The Mighty Fall
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Tras años de represión y batallas libradas, hoy son los magos los que caminan en las calles más pulcras del Capitolio. Bajo un régimen que condena a los muggles y a los traidores a la persecución, una nueva era se agita a la vuelta de la esquina. La igualdad es un mito, los gritos de justicia se ven asfixiados.

Existen aquellos que quieren dar vuelta el tablero, otros que buscan sembrar la paz entre razas y magos dispuestos a lo que sea para conservar el poder que por mucho tiempo se les ha negado. La guerra ha llegado a cada uno de los distritos.

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Abril

Temprano en la mañana el único sonido en las oficinas es el de las sillas al correrse para que los secretarios se acomoden en sus sitios habituales, en mi escritorio se escucha el repiqueteo de las teclas desde hace media hora. Lollis no pudo evitar preguntar a qué se debía tanta concentración de mi parte, porque no es Patricia Lollis si no está metiendo su nariz en lo que otras personas hacen, así que tuve que mentir diciendo que estaba tratando de terminar algo que me había quedado pendiente del día anterior y lo dije con el gesto de estar metido en un aprieto si alguien se enteraba, doy por hecho que será otro comentario de los muchos que viene haciendo sobre que soy el más holgazán en este departamento, hago de todo menos trabajo “de verdad” en sus propias palabras por lo que escuché.

Espero a que se vaya para poder acceder a los documentos de tratamiento actual por parte de los jueces del Wizengamot y busco aquel nombre que me han dado, lo hago mordiendo maldiciones entre mis dientes. Luego de la nueva ronda de entrevistas por la que tuvimos que pasar todos los funcionarios por el robo más reciente al ministerio, no debería estar haciendo esto, si lo hago es porque representa el menor de mis malos presentes en la actualidad o eso es lo que quiero creer. Echo un vistazo al reloj que llevo en la muñeca, no es el mismo de todos los días, pero prometí traerlo hoy. Imprimo los papeles que estoy leyendo y los coloco dentro de una carpeta vacía, todavía es pronto para que comience la agitación de todos los días en la oficina del ministro de Justicia, puedo perderme un rato para ir hacia el corredor donde están las puertas con las placas de los jueces del Wizengamot.

Entro en la que sabía que era del juez Carstairs y tengo dos segundos de duda cuando al dar un paso al interior, me encuentro con otro hombre que me echa una mirada severa por interrumpirlo. Cierro la puerta tras una disculpa rápida, y no, esta es la oficina de Carstairs. Mi confusión se ve aclarada cuando lo veo llegar por el pasillo. —¿Juez Carstairs? ¿Puedo preguntarle algo? En su oficina o donde prefiera— balbuceo, ya que el lugar parece ocupado por alguien más y todo indica que está cómodo ahí. Tamborileo con nerviosismo la carpeta que tengo en mano, con las pruebas literalmente en mi mano, me cuesta demasiado poner mi confianza en la palabra de alguien. —Es sobre un caso de tráfico de objetos malditos que tiene a cargo, van a liberar al hombre y… ¿qué si le dijera que hay un testigo que podría facilitarle la información que necesita para inculparlo? Sé que lo único que tienen en contra de Wolfgang Ruehl son sus antecedentes, pero nada actual… tal vez sí hay…— insinúo.
Anonymous
Viktor R. Carstairs
Miembro del Departamento de Justicia
Si fui uno de los últimos en someterme al interrogatorio fue porque quería que los cerebros de los interrogadores estuviesen lo suficientemente jugosos ya como para conseguir algo yo mismo de todo aquello ¿Para qué? Pues por simple curiosidad, es una razón válida ¿Cierto? Si hay alguien metiendo la pata en el departamento quiero saber quién es para así la próxima vez que pase a su lado pueda dedicarle una sonrisa macabra que lo o la haga temblar por lo que ha hecho, pero no más que eso. Así que llego algo tarde a la oficina, sin nada más que mi camisa remangada y unos botones abiertos por lo intenso de la charla... Oh y pantalones, por supuesto, que aún no me dejan hacer lo que se me de la gana en horario laboral.

Me cruzo con Meyer en el camino a quien estoy decidido a ignorar hasta que demuestra interés en charlar conmigo. Demonios. ¿Tiene que ser ahora? - Sigue siendo mi oficina, mi territorio, tiene mi perfume... No importa quien la esté invadiendo - saco de la nada con un dedo en alto y el ceño fruncido. Bueno, tendría que ir acostumbrándome en realidad pues Kevin lleva como dos meses ya así que parece que vino para quedarse.

Estoy a punto de decirle que vayamos a otro lado hasta que escucho de quién se trata y maldigo por lo bajo pues es un caso en el que el leprechaun está trabajando también así que creo que debería escuchar lo que sea que Meyer tiene para ofrecernos - Wolfgang, me cae bien así que no me entusiasma la idea de conseguir algo para inculparlo - comento con los ojos clavados en un objeto inexistente - Vamos, mi compañero también trabaja en eso - indico haciendo un gesto en la cabeza para que entremos.

Abro la puerta de par en par, porque sé que eso le molesta al pelirrojo, y tomo asiento sobre su escritorio dándole la espalda para luego indicar a David que se siente en la silla giratoria que está frente al mío - Muy bien, Meyer... Entrevisté a Wolfgang Ruehl cinco veces ya y de verdad no creo que haya hecho nada malo, pero aquí el alien de la oficina puede que esté más interesado en lo que tienes para decir - comento mirando sobre mi hombro para encontrarme con le otro juez, reclinado sobre su silla con los brazos cruzados y lanzándome una mirada de odio que bien podría penetrar mi cráneo - Oh vamos, te estoy dando un primer plano de una de las maravillas del mundo - juego con él enderezándome para que realce mi trasero sobre el escritorio - Te escucho.
Viktor R. Carstairs
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Shadows settle on the place that you left · Viktor C.  IqWaPzg
Invitado
Invitado
Como prefiera— balbuceo, lo último que quiero meterme es en una disputa de territorio entre jueces, y por eso mismo, como lo considero un tema confidencial, no estoy segura de que quiera compartirlo con un abogado que está invadiendo parte de su privacidad. Puesto que el nombre de Carstairs era el que vinculaba al caso, me cuesta un poco más reconocer al pelirrojo que está dentro como uno de los que también figuran en el documento. Disimulo la manera en que se agrandan mis ojos por la sorpresa al rascar una de mis cejas de forma nerviosa, los estudio a ambos a través del hueco que queda entre mis dedos, finalmente aparto mi mano para que mi rostro quede al descubierto al sentarme y comenzar a hablar de la razón que me tiene aquí. —Esperaba que pudiera ser una charla privada, lo que pueda decir prefiero que quede en esta oficina— digo, en medio del intercambio de los abogados que me hace pasar los ojos del uno al otro, se percibe algo raro en este ambiente y dudo que hayan escuchado lo que acabo de decir, así que me aclaro la garganta para volver a intentarlo.

Desconozco el carácter que pueda tener Wolfgang Ruehl y tampoco creo que ser una persona agradable o no deba tener peso en un caso… muchos psicópatas son las personas más carismáticas—. No debería ponerme en la postura de hablar a estos jueces como si mi opinión tuviera alguna autoridad, es en momentos así que echo mucho de menos a Locki. Él se hubiera parado a mi lado, su mano en mi mano, podría explicar esto mejor de lo que podría hacerlo yo y trato de invocar su presencia, la calma que me brindaba, la encuentro el instante en el que cierro los ojos para respirar hondo. —Hay una persona que puede testificar que Wolfgang Ruehl fue quien lo asesinó— lo digo así sin más, dejo que eso que parece una imposibilidad pese sobre las espaldas de ambos jueces. —Es un fantasma y digamos que... soy su abogado. Él quiere testificar contra su asesino, pero como en vida cometió sus propios crímenes quiere saber si su condición de fantasma le brinda un salvoconducto. ¿Estará a salvo? ¿Quedará exento de sentencia? Es un... fantasma— repito por si las dudas.
Anonymous
Viktor R. Carstairs
Miembro del Departamento de Justicia
Cuando el nombre del acusado vuelve a sonar en labios del chico, vuelvo mi cabeza hacia él para prestar más atención a sus palabras por lo cual me arrepiento casi de inmediato. No hace falta girarme, puedo sentir la sonrisa de "te lo dije" a mis espaldas, así que solo bajo del escritorio de un salto y comienzo a caminar por el corto espacio que ha quedado entre escritorios con las manos en mi espalda - Eres abogado, Meyer, deberías saber mejor que nadie el poder que tiene el carisma en una corte - respondo con las cejas en alto, lo cual no quiere decir que esté bien pero... es un factor importante, me ha permitido ganas muchos casos. Sin embargo, no me refiero a eso al hablar de Wolfgang, sino de datos concretos que puedo obtener gracias a mis habilidades y que lamentablemente no puedo poner por escrito ya que solo desvelaría mi condición por algo que no vale la pena.

Estoy camino a apoyar mi hombro contra una de las bibliotecas cuando escucho algo que, de tener bebida en la boca, probablemente me haría escupirla por completo - Ahora esto se pone interesante - comento con una sonrisa de lado sintiendo el ánimo renovado. Un fantasma testificando su propio asesinato es algo con lo que solo podemos soñar de niños, de hecho suele ser el capitulo obligado en las cientos de series policiales que hay en la programación estos días ¿Pero en la vida real? ¡Debemos estar sacándonos la lotería! - De ser ese el caso, debería presentar una denuncia formal pues lo que estamos tratando nosotros es un crimen distinto - dejo en claro con un dedo en alto pero sin descartar lo otro, de hecho chasqueo los dedos para que la vuelapluma comience a escribir.

- No puedo prometer nada, me gusta condenar a muerte - respondo sin poder contener el comentario pero en lugar de risas solo escucho la silla de Kevin arrastrándose para abrirle paso hasta David a quien le pide los papeles sobre el caso. Bueno, es mejor que él se encargue de eso pues no soy demasiado fan del papeleo... Prefiero las entrevistas, el trabajo de campo, todo lo contrario al pelirrojo - Público difícil... Volviendo al tema ¿De qué tipo de fantasma estamos hablando? Si está anclado a un sitio específico no creo que tenga nada de qué temer pero si se lo asocia a un objeto, las víctimas de sus crímenes estarían en condiciones de presentar cargos por lo ocurrido en el pasado y no sería del todo imposible castigarlo - comento con una mueca, pensativo - ¿Por qué ahora? ¿Por qué cuanto está siendo procesado por otra cosa y no luego de haber sido asesinado?
Viktor R. Carstairs
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Invitado
Invitado
Pensé que en la corte el poder lo tenían las pruebas de un caso, no he llegado al punto de que lo vea como una cuestión de carisma— digo, estoy iniciándome en esto como para renunciar fácil al trabajo duro y apoyarme en caer en gracia a los jueces con un carisma que ni siquiera sé si tengo, cuando me pongo a defender algo, creo que lo último que hago es tratar de agradar. —Todavía soy un secretario detrás de un escritorio— lo digo como lo que es, con un bache de tiempo en medio entre mi graduación de la escuela e incorporarme al ministerio, estoy en lo más bajo de la jerarquía de abogados. Locki al menos había conseguido ver un poco más de cerca lo que era el ajetreo en tribunales. ¿Yo? Me duermo con las gafas puestas a veces de tanto estar leyendo informes.

Tomaré como un primer logro el haber conseguido la atención de ambos hombres, de pronto interesados por este caso. —No tenía los recursos hasta este momento para hacer algo en consecuencia, ¿y en verdad puede? ¿Tiene algo de valor lo que pueda decir? Se encuentra, en verdad, muy limitado para demostrar incluso su propio asesinato…— froto mi frente con la mano como lo hago cuando algo se torna confuso, esto ha sido una discusión de semanas en la que nuestro testigo en realidad sugería otras maneras de tratar con Wolfgang Ruehl y fui yo quien lo convenció de llevarlo primero con los jueces que llevaban el caso, puedo verlo rodar los ojos ahora mismo. —Todas las respuestas que quiere, juez Cairstars, están en un solo lugar…— digo, puesto que todos sus interrogantes giran sobre lo mismo. Tiro de la manga de mi saco hacia arriba para desprender el reloj gastado y con el cristal roto que rodea mi muñeca, lo coloco sobre las carpetas. —Está atrapado en este reloj, atrapado es la palabra adecuada porque por meses estuvo dentro de una caja de metal hechizada. Y no sé si viene de ese trauma o es simplemente su carácter, no es muy dado a salir y hablar con la gente. Si lo hizo conmigo fue porque lo encontré— le explico.
Anonymous
Viktor R. Carstairs
Miembro del Departamento de Justicia
Oh inocente palomita. En una corte justa quizás eso es cierto, se evalúa la evidencia y luego de eso llegamos a una decisión ¿Pero en Neopanem? Tenemos una varita metida en el trasero cada vez que hay que condenar a los que ya están destinados a algo, no importa lo que es justo o no, solo el mensaje. Así como muchos logran librarse del castigo por tener abogados lo suficientemente conocidos como para hacer del caso un show y ganarse al público de esa manera... Lamentablemente, lo último que importa éstos días es la verdad, pero es tierno que David aún piense que hay una salida de todo eso - Te llevarás mejor con él que conmigo - le digo dándole una palmada en el hombro - Pero si quieres dejar de ser un secretario detrás de un escritorio, será mejor que hagas amistad conmigo - le recomiendo con un dedo en alto.

Asiento pues puede apostar a que lo ayudaré con ésto, no solo por la justicia y bla bla bla, sino por el sueño de ese niño que quería ser abogado que me patearía en las bolas si dejara ir algo como esto - En realidad con los fantasmas hay un detalle interesante... En su... imagen - digo a falta de mejor palabra - queda el rastro de cómo fueron asesinados, así que podemos tener una autopsia aunque el crimen haya sido hace años - comento fascinado y creo que incluso veo una sonrisa de lado en el rostro de Kevin pese a que lo disimula - Y tenemos al mejor testigo de todos, se han levantado casos con menos.

Lo siguiente no lo veo venir, así que para cuando reacciono tengo la boca abierta en una sonrisa que ocupa casi todo mi rostro y los ojos clavados en el reloj que deja Meyer sobre la mesa - Quiero frotarlo y pedir tres deseos - confieso a los presentes antes de inclinarme sobre la mesa para verlo más de cerca.

-Si sabes que no es un genio ¿Cierto? - pregunta Kevin al cual ignoro pues no es quien para arruinar mi sueño de niño - Tenemos enfrentar ésto como un caso normal ¿De acuerdo? Al igual que para nosotros, será nuevo para la defensa así que usarán los recursos que están a su mano... Primero armamos el caso como si no estuviese aquí y luego deberíamos jugar la carta del fantasma para dar el golpe final ¿Me comprendes? - sigue parloteando le pelirrojo con tono serio aun deslizando sus ojos por los papeles ¿En serio no se va a acercar a ver el reloj extraño que contiene un fantasma - Pero sí deberíamos hablar con él... Quizás en un sitio en dónde se sienta más cómodo - propone casi con un tono canturrón y entonces lo noto... ¡El también es gay!
Viktor R. Carstairs
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Invitado
Invitado
Tengo que apretar los dientes al quedar en claro, una vez más, que con las ideas que tengo sobre la justicia, no parece que vaya a moverme demasiado lejos del escritorio de secretario más no sea para ir a buscar una taza de café a mi jefe. Y en eso Carstairs tiene razón, puedo tratar de un secretario de bajo perfil en este momento porque es lo que me conviene, pero no es lo que quiero ser toda la vida. También quiero ser juez, con la salvedad de que espero que sea un tribunal distinto al que tienen ahora. Así que tiendo mi mano para que la estreche como si fuéramos a cerrar un trato. —Podemos intentarlo— acepto a medias su propuesta de amistad, porque no sé qué tan amigo podría llegar de un juez del Wizengamot, no por los prejuicios, sino porque estaría en falta yo y nunca me ha gustado sentir que brindo una amistad deshonesta, la amistad es uno de los valores más firmes que me enseñaron.

Asiento con el mentón cuando se empieza a hacer ver convencido de que Nikolaj podría llegar a aportar una prueba válida al caso, no digo nada sobre que no hay heridas tan visibles como una quemadura o un disparo, fue carne golpeada hasta después de que dejara de respirar aunque las condiciones de su muerte creo le toca a él contar. Tal parece que el juez podría concederle la audiencia más extraña para escuchar su testimonio, y esto es, darle un reloj para que se lleve a casa. Lo retiro de mi muñeca y lo coloco sobre la palma de mi mano para que pueda tomarlo. — Por lo poco que lo conozco, le cobraría por esos tres deseos y serían imitaciones falsas— lo prevengo, aunque el otro abogado se encarga de prevenirlo de consideraciones más generales. Sigo lo que dice hasta el final, donde veo la oportunidad de intervenir otra vez. —Ah, sí. No creo que vaya a presentarse aquí. Puede llevar el reloj a su casa, los días que haga falta y luego me lo devuelve— no es que esté queriendo deshacerme de él, tal vez solo un respiro de unos pocos días, que nuestras conversaciones siempre rozan en puntos donde se nota que tenemos opiniones diametralmente opuestas y aun así, por cosas que me ha contado, entiendo que la razón por la que pueda haber quedado como fantasma tras su muerte, puede tener que ver con esta justicia que nos coloca a todos en los lugares equivocados. —¿Quieren… hablar a solas? Puedo irme, de hecho, tendría que volver a… ser un secretario— digo, coloco mis manos sobre el escritorio en un impulso para ponerme de pie.
Anonymous
Viktor R. Carstairs
Miembro del Departamento de Justicia
Frunzo el ceño cuando dice que podemos intentarlo pues eso refleja que no tiene demasiada fe en ésta posible amistad... Y lo cierto es que lo necesito tanto como él me necesita a mí pues, pese a que soy un metamorfomago, sería bonito poder ir a un bar y poder conseguir tragos gratis sin tener que usar la magia. David es joven, guapo, el segundo de fiesta perfecto para alguien como yo - Perfecto, comenzaremos a intentarlo el sábado, marca tu agenda - digo haciendo una pistola en el aire.

Sonrío de lado con el comentario pues eso hace que el fantasma me caiga un poco bien. Un momento ¿Podría usar la legeremancia con él? Es un campo que aun no he explorado y sería un experimento interesante dejando de lado el caso. Aunque cuando narre su muerte probablemente terminaría viendo todo desde su punto de vista y dudo que morir en la mente sea algo recomendable para alguien que tiene que seguir viviendo al día siguiente.

Así que solo guardo silencio mientras hablan y tomo el reloj ahora con un poco de desconfianza. Lo observo con una mueca y lo meto en el bolsillo de mi pantalón, solo para quitarlo dos segundos después y meterlo en el de mi saco pues ahí se siente menos extraño - Así que tengo una entrevista con el fantasma, no imaginaba mejor forma de pasar mi semana - digo a ambos intentando ocultar la naciente preocupación sobre las posibilidades - Espera... - pido a David pues parece con ganas de irse ya - ¿Confiará? Quiero decir... Hasta ahora solo ha hablado contigo y cuando lo frote en casa...

-No tienes que frotarlo
-
me interrumpe el pelirrojo.

- CUANDO SALGA EN MI CASA ¿Así está mejor? - sigo dando un respingo - Me verá solo a mí... ¿Hablará de esa forma? - pregunto caminando hacia mi escritorio para tomar un pen drive con algunos archivos y entregárselos al secretario - Y lee eso... Sería más cliché darte una enorme pila de archivos pero el siglo XXV le ha quitado el drama a la vida.
Viktor R. Carstairs
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Invitado
Invitado
Se ve mucho más decidido que yo con esto de formar una amistad, así que parpadeo para recuperarme de la sorpresa que me supone este compromiso que veo en puerta y asiento con el mentón para darle mi confirmación. —Ahí estaré… ¿dónde?— pregunto. Me ha dicho cuándo, pero no dónde. Hay sábados que me hacen pasarme por la oficina, domingos en los que también tengo que venir a revisar algunas cosas, nada que lleve más que unos minutos o unas pocas horas, así que creo que para el sábado puedo hacerme un tiempo para alguien que podría darme consejos que sumar a los del tío Dorian. Haré el esfuerzo de no pensar que es uno de los jueces del Wizengamot, de los que también intervinieron en juicios como el de Raven, después de todo, ¿es precisamente ahí donde quiero llegar algún día, no?

Para que casos como el de esta fantasma también puedan ser juzgados como algo más que un trámite que hay que acabar rápido, Carstairs tiene algo que me hace entregarle el reloj con confianza, claro que dentro no hay más que un tipo que a veces se pone fastidioso, perderlo no me supondría un verdadero daño, pero me conozco y sé que luego no podría lidiar con la culpa de haberlo dejado en manos de cualquiera. Hay cosas que me tomo con una gravedad mayor de la que debo o lo que son mis responsabilidades para con otros, así que trato de no darle vueltas a un segundo pensamiento sobre la estadía del fantasma en casa del juez Carstairs, lo recogeré luego y seguramente lo veré el sábado. Esta entrevista a solas era lo que teníamos que conseguir. Callo al escuchar el intercambio entre los dos, creo ser un tanto perceptivo sobre las relaciones donde no conviene meterse, y hablo de nuevo cuando me dirigen una pregunta directa. —Sí, hablará. Está esperando que pudiera hacer este contacto, tiene mucho que sacar fuera…—. Habrá sido el tipo más reservado cuando estaba vivo, porque muerto no deja de hablar y quejarse de todo. Tomo el pendrive entre mis dedos para guardarlo luego en el bolsillo de mi chaqueta. —Gracias, juez Carstairs. Y no, no creo que el siglo XXV nos haya privado de dramas, a veces solo se encuentra en lugares distintos a los que buscamos— me despido al ponerme de pie y dejarle el reloj en préstamo.
Anonymous
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