Con los ojos entrecerrados y los pies sobre el escritorio deslizo mis ojos por todos y cada uno de los estudiantes que se encuentran sentados en los pupitres... Bueno, que en realidad no son tantos. Recuerdo que cuando estaba en la escuela el salón solía estar lleno y esperábamos a que el profesor abandonara la sala para convertir el castigo en una experiencia agradable, con música y juegos de cartas. Pero ya no soy alumno, ahora mi deber es guiar el aspecto educativo del distrito nueve ¿Entonces qué demonios hago aquí? Pues es simple, si tengo a los niños en cuestión sentados frente a mí es mucho más sencillo revisar y firmar los formularios de inscripción para los cursos anuales, en casa estaba resultando imposible.

Lanzo un último suspiro antes de bajar los pies y camino rumbo al que originó éste pequeño problema, Jared Niniadis... Su apellido me pone los pelos de punta, pero tengo que admitir que sus travesuras quizás den más miedo que lo que ha hecho toda su familia junta.

- Esto es inútil, no van a aprender la lección quedándose callados y haciendo guerra de miradas - me rindo pues aún falta como media hora y ya he terminado con el papeleo que tenía que hacer. Tampoco puedo dejarlos ir porque eso no marcaría la diferencia y la idea de todo ésto es que lo piensen para no volver a hacerlo, o al menos que me incluyan en la broma para así divertirnos todos juntos - ¡Niniadis! - exclamo levantando el libro que está frente a él y lo vuelvo a dejar caer sobre la mesa solo para hacer ruido - De acuerdo, no, no voy a pretender ser más malo de lo que en realidad soy... Lo único que quiero que me digan es por qué demonios lo hicieron, quién fue el de la idea y si pretenden hacer algo como eso en el futuro.

- ¿Qué, yo qué? ¡Estaba callado! Si estoy hablando me retan porque hablo mucho y si estoy callado ¿me regañan igual? Estás dando mensajes confusos a los alumnos, ¿sabes? - Ni siquiera sabía por qué estaba aquí. No, en serio. No tenía la más mínima idea de cuál de todas las cosas que había planeado habían descubierto. Lo del glitter en la ventilación había sido cosa de Meerah por andar dejando su neceser por ahí suelto, pero todavía no hacía tanto calor y nadie brillaba como vampiro de mala saga literaria así que dudaba que fuera por eso. ¿Había sido por lo de las portadas intercambiadas? Eso era de manual, no había forma de que descubrieran eso, o que hubiesen descubierto que era yo el culpable. - No, ya. En serio, ¿qué se supone que hice y qué pruebas tienen para demostrar que soy el culpable? - No iba a hablar en nombre de los demás, a ver si me hundía por gente sin inventiva que no sabía cubrir sus huellas.

A decir verdad dudaba de que se tratase de Ken cuando él mismo me había enseñado muchos de los trucos que hoy en día me permitían salirme con la mía, y creí que Mimi iba a ser de esas nerds calladas que no rompían ni un plato, ¿habían visto lo ñoña qué era? ¿qué es lo que hacía aquí? - Y otra cosa, ¿va a ser seguido esto de llamarnos por los apellidos? A duras penas y recuerdo que Ken ya no es Duane como para encima aprenderme el de los demás. - Me volteo hacia los demás, a sabiendas que a todos los que conocía los conocía por apodo, ni siquiera sabía si esos eran sus nombres. - Sin ofender a nadie. - Que ya tenía que respetarlos por haber acabado tan rápido aquí también.

Esto es completamenre ridículo. ¡Que soy algo así como el jefe de Dressler! Bueno, sé que aquí dentro no tengo ninguna autoridad, pero aún así es patético. Me entusiasmaba la idea de, por primera vez en mi vida, asistir a una escuela real, con normas reales y hacer todo lo que he visto en las películas, pero no pensé que apenas y empezando el curso nivelatorio de verano me encontraría en esta situación. En un aula, viendo el día sin nubes por la ventana pasar, haciendo que suene alguna música melancólica dentro de mi cabeza. Me había reído por la lluvia de glitter, lo admito. Y quizá no debería haber respondido a uno de los profesores cuando me reprochó el llegar tarde a clase solo por haberme estado besuqueando con Synnove en las escaleras. Sí, le rodé los ojos. Sí, le chasqueé la lengua. Pero es que… Vamos, es solo un curso de verano. No puede ser tan difícil, tampoco soy completamente burro… ¿O no? Ah, no, pero ahora resulta que no soy nadie para hablarle mal a una figura de autoridad. Las ironías.

Así que estoy acá, cruzado de brazos, sentado en uno de los bancos junto a la ventana y al fondo del salón. Mis cejas se alzan por la desfachatez de la mentira de Jared, que todos los que lo conocemos sabemos que no es ningún santo y, bueno, yo tampoco, pero por motivos diferentes — Si es por la explosión de brillantina, yo solo pasaba por ahí — aclaro, aunque el tono de mi voz delata que estoy refunfuñando — Dressler… ¿Esto tomará mucho? Tengo que ir a trabajar pronto, como tú bien sabes… — sí, estoy abusando de eso… ¿Y qué? ¡Esto es absurdo!

Llevaba al menos cuatro años sin pisar una institución educativa, sobretodo con las intenciones de literalmente ponerme a estudiar. ¿Por qué creían que esta vez iba a ser diferente? El hecho de darme detención por escaparme del aula para ponerme a trabajar era casi que ridículo. En serio, total y completamente ridículo. Se supone que debía hacer cosas importantes con mi tiempo como, oh… no sé, ¿vigilar la seguridad del distrito? ¿instalar las mejoras de la red de comunicación? ¿mantener activos los firewall para evitar hackeos? Si querían que viniese a dar alguna que otra clase, bueno, haría algo de tiempo y me pasaría ¿pero tener que gastar horas del día en estudiar cosas que probablemente ya hubiese visto?

- Estoy con Ken en esto, se supone que deberíamos estar trabajando. Además, creí haber votado en contra de la edad obligatoria para asistir aquí. - Claro que mi voto había sido superado por una mayoría casi que absoluta, pero ya qué. Estoy fastidiada, aburrida y completamente desganada, así que subo las piernas por encima del pupitre y trato de balancearme sobre las dos patas traseras de la silla mientras escondo mi teléfono por debajo de la mesa. Esto se siente como una especie de déjà vu a mis días de secundaria. Lo bueno es que aquí no estaba el grupito de snobs presumidas que se reía a mis espaldas criticando lo voluminoso de mi cabello. A estas alturas probablemente acabaría golpeando a cualquiera que tuviese una vocecita insoportable y criticona.

Y aquí estoy, con la ropa cubierta de glitter, un pollito de la granja escondido dentro de mi buzo y fingiendo toser cada vez que a la criatura se le da por piar. En realidad es una imprudencia mantenerme aquí, mi tos falsa bien podría ser real y estar iniciando ahora mismo una epidemia en el distrito... Pero no me atrevo a proponerlo pues creo que lo mejor es mantenerme callada y dejar que lo demás se encarguen de la charla. Pero nada sale, Jared nomas juega a hacer inocente, Kendrick y Mimi juegan a ser adultos y yo... ¡Tenía que deletrear "armas" con H! De no ser por eso probablemente no estaría aquí.

-Bueno, tengo veintitres así que creo que haré uso de la opcionalidad del curso - digo con la frente en alto mientras me levanto con el vientre hacia adelante para que el pollito no termine deslizándose por mi barriga. Supongo que es enfrentarme a Dressler aquí o enfrentarme a Denya en casa ¿Quién puede ser peor? Al menos tengo el truco de ponerlos en una misma habitación y así se endulzan mutuamente... Eso debería servir para zafar de éste regaño.

Estoy por dar el primer paso cuando escucho un golpecito en el suelo y luego veo como una bolita amarilla sale corriendo en zig zag por el suelo. Demonios. Al menos no se murió con la caída, eso sí habría sido trágico y yo misma me habría puesto en detención - Puedo explicar eso - digo con un dedo en alto antes de que a alguien se le ocurra decir algo - Estaba en una jaula aquí dentro y ví lo que hacen con los animales ¡Los asesinan y los ponen en frascos! ¿Cómo se supone que eso es enseñar? No señor, ésto es una misión de rescate y si resulta ser merecedora de un castigo pues me temo que tendrá que acostumbrarse.

Sólo esto me faltaba. Hace algún tiempo que no voy a la escuela en el Prince por razones obvias y ahora que tengo que venir aquí me pasa esto. Detenida por estar en el lugar equivocado en el momento equivocado y con el cabello lleno de glitter. Está todo pegajosooooo. Ni mencionar mi cara, que después de intentar quitarme los brillos de encima me toqué la comisura de la boca y la frente y ahora parezco reflector andante. Es horrible ser la chica nueva, pero es peor ser la chica nueva que terminó en el castigo con la cara chistosa y el cabello como nido de pájaros. Ufff, y pensar que mamá estaba contenta porque por fin podía ser "una adolescente normal", ¿Esto es normal? No tengo idea. Ni siquiera sé si prefiero esto o ser la ignorada de la escuela por el asunto de madre-lican.

- Yo no tengo idea de qué hago aquí, ¡Estaba tranquila cuando una ola de glitter me atacó! - Tal vez lo estoy exagerando un poco pero creo que dada la situación no se notará tanto. Espero. Podría estar quitándome los brillos de encima para llegar decente al hospital. Porque para cuando salgamos de aquí tendré que correr antes de que me regañen por llegar tarde y con la cabeza hecha un desastre.

No soy la única inconforme con esto y me sorprende incluso ver a Kendrick aquí castigado como todos los demás. Supongo que los castigos son parejos. Suelto un gritito cuando veo al pollito corriendo por el piso. Antes de que pase alguna otra locura lo detengo al pasar junto a mí y lo pongo en la mesa de la chica que lo tenía antes de que confunda mi cabeza con su nido.

Me llevo la mano al rostro con la respuesta de Jared y respiro profundo para no responder nada precipitado o cargado de emociones. Al menos el no haber ejercido durante todo éste tiempo me ha hecho ahorrar la paciencia para este momento, estoy seguro que de haber trabajado todos éstos años, para estas alturas ya sería el tipo de profesor que se sienta en el escritorio y deja que los alumnos hagan lo que se les de la gana mientras juega en el celular con la aplicación de moda - No quiero que guarden silencio, quiero que hablen conmigo - le digo al niño encogiéndome de hombros, más claro que eso no puedo hablar.

Y lo cierto es que no tengo pruebas concretas y por eso todos están aquí, sino habría mandado a llamar solo al culpable... Pero ésto de que nadie se haga cargo está resultando un poco sospechoso, o realmente nadie lo hizo o hay un maldito aquí dentro que es capaz de hacer sufrir las consecuencias a todos sus compañeros con tal de no aceptar la culpa - ¡Glitter! - respondo a la pregunta de Jared como si fuera lo más obvio del mundo - Y un pollito en fuga, al parecer... ¿Qué demonios Sam? - pregunto a la hermana de Denya haciendo ademanes con ambas manos. Estos chicos.

- ¿Ven? Por eso es importante la escuela, para así aprender de la historia qué pasa con las celebridades que llegan a ser presidentes sin tener ningún tipo de preparación - digo dando una palmada a Ken en la espalda - O qué es la democracia - continúo haciendo lo mismo con Mimí - Ahora... Lo del glitter, hilarante, nada que no pueda limpiarse con que alguien con magia agite la varita - vuelvo a mirar a todos - Pero hay un tiempo para todo, ésto es el curso de verano, estamos corriendo contra reloj para que ustedes alcancen el nivel que deberían tener - ay ya me estoy poniendo gruñón - Así que... Ya que algunos están aquí de forma obligatoria ¿Por qué no miran el lado positivo e intentan descubrir qué pueden sacar de ésto?

Al parecer no me había dado cuenta y lo del glitter si había funcionado, pero no era la gran cosa y no veía el por qué debía estar más tiempo después de clase en un salón haciendo… la nada misma. ¿No se supone que debería tener algún privilegio porque mi mamá también era profesora? Supongo que no, siendo que teníamos a tres miembros del consejo aquí dentro y dos de ellos estaban castigados. Cuando termino de girarme hacia la víctima del glitter, tengo la intención de pedir disculpas, pero viendo que eso me delataría opto por tragarme el perdón. - No te queda mal el brillo. - Digo en cambio al notar lo bonita que es.

Me distrae la pequeña bola amarilla que se le escapa a Sam y, si bien puedo entender sus intenciones, siento que tiene que aprender a esconder mejor las evidencias. - ¿Por qué alguien pondría animales en frascos? ¿Sabes lo rico que se volverá ese pollito al crecer? - Hace rato que no me encariñaba con animales de granja, salvo con Bessie, pero ni siquiera sabía que había sido de ella en estos años.

- Ken no es presidente. - Le aseguro pese a que sospecho que no está hablando de él aunque la palmadita me lo haga dudar. - Pero dejando de lado el aire acondicionado, no estoy seguro de qué cosa de positiva tiene estar encerrado en el aula, sin hacer nada, y sin terminar de entender por qué estamos aquí. Y hablo en el sentido literal, y no en el figurativo de “cuál es nuestro lugar en la historia”- Porque por lo que me dice no tiene pruebas de que yo sea el culpable de nada, y ninguno aquí parecía haber hecho nada grave.

Se me plasma una diminuta sonrisa en los labios al oír la declaración de Mimi, pero no alcanzo a decir absolutamente nada porque el pollito en la sala me distrae… Momento… ¿Un pollito? — ¿Eres vegetariana? — pregunto sin poder contenerme, que no es que conozca demasiado a Sam como para entender por qué se le ha dado por rescatar al bicho ese de vaya a saber dónde y, a mi pesar, tengo que darle la razón a Jared en esa. Y me reiría de él por sus intentos obvios de coquetear con la chica que recuerdo que se llama Desireé, si no fuese porque Dressler vuelve a hablar y mi impulso me obliga a clavar la mirada en el pupitre.

La palmada en mi espalda me sacude hacia delante y, no puedo evitarlo, pongo los ojos en blanco en lo que mastico las palabras que no debería decir. No soy una celebridad y mucho menos un presidente y, si así lo fuera, nada de esto estaría ocurriendo porque eso significaría que hemos ganado y que estoy ocupando el asiento que Magnar anda calentando todos los días con su culo y que era de mi abuelo. Al menos, Jared es lo suficientemente listo como para señalar lo obvio y, largando el aire con un suspiro que parece eterno, me giro en mi asiento para poder ver a Dressler — ¿Eso es lo que tenemos que hacer? ¿Un trabajo en grupo para descubrir qué podemos sacar de positivo de esta situación? Muy bien — me encojo de hombros, recargándome de lado contra la silla para poder ver a todos en la sala — Me han castigado porque era inaceptable que fuese “la segunda vez que me reprendían en el día”. La segunda fue por estar en el lugar equivocado cuando explotó el glitter, la primera fue por llegar tarde a clase y quejarme porque me llamaran la atención. ¿Es tan grave? — no, no voy a contar los detalles de cómo contesté y por qué no llegué a tiempo, eso no debería ser importante — ¿Qué saco de todo esto? El no reírme cuando explota algo y el mirar más seguido el reloj, eso es todo. ¿Ya?

¿Qué es la democracia? ¿En serio es eso con lo que iba a salir? si mi ruedo de ojos no le dijo lo muy poca gracia que me hacía su comentario, el chasquido de mi lengua debería haber sido un indicador más que suficiente. No me importaba el glitter, el pollito o la democracia dentro del aula. Si me importaba la de afuera, esa que quería mantener haciendo cosas como… no lo sé, ¿mi trabajo tal vez?

Aprovecho que no soy la única indignada con la situación y escondo una sonrisa entre dientes cuando escucho las quejas ajenas. - Lo positivo… a ver. - Enderezo mi silla y bajo los pies, inclinándome hacia adelante para cambiar la posición de mi espalda. - No fui a clases por tener cosas más importantes para hacer y me obligan a venir solo para pensar en por qué falté en primer lugar… uhmmm. ¿Al menos no soy la única que piensa lo mismo? Pensamiento colectivo y todo eso. - Dressler me caía bien, en serio. Es solo mi natural adversión contra la autoridad escolar la que hablaba ahora. - ¿Cuenta como democracia el proponer una votación para ver cuántos queremos estar aquí? ¿Si la mayoría vota por irnos, podremos hacerlo? No es nada personal, solo ansias de aprender. - Incluso he levantado la mano y todo. ¿Debería contar, no?

Me habían enviado a la sala de castigo, primeros días de vuelta en la escuela y me castigaba, se sentía algo familiar en ello. Bueno, no tanto teniendo en cuenta que la instalación era como de aquellas novelas que había leido toda mi vida y las series que me habían presentado Hero y Syv a diferencia de una cazucha con bancos hechos a mano y un solo pizarron que había compartido con el resto de los del 14 por años. Esto era un sueño, castigo o no.

Abró la quinta puerta en lo que va esta busqueda por el salon, supongo que recibiría otro castigo por llegar tarde al castigo, pero en mi defensa todo era muy laberintico y deberían tener mejores señales. Y me encuentro con el profesor Moon, Jared, Mimi, Ken, Sam y una chica que no conozco, pero me gusta su estilo brilloso.

- Perdon, Hola Sam - saludo a mi nueva amiga porque quiero hacerla sentir especial - ¿Es esta la sala de castigos? No se hace cuanto estoy buscandola, aunque es cierto que me distraje un poco...¿Sabían que hay un jardín botánico super equipado y en el laboratorio un esqueleto? Este lugar es un sueño - suspiro de felicidad y luego recuerdo que estoy hablando de más y una de las razones por la que me castigaron fue por interrumpir en clase y "hacerme la graciosa" que no se como podría ser así cuando yo soy muy seria - ¿Acaso es una clase privada? ¿Puedo unirme? - Si Jared estaba significaba que cualquiera podía entrar.

Se me revuelve el estómago con lo que dice Jared ¿Cómo puede un niño decir algo como eso? ¿Dónde cabe tanta maldad en ese cuerpecito? Sé que no debería, así como sé que un lápiz que tiene una goma clavada en la punta no haría daño si se lo lanzo... Así que lo hago, Le tiro el lápiz por la cabeza y luego tomo asiento dejando que el pollito corra libre por la habitación - ¿Tu no? - pregunto a Kendrick cruzándome de brazos. Ahora que tengo los recursos para poder elegir mi comida tengo que ponerme del lado de los animales, porque son considerados seres inferiores por la mayoría de las personas y por eso los usan como fuentes de recursos en lugar de respetarlos como se debe. Así como los humanos son usados como entretenimiento o servicio, por suerte el comernos aún se considera canibalismo pero quién sabe en el futuro si la cosas siguen como están.

Por suerte Bev llega para salvarme de tener que procesar el pequeño discurso del profesor Moon. Le dedico mi mejor sonrisa al verla llegar pero cuando noto que tiene intenciones de quedarse solo articulo con mi boca "corre". No quiere quedarse aquí, no debe tener que buscar un propósito y unirse a las reflexiones que nos harán salir de aquí siendo mejores personas... Supuestamente.

- Yo estoy aquí por salvar vidas, para éste pollito soy una heroína, no debería estar castigada - digo - Aunque por éso sí debería estarlo - completo mirando a Jared y luego a mi improvisado proyectil - Prometo no volver a hacerlo... Si él no vuelve a ser tan bestia.

Alzo una ceja ante el comentario del chico. - Gracias... Creo. - Alcanzo apenas a contestar sin saber muy bien qué hacer, ¿Acaso estaba intentando coquetearme? No digo nada más porque vuelve a hablar y esta vez hago un esfuerzo para no reírme. Que es bastante cierto lo que dice. Antes no tenía opción, comíamos lo que podíamos y no habían mañosidades, pero creo que incluso ahora que tenemos una mejor vida no me haría vegetariana. No lo pienso mucho antes de que el lápiz salga volando por parte de la chica dueña del pollito y termine cayendo encima de Jared. Jamás saldremos de este castigo si seguimos así. Ruedo los ojos y opto por quedarme callada, puesto que después de que el profesor comienza a hablar llega otra chica a quien no logro reconocer.

- ¿Pero que ese pollito no tiene una mamá gallina o algo?  - Comento sin darle mucha importancia al asunto cuando la chica vuelve a hablar. Es decir, no quiero meterme mucho en esto pero tal vez si devolviéramos al pollito  a donde estaba y encontráramos a quien causó el ataque del glitter podríamos irnos. Apoyo la idea de la votación pero después de todo lo que han dicho y hecho prefiero no seguir quejándome. - ¿Qué es lo que se supone que tenemos que hacer para irnos? - Sueno algo fastidiada pero intento poner mi mejor cara de inocencia.

- No estoy hablando de Kendrick, solo uso a la persona en cuestión como ejemplo - respondo a Jared con un suspiro y luego hablo la boca para seguir explicando al respecto pero decido dejarlo ahí, estamos en un castigo, no en una clase y lametablemente tengo un grupo de revoltosos con opiniones fuertes que merecen la misma cantidad de atención y no puedo detenerme con uno solo.

Cuando veo el lápiz volar abro los ojos como platos y llego a darle un manotazo para desviarlo del camino. Ya estamos, con eso es suficiente. Miro a Sam con los ojos entrecerrados y la señalo con el dedo para que se quede sentada en lo que queda del castigo. Mientras tanto tomo al pollito y lo sujeto entre mis manos para que me dé la paz y armonía que necesito para enfrentar a tantos adolescentes con opiniones fuertes.

La llegada de Beverly es como una brisa de aire fresco, de hecho sonrío y me alegro de que al menos una persona en ésta escuela esté feliz con lo que hay aquí - Muy bien, queda media hora... Aquellos que quieran irse, podrán votar por ello, los demás votan por llevarse de éste castigo algo más que un par de comentarios ingeniosos de los que alardear luego - digo tomando asiento sobre el escritorio y dejado mis piernas colgando. ¿Hace un rato no había venido con ellos por el amor a la enseñanza? Quizás el trabajo administrativo no está tan mal después de todo.

- Pero lo resolverán entre ustedes ¿De acuerdo? Luego uno vendrá a contarme lo que resolvieron, solo uno - digo antes de bajar de un salto y retirarme del aula - Estaré afuera alineando bloques en mi teléfono - digo con un guiño y cierro la puerta.

¿Se supone que eso era lo que teníamos que hacer? ¿Tarea extra durante la hora de castigo? Creí que el castigo ya era estar aquí, no que encima nos darían más tarea. ¡Y ni siquiera puede probar que soy culpable de nada! Oh genial… ¿Bev también está aquí? Estaba teniendo una especie de déjà vu, pero cuando nos castigaban en el catorce generalmente nos mandaban a trabajar al campo o algo así. Creo que Echo sabía que eso de “reflexionar” no iba con nosotros.

- ¿Pero qué cosa dije para que me llamases bestia? ¿Acaso eres vegetariana? - Que más le valía serlo, porque como la viera comerse una alita de pollo buscaría la forma de hacer que se atragante con ella. ¡No iba a ser hipócrita! No iba a llorar sobre un corral vacío después de desayunar tocino.

Al menos Dressler entra en razón y parece decidir que dejarnos libres es la mejor opción que tiene… o algo así. Espero a que salga por la puerta antes de girarme al resto, y sí, he notado las intenciones de Sam, pero decido dejarlo pasar al menos por ahora. - Siendo que es uno solo, ¿quién tiene mejor don de palabra para hacernos zafar al resto?

Aunque amago a levantar la mano en vista de la petición de Mimi, toda mi atención se va a cómo Sam le tira con un lápiz por la cabeza a Jared y lo único que puedo hacer es reaccionar con un “uhhh” divertido que apenas se oye, en lo que me encojo en mi lugar en un intento de contener la risa. No, momento, no es para reírse, que Dressler se ha hecho hasta con el pollito. ¿Esta es la parte en la que deberé pasarme la tarde trabajando en el campo para ganarme el perdón de las autoridades o algo así? Bien, no parece que vaya a ser el caso, porque se marcha por la puerta y nos quedamos todos solos — ¿Don de la palabra? — repito — Ah pero Jared, se te nota bastante cómodo con eso de versear a las personas. ¿Por qué no vas tú a dar la cara? O vas a decirme que tú no hiciste nada que, si confiesas, nos harías zafar a todos… — que no me mienta, lo conozco desde que era un feto.

Me decido que no puedo estar mucho tiempo más en esta silla, así que me levanto y paso a sentarme sobre uno de los bancos, al cual subo uno de mis pies y abrazo mi rodilla — Muy bien. Yo quiero irme y sé que ustedes también, así que creo que deberíamos trabajar en equipo. ¿Qué les parece? — sugiero y arqueo mis cejas, a ver si alguien me contradice — Empiecen a confesar. ¿Qué es lo que creen que debe ser necesario decir para volver a ser libres? Que alguien anote — obvio no voy a ser yo, tengo pésima letra y también me da mucha flojera — Empecemos haciendo un mea culpa, eso siempre funciona con los adultos. Y usen palabras rebuscadas para que parezca que tenemos idea de lo que estamos diciendo.

Nadie responde directamente mi pregunta, pero el profesor Moon dice que es un castigo así que asumo que estoy en e lugar correcto y entro. Ahora que diga que es nuestra decisión me hace volver a dudar, estos no son los castigos que conozco ¿Dondé estan los trapos o palas? ¿Donde estan las caras fruncidas o expreciones de decepción? ¿Estaría realmente soñando?

Un pellisco después confirma que estoy en el mundo real y el profesor Moon es genial, si así terminan los castigos tenía muchas cosas que decirles a los adultos que me criaron.

- Estoy contigo Ken - le levanto el pulgar a mi amigo - Y yo puedo hablar, ustedes saben que no me importa aunque si se que decir sería mejor porque realmente no creo que los hayan castigado por lo mismo que a mí - Voy hasta el pizarrón y levanto una tiza para empezar a anotar como dijo Ken - Bien, puede que haya interrumpido la clase de matemáticas, pero a decir verdad ¿por qué quiero ver a alguien hacer cuentas que ya hice? y luego dijo que me burle de ella, pero le estaba explicando que nadie le estaba prestando anteción y estaba perdiendo el tiempo, no entiendo que hay de burla en ello.

Ignoro la mitad del debate que se da entre los pollitos y no sé que más, en favor de no perder la paciencia antes de tiempo. Solo vuelvo a prestar atención cuando Dressler nos da la oportunidad de votar, haciendo que al fin algo aquí dentro valga la pena. - ¿Qué? Entendí que nos podíamos irnos los que quisiéramos… diablos. - ¿De verdad teníamos que hacer esto? Ya que…

- Casi que sería divertido llenar la pizarra con nuestras confesiones y dejar que Dressler adivine quién es el autor, pero creo que eso nos metería en más problemas. - Y pese a que admiro el entusiasmo de Bev, no tenía ganas de ensuciarme las manos con la tiza por más vintage que pudiera ser tener un pizarrón con tiza. - Podría ser algo más genérico como… - Levanto la varita y, tras levantar la pizarra blanca, quito el marcador de su soporte y lo hechizo para que vaya siguiendo mis palabras. - “Querido señor Moon, si bien no encontramos sentido a un castigo genérico que nos agrupa a todos sin tener las pruebas suficientes, aquellos que hemos cometido una falta… - Miro al enano rubio y tacho lo último. - … alguna que otra falta, nos sentimos arrepentidos de haber arrastrado a nuestros compañeros a sufrir las mismas consecuencias. Trataremos en lo posible de que no se repitan nuestros actos, cuando menos para no desperdiciar su tiempo ni el nuestro. Nuestras disculpas están aquí, probablemente no del todo sinceras, pero al menos van con la intención de mejorar a futuro. “- Bajo el marcador, apoyo la varita sobre el pupitre y me vuelvo a reclinar sobre las patas traseras de la silla. - O algo parecido. Si alguien se anima a decir algo como eso de manera convincente… - Yo ya había hecho mi parte.

¿No acabo de decir hace dos minutos que sí lo soy? Así que no respondo, solo alzo las cejas y mis manos como respuesta y dejo al niño tranquilo pues creo que bastante ha tenido ya con el casi proyectil impactando en la cabeza. Que aburrido el profesor, al menos el enojo de Jared habría sido divertido de ver por un rato - ¿No dijo que votemos? - miro a todos confundida pues comienzan a hablar de listas y mea culpas que honestamente no sé qué podría yo aportar a eso.

Ya he confesado mis crímenes y ha valido la pena porque el pollito es libre, o tan libre como puede serlo en las manos del profesor. Por las criaturas en los frascos no puedo hacer nada porque llevan un largo tiempo muertas así que ¿Qué demonios? - Ya dije lo que he hecho, solo tengo que agregar el lápiz volador - sigo la corriente encogiéndome de hombros - Y no creo que esa esa la mejor solución ¡Se va a enojar más! - advierto mirando a Mimí - Escuchen... Creo que es el novio de mi hermana, puedo amenazarlo con contar algunos trapos sucios si no nos deja ir - se me ocurre.

Hago una mueca al darme cuenta de que en realidad no tengo nada, es un buen tipo cuando no está castigándonos - O Jared puede ir a hablar por todos, es el más culpable de los que estamos aquí.

Después del debate de pollitos y votaciones para irnos parece que por fin el profesor Moon perdió la paciencia, cosa que me hace sentir algo culpable porque parece un buen maestro. Me encojo de hombros cuando nos dice cómo salir de aquí. Creo que de verdad está decepcionado porque por lo que entendí, podríamos irnos si quisiéramos sin mover un dedo para escribir algo. La verdad es que una parte de mí quiere hacer eso pero la otra se limita a suspirar y a resignarse, que no me sentiría muy bien conmigo misma si me fuera sin hacer nada.

Trato de no reírme cuando Kendrick le dice a Jared lo de versear a la gente. Que es bastante cierto porque incluso a mí que no me conoce me ha dicho que esta cosa pegajosa en mi cabeza se ve bien. Abro un poco los ojos cuando lo señalan de culpable, si bien no lo conozco de nada su actitud me parecía sospechosa desde el inicio. - ¿Fuiste tú el que echó el glitter? - Le digo entrecerrando un poco mis ojos, pero termino por suspirar de nuevo, de nada sirve señalar culpables ya. Así que planeo ofrecerme para escribir en el pizarrón cuando ya han empezado las otras dos chicas. - Tal vez podríamos escribir que estar en la escuela es lo mejor y que nos sentimos culpables por el alboroto. Creo. - Que yo no fui responsable pero no importa ya. - Y quitar lo de las disculpas no honestas, no creo que eso le guste mucho. -