Jong Hyun tendía a ser algo obsesivo cuando se lo proponía, y tendía a hacerlo demasiado, esto se acentuaba cuando algo le ponía nervioso o ansioso, y era frustrante cuando no sabía qué era exactamente lo que lo ponía así, pero al menos tenía una manera para salir del estrés, supiera o no, siempre había una manera de contrarrestarlo y lo haría. Había pasado gran parte de la noche analizando el procedimiento, los ingredientes, temperaturas, vio la luz del sol salir por la ventana y él seguía despierto pensando hasta el último detalle, no era de extrañar que hubiera sido el primero en llegar al restaurante, normalmente era el último, pero tenía mucho que planear y revisar antes de ponerlo en practica. Otra cosa común era el que se encerrase en la oficina a hacer papeleo y no saliera hasta pasada la hora del cierre, pero era temprano y él ya estaba en la cocina moviendo cosas de aquí para allá, muchos de los que ahí trabajaban ya conocían su modus operandi, por lo que se hacían a un lado cuando le veían ir y venir, no era una persona paciente cuando estaba en ese humor, tampoco solía prestar atención a sus alrededores, así que si se ponían enfrente seguro se los llevaba por delante sin siquiera darse cuenta, así era él cuando se lo proponía.

Estaba colocando los últimos ingredientes cuando escuchó la voz de su hermano y dio un pequeño salto en su lugar por el susto, lo que provoco que, sin querer, pusiera un poco más de lo necesario, rechinó los dientes y le miró con molestia por sobre su hombro - pues en este momento, creo que lo será, y más te vale decir que esta delicioso porque tu lo acabas de arruinar - le reprendió, como si el otro no fuera el mayor, al diablo los modales, su obra de arte de toda la noche y todo lo que iba del día acababa de irse con una espolvoreada de más, tendría que empezar de cero. Levantó la mirada hasta notar como todos les veían como esperando su explosión y sonrió para sus adentro, en lugar de eso, apagó la hornilla y se volvió en redondo, pasando sus brazos sobre los hombros de su hermano y poniendo su mejor gesto de inocencia agregó - si te enfermas, yo te cuido - su tono estaba lleno de promesas que muchos podría llevar para el lado de la coquetería, él sabía que simplemente era como decir morirás lentamente en mi cuidado, pero adoraba hacer incomodar a los curiosos, era su naturaleza fastidiar, además, así se quitaba de encima algunas de sus empleadas... y se las quitaba a su hermano también, le agradecería después.