porque soy súper bueno nadando y porque los demás distritos no tienen la suerte de tener accesibilidad al mar, como lo tenemos en el cuatro. — Y no estoy mintiendo en ese aspecto. Me sorprendería que algunos tributos supiesen nadar, por los distritos en los que viven, más que nada.
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13.08.2471
—¡Claro, agua! Sin duda, eso os daría a ti y a Mara ventaja sobre cualquiera. ¡No os he visto, pero estoy segura de que hasta yo envidiaría vuestra manera de desenvolveros por el medio acuático! —Alzó las manos, que hicieron un sonido cuando las dejó caer sobre sus muslos—. Ojalá alguien te escuche, Marco, y tus deseos se cumplan. —Sin decir nada más, estiró sus manos y tomó las del chico entre ellas—. Espero que tengas mucha suerte ahí dentro, haya agua o no en la arena. ¡Den todos un aplauso para Marco Barbrow! Te mandamos nuestros mejores deseos desde aquí. ¡Gracias por estar con nosotros!
Zirconia se levantó, encaminándose hacia el público. —¿Qué os han parecido nuestros tributos más pequeños? ¿Os han conquistado tanto como a mi? ¡Sea como sea, todavía no hagáis vuestras apuestas, que queda mucha noche por delante!
— Esta será la última intervención de Zirconia para Marco. Las tres preguntas han sido contestadas y, a partir de este momento, se pueden pasar a reclamar los 300 galeones que corresponden por completar la entrevista.
— Si quieren, pueden postear la salida del tributo del plató. Esto sería algo completamente opcional.
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