OTOÑO de 247521 de Septiembre — 20 de Diciembre
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Tras años de represión y batallas libradas, hoy son los magos los que caminan en las calles más pulcras del Capitolio. Bajo un régimen que condena a los muggles y a los traidores a la persecución, una nueva era se agita a la vuelta de la esquina. La igualdad es un mito, los gritos de justicia se ven asfixiados.
Existen aquellos que quieren dar vuelta el tablero, otros que buscan sembrar la paz entre razas y magos dispuestos a lo que sea para conservar el poder que por mucho tiempo se les ha negado. La guerra ha llegado a cada uno de los distritos.
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Existen aquellos que quieren dar vuelta el tablero, otros que buscan sembrar la paz entre razas y magos dispuestos a lo que sea para conservar el poder que por mucho tiempo se les ha negado. La guerra ha llegado a cada uno de los distritos.
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Jared S. Niniadis
James G. Byrne
M. Meerah Powell
The Mighty Fall
Kyle A. Overstrand
Beverly S. Redford
Mimi J. Johnson
Hero N. Niniadis
12 participantes
Recuerdo del primer mensaje :
Estoy nerviosa y entusiasmada. Sobre todas las cosas, un poco nostálgica. No dejo de pensar en cómo han cambiado las cosas, los pensamientos que fueron opacados por un montón de trabajo y preparativos han empezado a asomarse ahora que solo puedo dedicarme a festejar. Soy incapaz de preguntarme cómo es que acabé aquí, cuando durante años imaginé mi fiesta de dieciséis siendo muy diferente, en la mansión en donde crecí, con un padre que tomaría mi brazo y bailaría conmigo y que no tengo, curiosamente por las guerras que se soltaron contra las personas que hoy están conmigo. Aún nadie ha sabido decirme quién fue el que acabó con la vida de Sean Niniadis, pero he dejado de preguntar y hoy no debería ser un tema dentro de mi cabeza. Si he hecho esto es porque no podía dejar pasar la oportunidad de tener una fiesta de cumpleaños como se debe.
A decir verdad, mi cumpleaños fue ayer, pero como hoy es viernes me pareció mucho más adecuado para levantar un par de mesas en el jardín de la casa de Kendrick, quien accedió a prestármelo al tener más espacio. No tengo tantos recuerdos como en el pasado, pero estoy bastante conforme con el resultado. Hay cupcakes de muchos colores suaves, bandejas de aperitivos entre los que destacan los sándwiches de salmón y varias copas que se van vaciando a gran velocidad. Yo solo he comprado champaña para el brindis, pero algo me dice que mis amigos han sido capaces de colar algunas copas. El pastel decora la mesa de dulces, pero aún no es tiempo de cortarlo. Aún así, no dejo de arreglar servilletas, incluso cuando la fiesta ha empezado hace un rato y debería estar socializando con los demás.
— Vas a tener que asegurarte de que Jared no meta el dedo en la crema, lo veo totalmente capaz — le digo a Sage por lo bajo, que ya vi a mi sobrino revoloteando por ahí y no puedo confiar en que su padre esté cerca para controlarlo. Me hago con un bocadillo para llevármelo a la boca con algo de ansiedad y me giro, fijándome en dónde se ha metido Meerah. ¿Que me pone paranoica que esté aquí? Un poco, pero todos los que están invitados son personas de confianza. Si vamos al caso… No invité a nadie por fuera de nuestros conocidos de siempre y espero, de verdad, que nadie llegue de sorpresa — ¿Meerah vino con James? — pregunto en un susurro histérico, aunque su constante negativa ya me tiene rodando los ojos. Como sea, hoy no tengo que pensar en eso, no cuando es la primera vez que puedo ver a todas estas personas vestidas como… bueno, personas.
Sin turnos para no perder dinamismo.
Acuérdense que tienen que ir elegantes (?)
Vestuario
Con Sage
Viernes 3 de junio por la tarde
Estoy nerviosa y entusiasmada. Sobre todas las cosas, un poco nostálgica. No dejo de pensar en cómo han cambiado las cosas, los pensamientos que fueron opacados por un montón de trabajo y preparativos han empezado a asomarse ahora que solo puedo dedicarme a festejar. Soy incapaz de preguntarme cómo es que acabé aquí, cuando durante años imaginé mi fiesta de dieciséis siendo muy diferente, en la mansión en donde crecí, con un padre que tomaría mi brazo y bailaría conmigo y que no tengo, curiosamente por las guerras que se soltaron contra las personas que hoy están conmigo. Aún nadie ha sabido decirme quién fue el que acabó con la vida de Sean Niniadis, pero he dejado de preguntar y hoy no debería ser un tema dentro de mi cabeza. Si he hecho esto es porque no podía dejar pasar la oportunidad de tener una fiesta de cumpleaños como se debe.
A decir verdad, mi cumpleaños fue ayer, pero como hoy es viernes me pareció mucho más adecuado para levantar un par de mesas en el jardín de la casa de Kendrick, quien accedió a prestármelo al tener más espacio. No tengo tantos recuerdos como en el pasado, pero estoy bastante conforme con el resultado. Hay cupcakes de muchos colores suaves, bandejas de aperitivos entre los que destacan los sándwiches de salmón y varias copas que se van vaciando a gran velocidad. Yo solo he comprado champaña para el brindis, pero algo me dice que mis amigos han sido capaces de colar algunas copas. El pastel decora la mesa de dulces, pero aún no es tiempo de cortarlo. Aún así, no dejo de arreglar servilletas, incluso cuando la fiesta ha empezado hace un rato y debería estar socializando con los demás.
— Vas a tener que asegurarte de que Jared no meta el dedo en la crema, lo veo totalmente capaz — le digo a Sage por lo bajo, que ya vi a mi sobrino revoloteando por ahí y no puedo confiar en que su padre esté cerca para controlarlo. Me hago con un bocadillo para llevármelo a la boca con algo de ansiedad y me giro, fijándome en dónde se ha metido Meerah. ¿Que me pone paranoica que esté aquí? Un poco, pero todos los que están invitados son personas de confianza. Si vamos al caso… No invité a nadie por fuera de nuestros conocidos de siempre y espero, de verdad, que nadie llegue de sorpresa — ¿Meerah vino con James? — pregunto en un susurro histérico, aunque su constante negativa ya me tiene rodando los ojos. Como sea, hoy no tengo que pensar en eso, no cuando es la primera vez que puedo ver a todas estas personas vestidas como… bueno, personas.
Sin turnos para no perder dinamismo.
Acuérdense que tienen que ir elegantes (?)
Vestuario
Con Sage
Icono :
Me encojo de hombros con total resentimiento y dejo caer las manos a ambos lados de mi cuerpo — Tiene un punto — que Kendrick peca de despistado las veinticuatro horas del día, a excepción de las cosas que en verdad le llaman la atención y siempre tiene que ser una por vez. Sé que debería ponerme de parte de Meerah en esto, pero no puedo evitar sentirme ligeramente alarmado — ¿Como que todo el mundo lo sabe? — ¿Ella le ha contado a alguien? ¿Nos han estado espiando? No fuimos cautelosos en las fiestas, pero tampoco damos señales de contacto físico desde año nuevo, si no contamos el cupcake de hace quince minutos. Además… ¿Qué hay para ocultar, exactamente? No es como que tenemos planes o una relación clandestina, nadie debería tener interés en lo que hacemos por entretenimiento o no.
Hago una mueca, que no me interesa saber de la vida íntima de sus padres y, por muy blanco que sea, sé que acabo de palidecer un poco más. Me rasco la cabeza y los cabellos de la nuca con obvia incomodidad, devolviendo con rapidez la mirada exasperada que Meerah me regala — Muy bien. ¿Qué quieres, entonces? — pregunto — Pero si vamos a hacer un trato, debemos empezar ahora. Por ejemplo… Van a preguntarnos dónde nos metimos, así que mejor te inventas algo creíble al respecto y regresamos al jardín con todos. Si nos demoramos mucho más, nadie va a creernos y de seguro ya se habrán bebido todo el alcohol interesante.
Con Jared & Meerah
Hago una mueca, que no me interesa saber de la vida íntima de sus padres y, por muy blanco que sea, sé que acabo de palidecer un poco más. Me rasco la cabeza y los cabellos de la nuca con obvia incomodidad, devolviendo con rapidez la mirada exasperada que Meerah me regala — Muy bien. ¿Qué quieres, entonces? — pregunto — Pero si vamos a hacer un trato, debemos empezar ahora. Por ejemplo… Van a preguntarnos dónde nos metimos, así que mejor te inventas algo creíble al respecto y regresamos al jardín con todos. Si nos demoramos mucho más, nadie va a creernos y de seguro ya se habrán bebido todo el alcohol interesante.
Con Jared & Meerah
- Si no tengo nada con lo que chantajear, no les va a molestar que vaya corriendo y lo anuncie, ¿no? - No era idiota, y era casi un insulto que creyeran lo contrario. - Bueno, todo el mundo lo que se dice todo el mundo no, pero Bev está convencida de que puede juntarlos y eso es casi sinónimo de que lo sepa todo el mundo. Yo por mi parte creía que estaban juntos desde Año Nuevo. - No iba a olvidarme de la pelea que se montaron con David y cómo me habían arruinado una excelente partida. Al final había valido la pena eso de ir con las chicas, pero si no fuera por el escándalo de ellos dos habría robado bastante cerveza antes de destrozar a todos en las carreras. - Tampoco es que se escondan muy bien, tampoco. - Era una fiesta, ¿el baño no era algo así como el lugar por excelencia para irse en parejita?
- Te lo diré en otro momento, que si ella lo escucha seguro andará delatándome luego. - Me caía bien, pero era lo suficientemente parecida a Hero como para saber que no le gustaría mi idea de ir a explorar el exterior. ¡O peor! tal vez y hasta quería acompañarme o decirle a alguien que me vigile. No, no. - Y por favor, ¿quién creen que soy? Les doy un minuto para que se arreglen o lo que sea, y tú - Señalo a James y lo evalúo de arriba abajo. - Te toca adelantarte a nosotros. Si te preguntan, que no creo, diles que dejaste que Meerah me torture. Y tú. - Señalo a la rubia y largo un suspiro profundo antes de mirarla. - Te encargarás de que quede impecable y hasta te dejaré que me peines, que todo el mundo sabe lo mucho que odio arreglarme y eso es una excusa perfecta para nuestra tardanza. ¿No se supone que eres una obsesiva con la ropa? - Me doy media vuelta y les cierro la puerta al grito de “un minuto” en lo que me quedo a un costado.
__________
Con Jim & Meerah
- Te lo diré en otro momento, que si ella lo escucha seguro andará delatándome luego. - Me caía bien, pero era lo suficientemente parecida a Hero como para saber que no le gustaría mi idea de ir a explorar el exterior. ¡O peor! tal vez y hasta quería acompañarme o decirle a alguien que me vigile. No, no. - Y por favor, ¿quién creen que soy? Les doy un minuto para que se arreglen o lo que sea, y tú - Señalo a James y lo evalúo de arriba abajo. - Te toca adelantarte a nosotros. Si te preguntan, que no creo, diles que dejaste que Meerah me torture. Y tú. - Señalo a la rubia y largo un suspiro profundo antes de mirarla. - Te encargarás de que quede impecable y hasta te dejaré que me peines, que todo el mundo sabe lo mucho que odio arreglarme y eso es una excusa perfecta para nuestra tardanza. ¿No se supone que eres una obsesiva con la ropa? - Me doy media vuelta y les cierro la puerta al grito de “un minuto” en lo que me quedo a un costado.
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Con Jim & Meerah
- No estamos juntos. - Osea, sí pero no. No desde año nuevo, y no como él o Beverly podían pensarlo. Y resentía eso de no escondernos bien. La puerta estaba cerrada en un primer lugar, y hasta donde tenía entendido nadie nos había descubierto de verdad antes. Que los demás asumieran cosas por culpa de eventos pasados o comentarios como los que podían tener Hero o Beverly era una cosa completamente diferente.
Ya, entonces no había una preocupación real siempre y cuando mantuviésemos al renacuajo contento, aceptando algo que ninguno de los dos sabía que iba a ser. - No soy obsesiva con la ropa, simplemente tengo buen gusto y me dedico a eso. - Que no era lo mismo que estar obsesiva con eso. Pero al final no importa porque da media vuelta y me quedo pasmada cuando la puerta se cierra delante de mis narices. - No soy la única que cree que acaba de hacer un trato con el diablo, ¿no? - Volteo hasta llegar al lavabo y trato de mirar mi reflejo en el espejo. Bien, creo que estoy presentable. - Ten, sigues teniendo algo de crema del otro lado. - Le paso la toalla y le señalo el costado contrario de su cuello, que no tenía idea de cómo es que se había ensuciado ahí. - ¿Estás seguro que esto es lo mejor que podemos hacer? Todavía estoy a tiempo de probar el hechizo de borrado de memoria. - Ese que jamás había usado con nadie y que probablemente lo dejase idiota hasta que alguien repare mi error, ¿y cómo lo explicaría entonces?
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Con Jared & James
Ya, entonces no había una preocupación real siempre y cuando mantuviésemos al renacuajo contento, aceptando algo que ninguno de los dos sabía que iba a ser. - No soy obsesiva con la ropa, simplemente tengo buen gusto y me dedico a eso. - Que no era lo mismo que estar obsesiva con eso. Pero al final no importa porque da media vuelta y me quedo pasmada cuando la puerta se cierra delante de mis narices. - No soy la única que cree que acaba de hacer un trato con el diablo, ¿no? - Volteo hasta llegar al lavabo y trato de mirar mi reflejo en el espejo. Bien, creo que estoy presentable. - Ten, sigues teniendo algo de crema del otro lado. - Le paso la toalla y le señalo el costado contrario de su cuello, que no tenía idea de cómo es que se había ensuciado ahí. - ¿Estás seguro que esto es lo mejor que podemos hacer? Todavía estoy a tiempo de probar el hechizo de borrado de memoria. - Ese que jamás había usado con nadie y que probablemente lo dejase idiota hasta que alguien repare mi error, ¿y cómo lo explicaría entonces?
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Con Jared & James
Hay momentos en la vida de todo hombre en los que debe aceptar que ha sido superado por un enano de jardín y aceptar que ha sido poco inteligente, así que ese momento me ha llegado. Mi cara debe ser un poema a la confusión en lo que Jared se pone a dar indicaciones como si fuese el amor y señor de este baño y, para cuando sale, de seguro parece que me ha arrollado un tren — No… — le contesto a Meerah en cuanto la puerta se cierra detrás del niño — Jared me hace creer que la genética de Seth no ha sido tan fuerte como para tapar la maldad de Jamie Niniadis. Sin ofender — que sé que no es su abuela, pero sigue siendo su familia de alguna manera retorcida y desagradable. Atajo la toalla y me limpio con manotazos algo torpes, me asomo por encima de su cabeza para ver mi reflejo en el espejo y creo que, en definitiva, he terminado completamente limpio — Intentemos que tu primo no acabe siendo un vegetal por un incidente tonto. Ya veremos cómo lo solucionamos. No debe ser tan difícil — tal vez estoy pecando de iluso, pero ya qué. Apoyo la toalla en su lugar y, antes de salir, me las cobro dándole un rápido pero cariñoso mordisco en el costado de su cuello — Nos vemos luego. Suerte con el demonio.
Pasar por delante de Jared requiere de toda mi dignidad. Me acomodo el saco del traje con toda la altura que soy capaz de lucir y ni siquiera lo miro en lo que abandono el pasillo, cruzo la sala y salgo, una vez más, al jardín. Parece que el juego de los cupcakes ha terminado, pero mis compañeros han optado por ponerse en papel de confesionario y lo primero que hago es tomar el cigarrillo de obvia marihuana que Beverly tiene entre sus dedos — ¿Así que tú nos tuviste a todos en el baño? — inquiero, sin sorprenderme en lo absoluto. Doy una profunda calada, lo cual debe ser una mala idea si la mezclo con el whisky de hace un rato y pienso en un secreto, uno que no sea que Jared me está chantajeando por besuquearme con su prima — Di sexo oral en el mercado de esclavos a cambio de comida o cigarrillos, más de una vez — no creo que sea algo difícil de imaginar, no si tienes una idea de lo que es ese lugar. Me encojo de hombros, doy otra calada y hago girar el porro.
Con Jared & Meerah primero.
Con Bev & todos después.
Pasar por delante de Jared requiere de toda mi dignidad. Me acomodo el saco del traje con toda la altura que soy capaz de lucir y ni siquiera lo miro en lo que abandono el pasillo, cruzo la sala y salgo, una vez más, al jardín. Parece que el juego de los cupcakes ha terminado, pero mis compañeros han optado por ponerse en papel de confesionario y lo primero que hago es tomar el cigarrillo de obvia marihuana que Beverly tiene entre sus dedos — ¿Así que tú nos tuviste a todos en el baño? — inquiero, sin sorprenderme en lo absoluto. Doy una profunda calada, lo cual debe ser una mala idea si la mezclo con el whisky de hace un rato y pienso en un secreto, uno que no sea que Jared me está chantajeando por besuquearme con su prima — Di sexo oral en el mercado de esclavos a cambio de comida o cigarrillos, más de una vez — no creo que sea algo difícil de imaginar, no si tienes una idea de lo que es ese lugar. Me encojo de hombros, doy otra calada y hago girar el porro.
Con Jared & Meerah primero.
Con Bev & todos después.
No me sorprende en lo absoluto que el secreto de Hero sea tan naif, pero sí me quedo estupefacto ante la declaración de Syv. No sé cómo tomarlo, puesto que creí que nos contábamos absolutamente todo y… ¿Qué? — Ah… — es lo único que sale de mi boca ante sus palabras, girando mi cabeza en busca de Kyle para ver si tiene algo que decirme, que no creo estar mal al poner mala cara. No… ¿No? Y la ronda sigue, me mantengo callado en lo que todos declaran cosas que no me espero, hasta que Beverly admite que nos ha intoxicado a todos y no puedo hacer otra cosa que reírme entre dientes, hasta que James aparece de vaya a saber dónde. Me estiro para ver dónde está Meerah, pero la declaración hace que gire la cabeza con rapidez en su dirección. Abro la boca para hacer una broma, pero si hay algo que he aprendido, es que los asuntos del mercado no son material de chiste, así que me callo.
Al final, le quito el porro de los dedos a Jim y me lo llevo a los labios. No sé cuál es mi mayor secreto, ahora que lo pienso. No quiero contar sobre el cráter en el claro de nieve, hace ya más de dos años. No quiero ponerme a revivir una de las cosas que no hablo con nadie. Y es mi lado más infantil el que me hace ir hacia el lado que voy — He cenado en un restaurante con mi secretaria luego del trabajo y creo que tiene buenas piernas — me encojo de hombros, que no veo que sea una impresión errada. Doy una calada profunda y paso el porro para quien quiera tomarlo, que ya vi la expresión de “uh, drama” en el rostro de James. Tal vez, algún día, voy a crecer.
Con todos
Al final, le quito el porro de los dedos a Jim y me lo llevo a los labios. No sé cuál es mi mayor secreto, ahora que lo pienso. No quiero contar sobre el cráter en el claro de nieve, hace ya más de dos años. No quiero ponerme a revivir una de las cosas que no hablo con nadie. Y es mi lado más infantil el que me hace ir hacia el lado que voy — He cenado en un restaurante con mi secretaria luego del trabajo y creo que tiene buenas piernas — me encojo de hombros, que no veo que sea una impresión errada. Doy una calada profunda y paso el porro para quien quiera tomarlo, que ya vi la expresión de “uh, drama” en el rostro de James. Tal vez, algún día, voy a crecer.
Con todos
Bueno, creo que lo de la nata le ofendió, porque pronto el chaval desaparece de mi vista con una petaca que sale de no sé donde y me quedo con el cupcake en la mano, llevando la mirada en todo su recorrido hasta que ya no consigo verlo. Genial... Para tragarme la incomodidad le doy un mordisco al muffin, pero no sirve de mucho, no como lo haría al menos un trago de alcohol. Me lo termino por mantener la boca ocupada con algo, hasta pasar a meter las manos de nuevo en los bolsillos de mi chaqueta justo cuando Kendrick propone un juego que Hero toma con el mayor entusiasmo. Me acerco solo para no sentirme como un perro verde en la esquina, está claro que el peor secreto de la pelirroja sea copiarle los deberes a una compañera de la escuela, pero tengo que reconocer que me hace rodar los ojos con cierta gracia.
A las siguientes confesiones no es que pueda ponerles un mayor contexto del que dan, siendo que no conozco a la mitad de las personas que están aquí. Sí sonrío un poco cuando Syv toma la palabra y recibo su abrazo con más silencio del que me gustaría, porque de alguna manera puedo sentir las miradas de los demás sobre ella y no era mi intención que eso ocurriera. — Se apareció en mi chimenea por error — explico para no dar lugar a malentendidos, con una sonrisa más amplia hacia la rubia. Al final, yo no sé si esto va de secretos ridículos o de otros más profundos, y digamos que el único que se me ocurre decir ni siquiera es un secreto, no al menos fuera de las barreras de este distrito, donde tengo que llevar un uniforme, así que antes de nada tomo el cigarrillo de Kendrick para dar una calada y dejo que el humo se expulse con calma antes de decir: — Me mordió un hombre lobo hace como año y medio a las afueras del distrito cinco — le doy otra calada al porro y se lo paso a quién quiera tomarlo, pero me apresuro a añadir: — Hoy no hay luna llena, tranquilos — digo para aligerar la tensión, que luego también la matalobos hace su efecto, pero mejor avisar.
Syv & everywúan
A las siguientes confesiones no es que pueda ponerles un mayor contexto del que dan, siendo que no conozco a la mitad de las personas que están aquí. Sí sonrío un poco cuando Syv toma la palabra y recibo su abrazo con más silencio del que me gustaría, porque de alguna manera puedo sentir las miradas de los demás sobre ella y no era mi intención que eso ocurriera. — Se apareció en mi chimenea por error — explico para no dar lugar a malentendidos, con una sonrisa más amplia hacia la rubia. Al final, yo no sé si esto va de secretos ridículos o de otros más profundos, y digamos que el único que se me ocurre decir ni siquiera es un secreto, no al menos fuera de las barreras de este distrito, donde tengo que llevar un uniforme, así que antes de nada tomo el cigarrillo de Kendrick para dar una calada y dejo que el humo se expulse con calma antes de decir: — Me mordió un hombre lobo hace como año y medio a las afueras del distrito cinco — le doy otra calada al porro y se lo paso a quién quiera tomarlo, pero me apresuro a añadir: — Hoy no hay luna llena, tranquilos — digo para aligerar la tensión, que luego también la matalobos hace su efecto, pero mejor avisar.
Syv & everywúan
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Si no fuera porque creo que esto realmente va a valer la pena, me arrepentiría cada segundo que Meerah pasa examinando mi cabello, mi camisa, y hasta usando el hechizo de limpieza para retirar la crema de los puños de mi campera. No me es muy difícil poner mala cara en todo lo que dura mientras me repite que fue “mi idea” y mucho menos difícil me es mantenerla mientras volvemos a unirnos al grupo donde James ya está hablando. Que no escucho bien porque de golpe Meerah me tapa los oídos a lo cual respondo quitándomela de encima con un mínimo forcejeo y una mala mirada.
Al menos capto el juego con rapidez cuando me acerco y aunque trato de quitarle el porro de la mano a Jim, Ken me gana de mano. ¿Ah sí? Bien, mejor hacer un dos por uno. - Le robo cervezas a Ken de la nevera y jamás se da cuenta. - Solo por si James o mi prima tenían luego la idea de andar contándolo por ahí, mejor ser yo el primero en librarme de cualquier cosa que puedan usar en mi contra teniendo un buen juego como excusa. Mi mirada se desvía hacia Maeve cuando lanza su confesión y le sonrío cuando suelto un “genial”.
Al menos capto el juego con rapidez cuando me acerco y aunque trato de quitarle el porro de la mano a Jim, Ken me gana de mano. ¿Ah sí? Bien, mejor hacer un dos por uno. - Le robo cervezas a Ken de la nevera y jamás se da cuenta. - Solo por si James o mi prima tenían luego la idea de andar contándolo por ahí, mejor ser yo el primero en librarme de cualquier cosa que puedan usar en mi contra teniendo un buen juego como excusa. Mi mirada se desvía hacia Maeve cuando lanza su confesión y le sonrío cuando suelto un “genial”.
—¡No es engaño si terminamos todas juntas!— contesto al reclamo que me hace Mimi y espero a que termine con su propia confesión para rodearle los hombros con mis brazos, suerte que toda su maraña de rulos está controlada en una coleta tirante, así no tengo que quitarlos cuando me acerco para darle un beso sonoro en la mejilla con mi poco equilibrio, culpa de los tragos que me tuve que beber como prenda. —Eres la única para mí, Mimi…— arrastro mi voz al hablar, —con Holly, Maeve… Bev… Meerah, Hero, son las únicas…— me cuelgo de su hombro al seguir balbuceando nombres, en tanto la ronda continua con otras confesiones que escucho a medias. Lo que dice Holly me da tantas ganas de llorar de repente que voy hacia ella para usar su hombro como nuevo apoyo y le paso los dedos por su cabello rubio tan bonito en una caricia. —El amor no es una mierda, ¡si nosotras te amamos!
Me da ganas de decirle lo mismo a Bev, que la perdonamos por habernos intoxicado, y en todo caso, ¿no terminamos intoxicados siempre? Plantas, brownies, tragos… si llego a dar una calada de lo que se están pasando creo que voy a vomitar, bebí demasiado rápido mi prenda y me está pesando en la cabeza. Escucho lo que dice Ken y me inclino hacia el oído de Holly. —He visto esto en las películas, pero tú sabrás mejor que trabajas en una oficina… ¿Cuándo se ponen un traje siempre terminan tontos por las secretarias?— le susurro. —Debería preocuparme… yo, Olivia… ¿qué sigue? ¿Arianne? ¿Alice?— ¡por favor, con mis jefas no! No digo ninguna tontería más, más bien caigo en un pesado silencio al oír lo que dice Maeve, desde donde me encuentro trato de lanzarle una sonrisa de ánimo, que no creo que haya otra ronda en la que pueda decir algo así con la seguridad de que todos estamos libres de prejuicios. Hago un movimiento negativo con la mano para que el cigarrillo no pase cerca de mí, primero quiero que mi cabeza vuelva a sentirse en su lugar.
Me da ganas de decirle lo mismo a Bev, que la perdonamos por habernos intoxicado, y en todo caso, ¿no terminamos intoxicados siempre? Plantas, brownies, tragos… si llego a dar una calada de lo que se están pasando creo que voy a vomitar, bebí demasiado rápido mi prenda y me está pesando en la cabeza. Escucho lo que dice Ken y me inclino hacia el oído de Holly. —He visto esto en las películas, pero tú sabrás mejor que trabajas en una oficina… ¿Cuándo se ponen un traje siempre terminan tontos por las secretarias?— le susurro. —Debería preocuparme… yo, Olivia… ¿qué sigue? ¿Arianne? ¿Alice?— ¡por favor, con mis jefas no! No digo ninguna tontería más, más bien caigo en un pesado silencio al oír lo que dice Maeve, desde donde me encuentro trato de lanzarle una sonrisa de ánimo, que no creo que haya otra ronda en la que pueda decir algo así con la seguridad de que todos estamos libres de prejuicios. Hago un movimiento negativo con la mano para que el cigarrillo no pase cerca de mí, primero quiero que mi cabeza vuelva a sentirse en su lugar.
No sé por qué me río tan agudo de las caricias de Syv, debe ser culpa de la cantidad de alcohol que me trago sin siquiera respirar y del olor a marihuana, ese que me hace doler la cabeza. La abrazo, dejo caer mi cabeza sobre la suya en lo que todos siguen contando sus secretos, algunos de los cuales en verdad no me sorprenden en lo absoluto — ¡Oh, no soy la única con condiciones no humanas! — exclamo ante lo mencionado por Maeve — Eso explica de dónde debo conocerte. De seguro tengo algunos de tus papeles en mi escritorio… — sé que hasta su nombre me suena, así que de seguro acabo buscándola el lunes entre todo el desorden que tengo en la oficina. Genial, más personas qué ver en el ministerio y fingir demencia cada vez que me las cruzo. No importa la edad, el género o lo que sea; trabajar en el área de control y derechos de criaturas mágicas siempre me mantiene al tanto.
Ahora, entre las palabras de todos, las que mejor escucho son las de Synnove y, no puedo evitarlo, le lanzo una mirada de advertencia al desubicado de Kendrick. Míralo nomas, con esa cara de niño bueno y tonto, apuntando tan alto en la escalada de edad; no sea cosa que la fama se le suba a la cabeza y acabe teniendo groupies — Pfff… No pienses en esas cosas — le aseguro a mi amiga, dándole palmaditas en la espalda a modo de perezoso consuelo — Está loco por ti, que lo sabe todo el mundo. Ya verás que acabarán casándose y teniendo hijos dentro de no tanto, que todos saben que las parejas jóvenes que melosean cada cinco minutos acaban uniéndose al terminar los estudios y así se vuelven sweethearts de instituto. ¿No te dio ya un anillo? — que sino, ni sé de dónde lo ha sacado. Todo tiene lógica cuando lo ves de ese modo, con alcohol y azúcar de por medio.
Con Syv, Maeve & el resto
Ahora, entre las palabras de todos, las que mejor escucho son las de Synnove y, no puedo evitarlo, le lanzo una mirada de advertencia al desubicado de Kendrick. Míralo nomas, con esa cara de niño bueno y tonto, apuntando tan alto en la escalada de edad; no sea cosa que la fama se le suba a la cabeza y acabe teniendo groupies — Pfff… No pienses en esas cosas — le aseguro a mi amiga, dándole palmaditas en la espalda a modo de perezoso consuelo — Está loco por ti, que lo sabe todo el mundo. Ya verás que acabarán casándose y teniendo hijos dentro de no tanto, que todos saben que las parejas jóvenes que melosean cada cinco minutos acaban uniéndose al terminar los estudios y así se vuelven sweethearts de instituto. ¿No te dio ya un anillo? — que sino, ni sé de dónde lo ha sacado. Todo tiene lógica cuando lo ves de ese modo, con alcohol y azúcar de por medio.
Con Syv, Maeve & el resto
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No sé si me sorprende más el llegar cuando Jim confiesa las cosas que hizo en el mercado, que Ken diga algo como eso delante de su novia, o que Maeve se sincere adelante de lo que básicamente es un grupo de completos desconocidos para ella. Supongo que todavía no estoy lo suficientemente ebria como para aceptar todo como algo normal y, en lo que Holly asegura que conoce a Maeve de su departamento y no de la fiesta de año nuevo en la que no recuerdo si acabé pronunciando su nombre cuando se pusieron a hablar de Oli, soy yo la que tomo el porro de las manos de Ken e intenta dar una calada. Es horrible, y pese a que suelto el humo con normalidad, considero toda una hazaña el no haber tosido en el proceso.
Mi cara me delata cuando arrugo la frente y extiendo la mano para que alguien más se haga cargo del cigarro y suponiendo que soy yo la que tiene que compartir alguna cosa, decido no delatar la más obvia después de todo lo que nos costó hacer que Jared mantenga su boca cerrada. - La primera vez que me emborraché fue en el anterior cumpleaños de Hero… no, el anterior a ese; el punto es que acabé tan ebria que caí en la casa de mi recién descubierto padre y le arruiné la noche con una amiga. - Y sabía que una de las primeras experiencias que todo padre tenía con su hijo solía ser el vómito, pero no podía empezar a describir lo aliviada que me sentía de que esa no hubiese sido una que hubiese compartido con Hans.
Mi cara me delata cuando arrugo la frente y extiendo la mano para que alguien más se haga cargo del cigarro y suponiendo que soy yo la que tiene que compartir alguna cosa, decido no delatar la más obvia después de todo lo que nos costó hacer que Jared mantenga su boca cerrada. - La primera vez que me emborraché fue en el anterior cumpleaños de Hero… no, el anterior a ese; el punto es que acabé tan ebria que caí en la casa de mi recién descubierto padre y le arruiné la noche con una amiga. - Y sabía que una de las primeras experiencias que todo padre tenía con su hijo solía ser el vómito, pero no podía empezar a describir lo aliviada que me sentía de que esa no hubiese sido una que hubiese compartido con Hans.
A decir verdad, ya no presto atención ni a mis propias reacciones cuando el resto va contando sus secretos. Hay algunas historias que conocía, otras que no, pero no soy quien para juzgar. Al que van a juzgar, bueno… solo lo va a hacer una persona, tal vez dos si Meerah estaba prestando atención, era a mí. ¿El problema? No tengo otro secreto que contar, así de patética es mi vida. - Hubo un par de veces, menos de las que parece siendo que fueron tres años, en las que Jamie me sacaba de quicio y acabé por escupir en la comida de su plato. ¡Solo en la de ella! - Que no era mucho consuelo el saber que nunca se lo había hecho a Hero, así que me incorporo con rapidez, me sacudo las manos contra mis pantalones y me preparo básicamente para correr. - No me mates, por favor. - Es mi súplica a la pelirroja. - ¿Quién quiere pastel?
No llegué a oír la respuesta de nadie, básicamente me materializo al lado de la mesa y corto una porción que sirvo en un plato. ¿El problema? No me doy cuenta que Jared estaba prácticamente en frente mío y el pedazo de torta acaba estampado encima de su cabeza. - ¡Lo siento! - El pánico en mi vista es evidente y, antes de que pueda hacer nada para evitarlo, el demonio rubio grita “¡NO DE NUEVO!” y hunde, literalmente: HUNDE, la mano en el pastel y me lo arroja en medio de la cara. No sé que pasa, porque la verdad es que no sé cómo es que de la nada todo se vuelve una batalla campal de comida, y todo mi trabajo de la semana que no acaba en los cabellos de mis amigos, va a parar al piso. Lo voy a tomar como el karma por haber escupido la comida de Jamie Niniadis.
No llegué a oír la respuesta de nadie, básicamente me materializo al lado de la mesa y corto una porción que sirvo en un plato. ¿El problema? No me doy cuenta que Jared estaba prácticamente en frente mío y el pedazo de torta acaba estampado encima de su cabeza. - ¡Lo siento! - El pánico en mi vista es evidente y, antes de que pueda hacer nada para evitarlo, el demonio rubio grita “¡NO DE NUEVO!” y hunde, literalmente: HUNDE, la mano en el pastel y me lo arroja en medio de la cara. No sé que pasa, porque la verdad es que no sé cómo es que de la nada todo se vuelve una batalla campal de comida, y todo mi trabajo de la semana que no acaba en los cabellos de mis amigos, va a parar al piso. Lo voy a tomar como el karma por haber escupido la comida de Jamie Niniadis.
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Jared S. Niniadis
James G. Byrne
M. Meerah Powell
The Mighty Fall
Kyle A. Overstrand
Beverly S. Redford
Mimi J. Johnson
Hero N. Niniadis
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