Recuerdo del primer mensaje :

He escuchado muchas cosas sobre los primeros días de paternidad, como que no vas a pegar un ojo o que no tendrás ni tiempo para darte una ducha o comer. La verdad es que o todos son unos tremendos exagerados o Hayden es el bebé más bueno de la faz de la Tierra; yo no estoy loco, parece que mi hijo ha agotado toda su energía en nacer dos semanas antes de lo pactado y ahora se dedica a estar aburrido con un mundo que no era tan emocionante como él esperaba. Duerme casi toda la noche, es demasiado cronometrado para comer y, por lo demás, tiene un rostro de viejo arrugado que mira todo a su alrededor sin mucho interés. Lo único que parece gustarle demasiado es la voz de su madre y el móvil que suele girar sobre su cabeza en la cuna, con un montón de planetitas y estrellas brillantes. Su personalidad quedó completamente marcada cuando conoció a la bebé más cercana que tiene, su prima, la cual por poco casi se le tira encima y lo aplasta con su gordura al conocerlo, mientras que él ni se inmutó. Hasta recibió los besos babosos y todo, hasta volver a quedarse dormido. Obviemos que después le vomitó el traje a su tío justo antes de tener que irse a una junta ministerial.

Ruego que hoy se porte tan bien como siempre cuando su otro tío aparece en escena para conocerlo, apenas ha sonado el timbre que yo ya he ido con la pelotita rosa envuelto en una manta verde, de esas que tienen la cabeza de un sapito en uno de los extremos; Phee dice que es adorable, yo lo veo un poco turbio — ¡Y aquí tenemos al que se encargará de llevarte a tomar cerveza cuando nosotros te digamos que no lo hagas! — es pura broma, que ni siquiera me imagino a Jacques haciendo algo como eso, pero me toca creer que será un mejor compinche que yo cuando se suponga que tenga que ponerle límites. Con una palmada en su brazo con la mano que tengo libre, intento dejar a Hayden a la vista. Está despierto y el gorro le ha caído tanto sobre la frente que hasta parece estar de mal humor — No le digas a Phoebe, pero yo digo que parece un duende de Navidad — bromeo en un murmullo que pretende ser compinche, a pesar de que pongo mi mejor cara de santo cuando mi mujer aparece en escena.

Hace tiempo que tengo bien en claro que mi vida sería muy diferente hoy si Phoebe y yo no nos hubiésemos vuelto a encontrar ese día en el once. Habíamos tomado caminos diferentes y, en cuanto a mí, muchas cosas no habían cambiado desde las épocas en las cuales éramos colegas en asuntos callejeros. ¿Habría seguido un camino hasta el distrito cuatro de ser diferente? Sé que no, no me interesaba y sé muy bien que no necesito de una casa inmensa para ser feliz, pero hoy parece ser lo mejor para mantener a mi familia a salvo. Ahora, con respecto a mí… — Jamás tuve bien en claro qué quería hacer de mi vida — confieso — En cuanto no tuve que estudiar más por obligación, abandoné toda vida académica para buscar la salida fácil. Por ahora no me molesta mi trabajo, pero sé que llegará el día en el cual me sienta frustrado dentro de él — tengo hasta entonces para descubrir en qué soy bueno, qué es lo que me motiva además del orgullo y el llevar la comida a la mesa. No será fácil el hacerlo, no cuando estoy casado con alguien cuyo apellido está demasiado ligado a la clase alta de NeoPanem — Supongo que me toca encontrar una pasión diferente al vicio por la adrenalina de lo ilegal — intento bromear, cuando los dos sabemos que es solo una verdad camuflada.

No me sorprende su respuesta, la veo venir como un tren que toca bocina antes de pasar a toda velocidad. Más de una vez he pensado que mi hermano peca de ser todo lo solitario que puede ser, tampoco puedo culparlo en vista de que yo tampoco tengo un círculo social demasiado amplio. Asiento de forma que pueda indicarle que lo comprendo y que, a su vez, él ha entendido mi punto; siento que nos encontramos en los diferentes extremos de un mismo problema, como si pudiésemos completarnos en caso de colapsar para volvernos una misma persona. Al final, acabo arrugando un poco mi frente — Diablos, Logan. Necesitas salir y follar más — suena un comentario que desaprueba todo su ser y acabo sonriéndole de manera bromista — Ya, hablando en serio. ¿Por qué no intentas expandir tus horizontes? No hablo de salir con alguien, sino también de hacer cosas nuevas. Dicen que romper la rutina es la que nos saca de ese eje fastidioso en el cual todos caemos en alguna que otra ocasión — como nosotros ahora. Me dejo caer contra el respaldo, colocando mis manos entrelazadas sobre mi abdomen — Ahora que tengo un bebé, necesitaré escaparme una vez cada cierto tiempo para poder sentir que no vivo entre pañales. Podríamos organizar algo juntos… Como viernes de bares o un curso de macramé para adultos — me río por la idea absurda y ladeo la cabeza en su dirección — Siempre he sentido que eres demasiado correcto para tu propio bien y no te permites disfrutar de ciertas cosas. No te digo que te lances de lleno a cometer delitos para sentirte vivo, pero… ¿No crees que debes dejar de vivir para el trabajo y buscar el modo de salir de tu molde?

—Mientras ese día llega— lo digo así para hacer a un lado esa pesadumbre que no está dejándole ver a mi hermano que tiene mucho por lo que sentirse bien, dos de esas razones se encuentran a unos pocos pasos, y no lo pienso así porque crea que una esposa y un hijo son la respuesta a todo, yo tuve una esposa y fue más un problema que una respuesta, sino porque cuando encuentras personas que le dan un sentido a la mayoría de las cosas y se quedan a tu lado, ningún problema debería parecer imposible de resolver. —Prueba hacer las cosas de una manera diferente. Muchas veces tratamos de encajar, cuando lo que toca hacer es cambiar las formas. ¿Quién dice que no puedas encontrar o armar algo intermedio entre lo que eras y lo que eres?— sugiero, por complejo que pueda parecer como consejo, espero que se vuelva algo comprensible con el tiempo y no quede como enigma sin resolver.  

Y esto es lo que pasa cuando tratas de ser comprensivo con tu hermano menor y sus dilemas, su comentario de salir y follar más me hace poner los ojos en blanco. —Había una parte en todo lo que dije sobre haber caído antes en lo superficial y que eso me llevó a sentirme solo a esta edad en mi vida— retrocedo en lo dicho. —He pasado los treinta, no voy a volver a los quince. No voy a llenar vacíos con humo— le muestro mis palmas al decirlo, para mostrarle la nada que hay en el aire. —Podemos salir a tomar algo cada tanto, esa parte de tu plan me agrada. No me niego a follar con nadie. Tal vez sí deba buscarme otro pasatiempo…— otro más, me temo sentirme aburrido de todas las cosas que hago y eso podría ser peor que simplemente no hacer nada. —Mi trabajo no es el problema, es lo que me gusta, es lo que quiero mantener. Si algo tengo que mirar, es alrededor, la falta se siente alrededor. Chuck…— vuelvo a colocar una mano sobre su hombro, —he cometido mis errores y traté de aprender de ellos, la imagen de hombre correcto que crees ver es el resultado de eso. Y no es por ser correcto, solo no quiero ir toda mi vida de una decisión equivocada a otra, sino empezar a hacer cosas y tomar elecciones que me den algo que tengan algún valor real en mi vida— palmeo su hombro y por encima de este me fijo la puerta por la que salió Phoebe con el bebé.

—No te dije lo de sentirme solo para que te sientas mal o te preocupes por mí— digo al ponerme de pie y uso mis palmas para alisar las arrugas invisible de mi ropa, —no me lamento de estarlo, sino de otras cosas. ¿Llamarás a Eloise entonces? Supongo que cuando venga a conocer al bebé podrás hablar con ella, así que yo… buscaré algún momento para conversar— mientras sea en esta vida… —Para no tener problemas con Phoebe porque vayas a un bar cuando Hayden tiene semanas, traeré yo las cervezas la próxima vez que venga y vamos a la playa— no, gracias, no quiero líos con mi cuñada, estar en buenos términos con alguien que considero una hermana está entre mis decisiones inteligentes.

— Logan… — le llamo en tono conciliador, arqueando las cejas que buscan interrumpir su manía de tomárselo todo en serio, cuando siempre he sido una persona que le ha esquivado a la seriedad — Sólo estaba bromeando. Nadie tiene intenciones de que te comportes como un adolescente, el tiempo y el espacio no lo soportarían — posiblemente existiría una especie de falla en la matrix y tendríamos que salir corriendo a conseguir a alguien que lo solucione por arte de magia, como en esas películas cargadas de robots, mensajes confusos y cucharas que se doblan. No sé cómo ayudar a mi hermano en las faltas que lo acarrean, supongo que cada hombre o mujer es diferente y encontramos la plenitud en momentos y personas diferentes. Queda en él el saber cómo solucionarlo, supongo que son esas cosas que uno tiene que descubrir por su propia cuenta — Estoy seguro de que un día, sin que te des cuenta, te toparás con lo que te estaba faltando. Y en ese segundo, simplemente lo sabrás — como casi todo lo importante que puede golpearnos en la vida.

— No sé cómo esperas que no me preocupe por ti. Siempre lo hago, es parte de ser familia — le recuerdo, que no compartimos apellido pero sí cosas mucho más importantes. No me queda otra opción que ponerme de pie — Llamaré a Eloise durante la semana, creo que tiene que enterarse por mí del nacimiento de Hayden antes de que le lleguen los rumores por medio de alguien más — que conociendo como funciona el sistema de chismes del Ministerio de Magia, no me sorprendería que ya lo sepa — Te mantendré al tanto si tengo alguna novedad y, si tú quieres, siempre puedes sumarte. No nos vendría mal tratar de estar tranquilos mientras se pueda — o mejor dicho, mientras nos dure la calma y las excusas. Creo que pensar siquiera en tener que hacer esa llamada hace que sienta más efusivo mi asentimiento ante sus cervezas — Hay un muelle aquí cerca en el cual podemos sentarnos a beber sin fastidiar a nadie y que tiene una vista espectacular. Ya sabes, la clase de cosas que hacen que toda esta locura valga la pena — le sonrío, porque está bien en claro que hay una lista inmensa de la cual me siento agradecido todos los días. De esas que no figuran y tendré que solucionar con el tiempo… bueno, ya encontraré el modo de solucionarlas, pero están lejos de ser prioridad. Ambos lo sabemos.