Joan no recuerda mucho de su infancia y de los años vividos tras el mandato de los Black. Sabe que tuvo un tío que fue seleccionado para los juegos cuando ella era apenas una bebé, y que los juegos terminaron el mismo año en que cumplía los requisitos para ser elegida. Desde entonces su vida se trató de adaptarse al nuevo régimen impuesto por Jamie Niniadis y de comprender que su magia era algo que ahora podía explorar y no esconder.

Jamás supo nada de su padre, ni siquiera su nombre. Sospecha que se trató de un muggle con el que su madre se avergüenza de haber estado, pero la mujer nunca quiso soltar siquiera una palabra al respecto. Para ser una mujer que siempre tiene un comentario y una opinión para todo, sea lo que haya sido no debió ser bueno.

Estudió la especialidad de Seguridad en el Prince y aunque quiso no pudo entrar al cuerpo de aurores una vez que finalizó su educación. Está convencida de que no la tomaron por no haber estudiado en el Royal ni tener contactos, pero nadie ha podido corroborar su teoría. En cambio, empezó a trabajar en el Mercado de Esclavos, en ese entonces ubicado en el distrito siete, y fue un malentendido lo que acabó con ella en prisión. La paga no era buena y Joan es una persona a la que siempre le gustaron las cosas materiales, conseguir un dinerillo extra por aquí y por allá permitiendo que la gente use a los esclavos a su antojo nunca estuvo mal visto, no hasta que algún allegado de Hermann Richter logró infiltrarse dentro y quemar por completo la instalación. Su nombre salió a flote cuando comenzaron las investigaciones y es así como pasó a formar parte del tercer Coliseo.

No esperaba ganar, de hecho estaba bastante convencida de que iba a morir, al final acabó por llevarse dos vidas a cambio de la suya.

El anuncio de la vuelta de los juegos estuvo lejos de molestarle. Los ve como una oportunidad de retomar su vida normal aunque eso signifique tener que ver como condenan a niños inocentes. Trata de convencerse a sí misma que es un castigo justo para los rebeldes, que está justificado ya que ella también había sido inocente antes de terminar en el Coliseo.