Abbigail fue la primogénita de un matrimonio tan nuevo, como amoroso. Un descuido de luna de miel que, con el paso de los años se convirtió en uno de los pilares de la pequeña familia que formaron los Road. Nacida y criada en el distrito siete, pasó casi toda su infancia dentro del pequeño local de muebles que tenían sus padres. Un lugar modesto y sencillo que les permitía subsistir con relativa facilidad y mantenerse algo aislados de los eventos del exterior. Claro que tal vez aislados no era la palabra adecuada, siendo que por su sangre corría la magia, trataban de pasar lo más desapercibidos posible, no meterse en problemas, y mantener un perfil bajo.

La segunda hija del matrimonio Road llegó poco después de que Abbey cumpliese su primera década, cuando se pensaron más asentados y ya preparados para dar acogida a una nueva vida; y la tercera y última, solo dos años después que eso. Una diferencia de edad considerable entre la primera y las que siguieron, pero tanto la mayor de los Road como su prima y compañera de aventuras, se encontraron en las muchachas a dos muñecas con las cuales divertirse a medida que crecieron. En ningún momento pensaron que los Juegos Mágicos cortarían esa relación de cuajo. No las Road, ellas pudieron seguir, pero con el dolor y el pesar que les produjo el perder a su prima ante un espectáculo que entretenía a toda la nación.

Abbigail trabajaba como administradora del local de sus padres y ya estaba casada cuando el gobierno cayó, y si bien el cambio supuso un nuevo estilo de vida, los Road supieron adaptarse con facilidad. Un nuevo negocio para cubrir la necesidad del momento, algo de habilidad y buenas inversiones en los momentos adecuados y voilá. Abbey ya estaba un poco mayor para recibir la educación mágica que estaban instaurando, pero eso no significaba que careciera de talento, o del ingenio suficiente como para prosperar más allá de los límites que se había autoimpuesto. Puede que se hubiese cargado su matrimonio en el trayecto, pero para cuando cumplió los treinta años, ya se consideraba exitosa dentro de su ámbito laboral. Uno no precisamente legal, pero que le permitió adquirir poder, contactos, y el capital necesario como para no tener ningún tipo de carencias. En el mundo de los negocios Abbey aprendió que todo tiene un precio, uno que siempre estuvo dispuesta a pagar.

Se convirtió en vice presidenta de Neopanem tras la ascensión de Magnar al poder. Desde ese entonces, todo se ha vuelto una montaña rusa de situaciones sin freno de las que trata de hacerse cargo. Al día de hoy es la única que queda viva de las hermanas. Magnolia falleció durante el ataque en el funeral de Jamie Niniadis y Savannah en el atentado rebelde dentro del departamento de Misterios.