Eva Ruehl fue su primer nombre, el nombre dado por nacimiento por su madre, Anne Ruehl, una mujer que vivía en la miseria misma y que, por esas mismas condiciones, cedió los derechos de su maternidad a una mujer que pagó unas buenas monedas por ella. No era más que un bebé recién nacido, así que ignorante de estos hechos, le contaron otra historia.

Hija de magos puristas, una familia muy acomodada en un barrio pijo del distrito cuatro, que se vieron beneficiados por el cambio de gobierno pocos años de adoptar a Eva, a quien le cambiaron el nombre por Alecto Lilith Lancaster para criar como suya. Tener una hija con ellos era más un capricho que una necesidad para ellos, muchos padres quieren hijos en sus matrimonios para sentirse completos, los padres adoptivos de Eva solo la querían por la imagen de familia que querían dar a sus vecinos y demás, por su alto estatus en la sociedad, por lo que la relación entre padres e hija siempre fue distante y faltante de afecto.

Desde primeras fue una chica avispada, demasiado quizás, siempre saliéndose con la suya ante la imposibilidad de sus padres de exponer una razón mejor que la suya. Nunca fue una niña que se relacionara con facilidad, pero como tampoco fue un problema porque sacaba excelentes notas en el colegio, no lo tomaron como algo importante que destacar. Quizás sea por eso por lo que a día de hoy Alecto tenga problemas para establecer relaciones que tengan una fecha de expiración mayor a una semana.

Terminó por graduarse en el Royal con las mejores notas de su clase y aunque nunca supo realmente lo que quería hacer a continuación, decidió meterse en la academia para convertirse en auror. No le costó la parte técnica ni la física, pese a tener complexión delgada en ocasiones eso jugó en su contra. Concluidos sus años de entrenamiento, decidió dejar la vida en el cuatro para volverse independiente y pagar por su propio alojamiento, mudándose así a la capital. Compartió apartamento durante un tiempo con un abogado de la zona, un chico joven con quien había acudido a clases en la infancia, David Meyer, pero por motivos vecinales han tenido que dejar la vivienda y actualmente residen en un piso cerca del paseo turístico y marítimo del distrito cuatro.