The Mighty Fall
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Tras años de represión y batallas libradas, hoy son los magos los que caminan en las calles más pulcras del Capitolio. Bajo un régimen que condena a los muggles y a los traidores a la persecución, una nueva era se agita a la vuelta de la esquina. La igualdad es un mito, los gritos de justicia se ven asfixiados.

Existen aquellos que quieren dar vuelta el tablero, otros que buscan sembrar la paz entre razas y magos dispuestos a lo que sea para conservar el poder que por mucho tiempo se les ha negado. La guerra ha llegado a cada uno de los distritos.

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Abril

Y… ¿desde cuándo recibes estas amenazas?— consulto al abrir la puerta del baño para dejar un juego limpio de toallas sobre la tapa del retrete, que lo único que me falta es que me invitado salga desnudo a pavonearse por los pasillos de mi casa con la excusa de no tener nada a mano. Tener un único ejemplar de cada cosa, como una bata colgada en el baño, es la manera más clara que tengo de marcar mi territorio como personal y que no hay espacio para nadie más. Meses atrás no tuve reparos en hacerle sentir a Viktor Carstairs que estaba invadiendo mi propiedad, esta noche no pude encontrar en mí la indiferencia como para cerrarle la puerta en la cara, después de todo es lo más cercano en la vida que he tenido a un amigo.

Arrojo un par de sábanas dobladas sobre el sillón y arriba coloco la almohada que va a necesitar, tampoco tengo una habitación para los invitados que se quedan a pasar la noche. Es una casa de pocos cuartos y a cada uno me encargué de darle una utilidad que incluyera otros muebles, no camas. Es algo psicológico, no hace falta que me diga un especialista para saberlo. He dispuesto todo mi espacio personal de tal manera que es un reflejo de mi vida y el rechazo a que alguien entre. Por un par de noches puedo hacer una excepción, incluso abrí una botella de vino de la que me sirvo una segunda copa mientras espero a que Viktor vuelva a la sala. Sigo con el uniforme del trabajo puesto, en un rato debería ir a darme una vuelta por la base para revisar una guardia. —Tienes que decirme cuando estas cosas pasan— digo sobre el borde de la copa cuando, sin verlo, lo siento entrar a la sala. —Lo de tus padres pudo haber sido serio, conozco de pociones y la dosis que tenía esa bebida era para matar a alguien. ¿No tienes idea de quién podría ser? Podríamos comenzar por ahí. ¿Alguien que vaya por tus padres para llegar a ti?— consulto.
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Viktor R. Carstairs
Miembro del Departamento de Justicia
Dejo correr el agua sobre mi espalda con las manos apoyadas contra la pared de la ducha. Es el primer momento a solas que tengo desde lo ocurrido y por fin puedo permitirme borrar la sonrisa sardónica y dejar que la preocupación invada mi rostro ¿Que si me asusté? ¡Por supuesto! ¿Podía demostrarlo? Claro que no. Kida estaba aterrada hasta los huesos y ni hablar de James cuando la llevé a su casa para que se haga cargo de la niña por unos días hasta que las cosas vuelvan a la calma. Supongo que por eso no me quedé allí con ellos... Necesito preocuparme con libertad, investigar por mi cuenta sin que se den cuenta de que estoy envuelto en algo un poco más serio de lo que se los dejo saber.

-Casi dos años, creo - respondo cuando escucho la voz de Becca entrar al baño y hago una mueca que por suerte no puede ver - Y la auror que llevaba el caso murió, como dato curioso - comento intentando ponerle algo de humor a mi voz pero lo cierto es que no sale.

Cierro el grifo del agua y salgo de la ducha para secarme con el juego de toallas que me ha dejado, con especial atención en mi cabello, el cual envuelvo cuidadosamente con la toalla más grande hasta armar un turbante perfectamente equilibrado sobre mi cabeza. Luego, coloco la toalla más pequeña sobre mis hombros y salgo del baño rumbo al pequeño bolso que he traído con algunas mudas de ropa, el pijama entre ellas.

- Son cosas que pasan cuando eres juez, tenías cosas más importantes de las que encargarte - le digo encogiéndome de hombros mientras busco un boxer entre las pilas de ropas, al final lo encuentro y no me apresuro en ponérmelo - Te lo contaré la próxima vez si es que no estas defendiendo el ministerio de un ataque terrorista - agrego acercándome a ella para servirme una copa de vino - Podrían ser muchas personas... Aunque creo que deberíamos sospechar de mi nuevo compañero de oficina, Kevin. Nadie que tenga el cabello tan rojo es de confianza, se dicen que están chupados por el diablo desde épocas remotas - expongo vaciando la copa de un trago para luego dejarla a un lado y por fin, ponerme mi pijama - Sé que es uno de mis colores favoritos al cambiar de forma, pero no es el punto.
Viktor R. Carstairs
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If I would’ve known it · Viktor IqWaPzg
Invitado
Invitado
Mis ojos pasan del turbante sobre su cabeza a sus hombros bien protegidos de la brisa que entra por debajo de las puertas con una toalla, a la desnudez que hay debajo porque a alguien no le enseñaron cómo se usan las toallas. Muerdo la sonrisa en mis labios al recostar mi espalda contra el sillón y cruzar un brazo sobre el respaldo para poder continuar con la conversación con mi vista puesta en él, puesto que las condiciones no es algo que pueda molestarnos a cualquiera de los dos. —Dos años es mucho tiempo. Si tienes un sicario detrás, es uno perezoso— le doy mi opinión como conocedora de la materia, —a las muertes no se les debe otorgar una prórroga tan larga, se concretan lo más pronto que se pueda—. Si es la muerte lo que se pretende, y para mí me guardo otra opinión, que es la de que si bien he cobrado por asesinar personas, yo mismo decanto de la muerte habiendo otras maneras en que se puede hacer pagar a una persona todo lo que debe.

¿Quién era esa auror? ¿Cómo murió?— asumo mi tarea de interrogar para obtener respuestas que me brinden la información que está llegando tarde, podríamos haber actuado mucho antes de saber que corría peligro. Me relajo con otro sorbo del vino y sostengo la copa entre mis dedos con mis ojos siguiendo el borde del cristal. —Esos ataques terroristas son noticia de cada día, si tienes que esperar a que dejen de suceder, no hablaríamos nunca…— tuerzo mi boca en una sonrisa. —Si he llevado mis dramas a la cocina de tu casa, siéntete con el derecho de traerme los tuyos también— se lo concedo, después de nuestra última charla, se ha ganado este privilegio extraordinario que no suelo dar a nadie. Coloco los dedos de mi mano libre sobre la tela del sillón y palmeo el espacio vacío a mi lado para invitarlo a sentarse, me reacomodo cruzando mis piernas. —¿El pelirrojo que anda ocupando tu oficina estos días?— repito, lo medito con un poco más de vino y le lanzo una mirada que lo pone a prueba. —Apuesto a que el diablo se ha pasado un buen rato en esas, es atractivo. ¿Quieres que vaya a su casa esta noche y lo interrogue?— pregunto.
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Viktor R. Carstairs
Miembro del Departamento de Justicia
La idea de tener un sicario me pone los pelos de punta, ya sea perezoso o no. En realidad lo importante es que hay una persona detrás de esa persona que desea mi muerte y... No está para nada bien, sobre todo porque no puedes enfadarte con un juez por solo hacer su trabajo ¿No? Nadie se enoja con los sanadores por salvar vidas, aunque no sea le mejor ejemplo - Preferiría que no se ejecute en absoluto - remarco con las cejas en alto - Es extraño, hay otras personas a quien enviar sicarios ¿Por qué alguien se molestaría conmigo? - pregunto con una mueca como lo hice hace años ya tras la primera amenaza. Sigo siendo el mismo Viktor que realiza las mejores fiestas del Capitolio ¿Por qué alguien querría eliminar a un miembro tan importante de la cultura de Neopanem?

-Savannah Road, probablemente tú sepas más que yo al respecto - respondo sin mucha importancia. Otra cosa que son noticia de todos los días: Las muertes. Solo espero no tener que llorar por la pérdida de Rebecca en un futuro próximo, porque sí, lloraría por ella... Es mi amiga y no quiero que se muera - Gracias por el honor - le digo con una reverencia que luego se transforma en movimiento para poner los boxers en su lugar - Puede que te arrepientas de eso, tengo tendencia a ser dramático con algunas cosas - pero eso ya lo sabe, me encontró sentado en su sofá como si fuese una especie de mafioso ¿No?

Me dejo caer junto a ella en el sofá y apoyo mi cabeza en el respaldo cuando escucho como habla sobre Kevin. Hago una mueca cuando dice que es atractivo pues el enemigo no puede serlo... Y quizás por eso no lo vi de esa manera, pero es cierto. Tengo debilidad por los ojos celestes, eso es de público conocimiento y parece ser de los que se levantan todas las mañanas para correr así que debe estar en forma - Si es atractivo ¿Cierto? - pregunto ignorando por completo la pregunta, pero pronto vuelvo a la realidad - ¿Puedes ir y asustarlo para que renuncie y así tener mi oficina solo para mí de nuevo? - pregunto con una sonrisa traviesa girando mi cuerpo para poder estar frente a frente - Puedo transformarme e ir como tu compañero... Lorenzo Lowell, un europeo sexy que no habla inglés pero observa todo desde la sombras - propongo alzando las cejas varias veces.
Viktor R. Carstairs
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If I would’ve known it · Viktor IqWaPzg
Invitado
Invitado
No se necesitan demasiadas razones para mandar matar a alguien— digo, prestándole un poco de mi conocimiento sobre la materia, he tenido encargos de los más básicos, desde los pasionales hasta los estrictamente de negocios, en pocos la muerte era el único recurso posible. Lo eligieron porque podían pagarlo. —La gente con dinero busca en qué derrocharlo y pagar un sicario suele ser un lujo que les gusta darse— digo, lo hago ver superficial, aunque visto desde el otro lado, el que no tiene que ver con los motivos de los clientes, seguimos hablando de que alguien muere. Pero no es algo en lo que yo coloque mis pensamientos, esta es la primera vez que alguien a quien considero cercano se le eriza los pelos de la nuca por tener a un extraño respirándole detrás, provocando accidentes que pretenden dañarlo.

Ha pasado un tiempo desde que alguien cercano está tan claramente en la mira de un asesino, así que desnudo o no, mantengo mis ojos puestos en él. La muerte es un espectro negro del que no creo que tenga caso ocuparse, todos terminados siendo devorados por él. Sí puedo pensar en lo que me significaría ver a Viktor en agonía o en su absoluta ausencia en este mundo, y tengo que reconocer, que no me siento capaz de pasar por algo así otra vez. Bajo mis ojos a lo oscuro del vino dentro de la copa. —Road— con ese apellido trato de reencaminar mis pensamientos, —lo recuerdo. No hubo nada sospechoso en su muerte. Fue parte de las muchas cosas que salieron mal esa noche en el ministerio…— suspiro por el abatimiento que a veces cae sobre mis hombros por ver a los rebeldes tomándose atrevimientos que burlan todos los límites de seguridad, como si nuestras barreras tuvieran la misma firmeza que un castillo de naipes.

Seremos dos en esta sociedad de dramáticos, entonces— alzo mi copa para celebrarlo. —Los jueves contamos anécdotas y los domingos tenemos las orgías— bromeo, aparentemente distendida en la comodidad del sillón cuando se acomoda él también como un peso fatigado a mi lado. —Si es atractivo, ¿no es agradable tenerlo a la vista? No irás a reemplazarlo por un cuadro de arte moderno, espero— digo, cruzo un brazo para rodear mi cintura al hundirme entre los almohadones y tras beber otro sorbo, miro a la pared que tengo enfrente al sonreír. —Una vez conocí a un Lorenzo, tenía rasgos más morenos, muy buenos rasgos, más que solo buenos rasgos… y era mi profesor— acerco la copa a mis labios, deteniéndola al borde para no beber más de la cuenta si tengo pensado ir a revisar las rondas. —No, esta no es la típica historia de alumna que se lía con su profesor— le aclaro, no me molestaría que lo pensara cuando hay rumores de que el lugar que ocupo en el presente, lo conseguí acostándome con los que fueron reportándome alguna conveniencia y no es tan errado el pensamiento. —Había rumores de que él se liaba con otro profesor— así que las estudiantes no teníamos ninguna oportunidad de entrada, —espero que haya sido con Rockefeller— susurro para mí. —Puedo pasar a saludar a tu compañero de oficina, lo asustaré y le preguntaré qué intenciones tiene contigo, si no son serias, haré que instale su oficina en el baño del personal. Pero, aparte del pelirrojo, ¿no tienes más nombres?
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Viktor R. Carstairs
Miembro del Departamento de Justicia
Inclino mi cabeza hacia un costado pues lo que dice cambia por completo la perspectiva que tengo del asunto. Si es así, tengo alguien con mucho dinero detrás y no hay muchos que encajen en esa posición ¿Cuántos juicios de la alta sociedad que hayan terminado con un resultado trágico he presidido? Creo que ninguno, esos suelen arreglarse con tratos por dinero o servicio comunitario... No es algo de lo que esté orgulloso pero así es como funciona, no puedo controlar el sistema - Ahora me siento especial porque alguien esté gastando tanto dinero en mí - dejo salir como broma para aliviar el ambiente - No será el sugar daddy que siempre quise pero... Algo es algo - en realidad nunca me gustaron mayores, hasta hace poco.

Alzo las cejas y doy un sorbo a la copa de vino, uno muy corto para no perder el control tan rápido, y pienso en lo que sé hasta el momento sobre lo ocurrido en el departamento de misterios aquella vez. No creo que tenga que ver con todo ésto ni mucho menos, la muerte de Road no ha sido más que una coincidencia y un recordatorio para mí de que las personas mueren y estamos en guerra así que nadie está a salvo - No puedo esperar a que llegue el domingo - respondo juguetón con una sonrisa pero entonces un recuerdo golpea mi mente y mi expresión cambia por completo... No, no puedo hacer eso, mierda ¿Una de despedida quizás?

-No lo había pensado, desde que lo ví invadiendo mi espacio me decidí a odiarlo - explico pues las veces que alcé mis ojos fue para enviarle miradas asesinas, miradas que jamás captó porque el tipo se concentra tanto en su trabajo que es difícil entablar una conversación con él dentro de nuestras... mis cuatro paredes.

Sujeto la copa con más fuerza y me acurruco en el sofá cuando comienza la historia sobre el profesor, bastante decepcionado cuando dice que no se lió con él - Aburrida - me burlo de ella bebiendo un poco más. Sin embargo la historia toma un giro inesperado cuando menciona que tenía una historia con otro profesor - ¿Por qué esas cosas no pasaban en mi escuela? - me quejo pensando en lo divertido que habría sido fantasear no solo con uno ¡Sino con dos profesores! - ¿Rockefeller? - pregunto en un susurro porque me suena de algún lado, pero no lo identifico de momento.

Pongo los ojos en blanco porque estoy seguro de que si las intenciones de Kevin no involucran la muerte, mínimamente apuntan a complicar cada día de mi vida, pero supongo que eso puedo descubrirlo por mi cuenta sin enviar a la caballería pesada - No te preocupes, me encargaré de eso y si descubro algo sospechoso te lo haré saber - todo es cuestión de meterme en su mente por un momento - También están los Harkness, pero eso pasó hace años, no creo que sean ellos - ya tuvieron la oportunidad de vengarse en otras ocasiones y de seguro andan asociados a algún movimiento terrorista - Rockefeller... Había una abogado que tenía un padre, yo dormí con su padre... En la secundaria, era un chico muy dulce - caigo en la cuenta de la conversación pasada - Lo siento, estábamos buscando sospechosos... ¿Qué tal los padres de Kida? Por lo que me contó, están libres.
Viktor R. Carstairs
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If I would’ve known it · Viktor IqWaPzg
Invitado
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Tener a un sicario pisándonos la sombra no debería ser nunca un motivo para sonreírnos, sin embargo, mi boca se curva por sí sola en ese gesto que agradece el humor negro que podemos echar sobre cuestiones ponen a nuestra vida en circunstancias de las que no siempre logramos escapar, más bien toca convivir con ellas. —Tener a un psicópata detrás— digo y pienso en el mismísimo Herman Richter con su fama de terrorista al bajar mis ojos a la copa que se va vaciando, —siempre tendrá su encanto, es halagüeño conseguir la atención de una mente perturbada— bromeo, porque eso es lo que es, un chiste negro. Hago girar la copa entre mis dedos al ensanchar mi sonrisa. También es la más evidente prueba de que tiene que ser así para que también reciba atención de mi parte, por culpa de marcas que me hacen creer que no puede ser de otra manera.

Pero tener a Viktor en mi espacio me hace pensar en una especie de compañía diferente, con quien poder tener una charla para beber un poco, contar un par de chistes malos también sobre las cuestiones graves, que de haber sido mucho más joven habría tenido el impulso de preguntarle si él también se irá, porque los momentos buenos no suelen durar, ni tampoco las personas buenas en mi vida. Me encargué muchas veces de ser quien las espantará, mostrándole mi peor cara, dándole razones verdaderas o falsas, para que se apartara. Estoy muy mayor para preguntarle a alguien si se quedará, se quedarán el tiempo que tenga que ser, y salvo que sea necesario, no le daré razones para que se vaya, me callaré también las verdades, como cuando recapitula sobre el apellido Rockefeller para hablar de un abogado… ni yo misma me había dado cuenta de la coincidencia al mencionarlo. Pensaba en aquel profesor, no en el chico que murió en el distrito cinco, abogado del ministerio que estaba ayudando a enemigo público a escapar. Bebo para disimular el silencio que elijo a tener que decir algo que echaría sombra sobre este momento, que tal vez le recuerde a Viktor quien soy.

¿Dijiste Harkness?— pregunto, tengo que reacomodarme en el sillón para abandonar mi incomodidad anterior. —No soy una estúpida para creer que puedas referirte a la auror que murió hace poco. ¿Cómo demonios terminaste vinculado con el bastardo de Constantine Harkness, Viktor? El hecho de que sea algo que pasó hace años no es garantía de nada, quizá en esos momentos tenían otra cosa de la que encargarse, deben tener un cuaderno donde anotan los nombres de todas las personas que van a joder en la vida. No llegué a conocer en profundidad a Constantine, pero se me hacía un tipo de esos que les gusta ir tocando las pelotas de otros— resoplo, sí coincidimos, por otras cosas que no vienen al caso. —¿Y qué es eso de los padres de Kida? ¿Lo crees posible? No, no puede ser. Si son esclavos fugitivos estarán en el norte, no se habrán quedado a merodear por aquí. Imposible. Lo único que falta es que te asesinen los padres de una esclava a la que tratas bien…— sería el colmo, posible de sucederle a Viktor. —Veamos, estamos tomando una postura muy egocéntrica en esto, creyendo que todo tiene que ver contigo. ¿Qué hay de tus padres? Tienen la edad para haber vivido durante todo el tiempo de los Black. ¿Son partidarios de ellos? ¿Tienen enemigos? ¿Alguna vez jodieron a alguien?
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Viktor R. Carstairs
Miembro del Departamento de Justicia
Lo cierto es que me gusta tener atención y punto, no solo de las mentes perturbadas, así que dejando de lado el hecho de que si las cosas salen bien para el otro bando probablemente termine muerto... Es toda una aventura. Como tener un admirador secreto que en lugar de dejar flores y chocolates deja bombas y cartas escritas con recortes de periódicos - Hay quienes dirían que nosotros somos los psicópatas como para ver ésto como algo positivo - digo encogiéndome de hombros. La realidad es que no estamos bien ¿Alguien lo está en éste país? Quizás las desgracias del mundo han hecho que el término "normal" o "esperable" evolucione a una definición más laxa pues con lo que hemos vivido y hecho difícilmente podríamos encajarnos en lo tradicional.

Sé que somos dos adultos que se tiñen las canas y ya pronto llegando al medio siglo pero... Cuando insiste en el apellido Harkness me dejo caer contra uno de los lados del sillón con un quejido digno de un niño de cinco años al que envían a ordenar su cuarto - No quiero hablar de ellos - digo con la boca pegada al cojín por lo que no se entiende mucho lo que sale de mis labios. Pero al final suspiro y vuelvo a levantarme con la copa de vino a salvo y relamo mis labios para contar lo que ha sido una investigación que, honestamente, no quiero reabrir en mi mente - Las amenazas comenzaron después de enviar a su hija menor a la hoguera, Raven... Tiene dos hermanas mayores, las dos horribles - en el sentido interior pues si hay otra generalidad sobre las personas de Neopanem es que pueden meterse entre dos panes y comerse de un bocado - Son una especie de... clan - sigo explicando llevando mi mano libre al cabello para ¿arrancármelos? No, solo sujetarlos con nerviosismo pues el tema me pone ansioso - Hice un poco de investigación por mi cuenta en el norte y sí éramos blancos, pero creo tienen motivaciones más grandes ahora, no lo sé... Puede que estén en la movida de Richter o puede que estén montando un imperio en el sur, imposible saberlo... Pero ya no se escucha su nombre tanto como antes - la dejo tranquila pues no estaría aquí sentado de seguir preocupado por Constantine, probablemente estaría metido dentro de un búnker o camino a Asia para convertirme en monje.

- Por lo que ellos saben soy un juez que tiene a su hija lisiada contra su voluntad para que le cocine, limpie y ordene los calzones - y de todas formas no sería la primera vez que los humanos causan un problema dentro de nuestros muros, no son infalibles y ellos han demostrado ser ingeniosos - ¿Mis padres? - pregunto luego con una sonrisa recordando a la versión de ellos que vivió durante la época de los Black - Desde que los conozco con viejitos adorables... No, no tan viejitos que tenían mi edad cuando llegué al mundo - caigo en la cuenta horrorizado - Pero qué hicieron esos 45 años antes de ser padres, no tengo idea - no los veo en movimientos activistas, mucho menos como espías ¡Vivíamos en el once! - Supongo que sabremos más cuando mi casa amanezca mañana hecha escombros o prendida fuego, el modo de ataque dice mucho sobre una persona - o quizás ni siquiera ocurra nada.
Viktor R. Carstairs
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If I would’ve known it · Viktor IqWaPzg
Invitado
Invitado
No somos psicópatas— no debería, pero me río cuando lo digo en un tono juguetón. Mis labios se curvan en una sonrisa tranquila al continuar, dejo mi copa sobre el borde de la mesa. —Tal vez solo personas que aceptan algo, por dañino que sea, porque lo otro, lo bueno, está reservado para los demás…—. Antes lo creía injusto, luego entendí que así es la vida, habrá quienes tengan más, quienes tengan menos, algunos con un camino que los haga ascender, otros que tenemos por única tarea mantenernos en la superficie. Y que todo eso que una vez esperaste recibir a raudales, que esperaste encontrar en una única persona, todo eso te atravesó para seguir de largo, y quitarte más de lo que te dio, entonces la obsesión de alguien perturbado es lo que queda para compensar el deseo, también enfermo a este punto, de devoción.

Pese a que dice no querer hablar de Constantine Harkness, lo hace antes de que haya una réplica de mi parte. —Recuerdo a Raven— me guardo el que fue la chica que una vez me encomendaron asesinar y era tan escurridiza que nunca di con ella, hasta que mi cliente retiró el pedido, no me dio razones ni tenía por qué, pero supongo que se lo pensó dos veces si quería tener problemas con el padre de la muchacha. —Era un cordero al lado de lo que me han dicho que son sus hermanas…— si tengo que seguir los rumores, ya de por sí Raven tenía sus modos, las mayores eran para temer. Si éramos fiel a los rumores, Viktor estaría ahora cuatro metros bajo tierra, así que también quedan descartadas por ese motivo. —Y prefiero que la gente siga creyendo eso, no me importa que tenga a padres furibundos detrás, mejor ellos que Magnar Aminoff lanzándote al coliseo…— por traidor.

No lo hago nunca, podría decir incluso que no sé cómo hacerlo, porque lo olvidé o porque no recuerdo que hayan tenido el gesto conmigo, es nueva la manera en que tengo de acercarme a él para tomar su mano como lo haría cualquiera que tiene a un amigo en problemas. —Tengo que darme una vuelta por la base, volveré más tarde… pero puedes quedarte aquí todo el tiempo que haga falta y mañana te acompañaré a casa de tus padres para buscar entre lo que queda, antes de ir a trabajar— digo, lo que sí había olvidado era la simple calidez del contacto con la mano de otra persona. —No tengo muchos amigos, Viktor. Eres el único, así que haré lo posible a mi alcance para no perderte— susurro, me recuerda al conejo castaño que tenía cuando era adolescente que vivía en el distrito dos. Le doy unas palmaditas en el hombre al ponerme de pie para marcharme. —Tienes permiso de usar la cama, pero con algo de ropa, por favor.
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Viktor R. Carstairs
Miembro del Departamento de Justicia
Alzo las cejas con la mirada perdida y los labios fruncidos pues son tan pocos los corderos que hay dando vueltas por Neopanem que cuando te cruzas con uno tienes que protegerlo a toda costa, es lo que me ocurrió con Kida y James... Y probablemente con algunos otros que me he cruzado pero he mantenido lejos por mi propio bien - Yo creo que me vería bonito con una falda de gladiador - intento restarle importancia a la posibilidad que tanto me aterra. No debería pues con mi habilidad debería ser capaz de predecir las sospechas, huir antes de que las cosas se pongan serias y en caso de ser necesario cambiar mi rostro hasta que sea seguro volver a dar la cara... Tengo un plan, un bello plan de escape que espero nunca tener que poner en marcha - Estaré bien - le aseguro pues sé que ella misma será la encargada de darme caza, su departamento, y no la culparía por hacerlo - Atrápame si puedes - finalizo con una sonrisa.

Asiento cuando comienza a despedirse e intento ocultar como lamento que así lo haga. Desearía poder quedarme toda la noche charlando con ella, riéndonos de la oscuridad del mundo pues es la única forma en la que sé sobrellevarlo. Y lo que dice... Me deja sin palabras, sé que es honesto así que no puedo bromear al respecto, solo le dedico una sonrisa y un apretón cariñoso de manos.

Me paro junto con ella y doy el ya tan típico beso de despedida entre nosotros antes de darle la espalda rumbo a su habitación - Estoy recién bañado, Becca, no tienes por qué quejarte - digo al final sin mirarla mientras muevo algo exageradamente mis caderas en la caminata para hacerle algo de burla, claro que voy a usar pijama... Cuídate, mi amiga... pienso antes de cerrar la puerta detrás de mi.
Viktor R. Carstairs
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If I would’ve known it · Viktor IqWaPzg
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