La verdad era que ya había tenido suficiente con el entrenamiento cuerpo a cuerpo. No era fanático de las armas a distancia y parecía que sería imposible para él dominarlas, pero supuso que lo mejor era darles una chance.

Se coló en el área de entrenamiento con los brazos cruzados y expresión confundida. ¿Debía tomar el arma y ponerse a practicar así como así? Aún no estaba seguro de si hacerlo o salir corriendo cuando una chica se le acercó. Hablaba muy rápido. Sam se encontró parpadeando un poco — Del trece — la corrigió con el tono más amable que fue capaz en su aturdimiento —. Soy Sam y no, no tengo idea de cómo usar una ballesta. ¿Tú sí? — Lo que significaba que podría ayudarle un poco.

Se sorprendió al descubrir que la ballesta era aún más pesada de lo que parecía. No pudo evitar sentir algo de gracia cuando se colocó las flechas de goma a la espalda — Es como una de esas actividades de verano con las pistolas de agua — le comentó con diversión en lo que buscaba poner la flecha con cuidado mientras tomaba distancia de ella.

Turno de entrada.

— Las espadas me dan mala pinta — admitió sin mucho pudor. La verdad es que estaba seguro de no verse como alguien que usaba espadas. De seguro trataba de hacerse con una y se iría de boca al suelo.

La miró con algo de confusión. Tenía bien en claro que el concepto de un arma muggle transformado en un juguete no era muy popular entre los magos, pero los más pequeños no siempre conseguían las varitas plásticas de agua. Se encogió de hombros — Tiene su encanto — cosa que dudaba que un arma de verdad tuviera.

Dados:
5 vs 5 = 0

— Oh, lo lamento. Suena muy aburrido — fue un comentario que no esperaba que suene desdeñoso y, de todos modos, creyó haber sonado para la mierda.

Fue el golpecito de una flecha de plástico en el costado lo que le hizo alzar una ceja — Lástima que las flechas de verdad no se sientan tan poco… — comentó, no muy seguro de cómo disparar. ¿Solo apuntaba y ya?

Dados:
Vida: 49/50
Aciertos: 1/10

No pudo evitar echarle un vistazo a la mujer que los miraba a la distancia. Parecía ser una de las entrenadoras del centro y su curiosidad estaba mezclada con la desaprobación al ver que parecían estar más interesados en conversar. Algo gracioso, si consideramos que Sam odiaba hablar con desconocidos.

— Para eso deberían apuntarte a la cabeza — comentó en lo que entornaba la mirada y levantaba la altura del disparo —. En algunos videojuegos es cuando te dan más puntos por ataque. Supongo que debe ser porque tu oponente no tendría oportunidad de defenderse si le vuelas los sesos — cosa que era divertido en la ficción, no en la realidad.

Dados: 5 - 2 = 3. Sin daño.
Vida: 49/50
Aciertos: 2/10

— ¿Solo una vez? — Intentó no sonar tan espantado, pero no pudo hacerlo. ¡Eso significaba que la chica no debía conocer nada de niveles diamante y poderes turbo! No podía culparla si venía del once, tenía entendido que ahí la gente apenas y tenía agua corriente, pero aún así…

Soltó una muequita — ¿Quién quiere juegos realistas? Para eso tengo mi vida diaria — acotó en lo que acomodaba la ballesta una vez más. La levantó un poco y entornó los ojos —. Supongo que la arena no tendrá nada que ver con un escenario virtual.

Disparó y, para su sorpresa, la flecha de plástico golpeó contra la pierna de Anya.

Dado: 5 x 2.5 = 7.5 vs 5 = 2.5 de daño
Vida: 49/50
Aciertos: 3/10