Historia

La casona de los Lackberg es uno de los sitios más conocidos de Noruega por su mala reputación. Las antiguas leyendas contaban que allí se alojaba una bruja que encantaba a los navegantes y por ésto jamás llegaban a su destino. Los vikingos le temían y en algunos reinos hasta le brindaban ofrendas para que tuviese piedad por ellos. Con el tiempo los barcos se fueron alejando de ese puerto dejando a la veela sola hasta que un valiente marinero se animó a desafiar las historias cientos de años después. De la unión nació una pequeña joven que 20 años más tarde tendría al vivaracho y travieso Ivar.

El niño tuvo poca relación con su abuela y hoy en día solo recuerda lo que dicen las cartas, pero cree que es la mejor historia de amor jamás contada y desearía poder compartirla con el mundo de no ser porque eso solo desvelaría la sangre de criatura que corre por sus venas.

Hasta los 10 años no se le permitió dejar la casa y fue entrenado allí en el arte de la magia. Tenía los mejores profesores pues su madre fue la mujer más paciente y su padre fue un guerrero valiente al igual que su abuelo, pues si bien no tuvo que aventurarse en barco hasta la casona, tuvo que reunir el valor para cortejar a una semi-veela segura de sí misma como lo era la mamá de Ivar.

En su cumpleaños número 12, abandonó Noruega con sus padres para mudarse a dónde se encontraba el foco poblacional de Europa. Ivar ignoraba lo que sus padres se traían entre manos pero aprovechó la oportunidad para conocer cuantas personas pudo y hacer la mayor cantidad de amigos posible. Allí pasó 5 años de su vida, estudiando sobre la cultura y rompiendo corazones.

Al cumplir 16 conoció a una joven llamada Elizabeth, con quien se escapaba todas las noches, pero estaba lejos de querer formar una relación con ella, pues de día se escapaba con Mary y por la tarde con Nora. Desgraciadamente para él, la joven quedó embarazada y en un intento desesperado por librarse del asunto, pidió a sus padres que lo dejaran viajar a Neopanem para tantear el terreno allí y poder enviarles información de alguna forma.

Su plan marchaba de maravilla, pero la familia de Elizabeth informó a sus padres y lo obligaron a quedarse hasta el nacimiento del niño, Viggo. Pasó unos días con el bebé pero tanto él como Lizzy coincidieron en que no estaba listo para ser padre y que sus encantos serían de mucho más ayuda en Neopanem para reunir información, así que lo dejaron ir.

Desembarcó en el distrito 4 sin ser visto, fingiendo ser un vikingo todo el camino para sobrellevar mejor la aventura. Así que se encontraba completamente solo, sin familia, por primera vez en 17 años y la sensación no le gustó para nada. Se las ingenió para conseguir un trabajo y estudiar, pues allí no podía conseguir nada con magia y la primera vez que vio los juegos mágicos quedó aterrado de la solo imaginarse a él mismo allí.

No hubo un solo día en el que no se arrepintiera de haber abandonado a su familia en Europa pues estaba seguro de que podía ser mucho más feliz atado a Elizabeth que ocultando su verdadero ser entre tantos extraños. Quería hacer algo para enmendar tremendo error y quizás ayudar a las familias víctimas de los juegos así que estudió para convertirse en asistente social.

Poco a poco fue consiguiendo mejores trabajos hasta que logró ubicarse en el Capitolio y los encantos de éste lo devolvieron a antiguas costumbres y pensamientos. Otro encuentro fortuito terminó en embarazo, pero en esta ocasión Danielle le impidió ver a su hija ya que no lo creía suficientemente responsable como para cuidar de nadie. Aquello lo llenó de ira que canalizó trabajando y lo llevó a quien ahora es su esposa, Amalie.

Se casaron hace 22 años y tuvieron una hija, Synnove. Ivar quedó encantado con ella pues era un calco de su propia madre y el cabello blanco le recordaba a su abuela... Fue la primera vez que se sintió en familia otra vez, la quiere con locura y espera grandes cosas de ella.

Aprovechó el cambio de gobierno para conseguir un mejor puesto y desde entonces solo ha ido hacia arriba. Supo de inmediato que para tratar con esa gente tendría que volcarse completamente a su causa así que se puso un traje del mismo color que ellos, empezó a usar su mismo tono de voz y poco después ya era un completo bastardo como la mayoría.

Sin embargo su trabajo lo llevó hacia los que peor habían sufrido el cambio y no pudo evitar simpatizar con ellos. Hizo amistades, contactos y antes de darse cuenta estaba ayudando repudiados a espaldas del gobierno... ¿Cómo no hacerlo? Esas personas eran como su madre, como su abuela, y su único pecado era tener la sangre incorrecta en sus venas.

Los muggles no eran santos de su devoción pero la forma en los que los trataban no era aceptable bajo ningún punto de vista. Prefería vivir en las sombras como lo había hecho hasta hace pocos años, pues una cosa era vivir sin magia y otra ser privados de los derechos como habían sido los humanos.

Hace alrededor de una década, se encontró con una repudiada en el orfanato de los distritos pobres. La mujer tenía un aspecto horrible, ropas gastadas y el cabello descuidado, pero Ivar se acercó de todas formas y comenzaron a charlar... Se reunieron en varias ocasiones en los próximos meses y hasta podría decirse que se convirtieron en amigos. La repudiada estaba a poco de dar a luz y aprovechaba cada charla para dejar en claro cuánto odiaba tener que criar a su hijo en un sitio tan terrible.

Semanas después nació el jovencito. Pensando en su primer hijo, Ivar no contuvo las ganas de ir a visitarlo, pero desafortunadamente una de las asistentes sociales de su equipo lo descubrió. Sin embargo la mujer no lo delató frente a las autoridades y, para su sorpresa, se ofreció para buscar alguna casa más o menos decente en el norte para que la mujer criara a su hijo.

El plan no fue necesario ya que casi un mes después la madre del niño fue atrapada por agentes del ministerio y el muchachito quedó solo en el mundo. Ivar y su compañera, Robin, no lo dudaron, lo tomaron bajo su tutela diciéndole al mundo que era producto de un amorío de ellos... Era lo mejor para el niño y así al menos podría crecer sin los prejuicios de ser del norte.

Ivar tenía la esperanza de que aquello rompiera su matrimonio pues si el ministerio terminaba por descubrirlo, al menos así su esposa y Syv no quedarían atrapadas con él. Pero no fue el caso... Así que optó por un plan B. Desde entonces se volvió más frío, las alejó a ambas para que no dudaran en dejarlo caer solo. Sabe que es bueno haciendo su trabajo pero nadie es para siempre y está seguro de que algún día lo atraparán.

El festival de Nimue significó un gran cambio para él, pues aquellos con los que simpatizaba antes e incluso había ayudado atacaron el ministerio de una forma que él jamás aprobaría e incluso una de las soldados de ese bando atacó a él y a Amalie de una forma salvaje. Fue capturado y llevado junto a dos ministros, pero gracias a sus contactos en el norte pudo dar algunas sugerencias para salir de allí sin levantar sospechas. Al volver quedó con una cojera psicosomática que se le fue cuando un nuevo trauma lo devolvió a su línea, en el próximo ataque global a la población en donde tuvo que enfrentar a una niña por pensar que era alguien que ponía en peligro a su esposa.

Nunca abandonó el sueño de encontrar a sus hijos, y así lo hizo con Moira, con quién después de mucho esfuerzo mantiene una relación más o menos amigable. Aún no puede llegar a Jakobe, pero la familia está atravesando una racha de honestidad así que probablemente la verdad salga a la luz pronto.

La relación con Amalie y Synnove por fin se enmendó, él fue honesto pero le cuesta abandonar los viejos hábitos pues trajo al segundo más buscado de Neopanem a casa, cosa que Amalie aún no sabe directamente.

Estadísticas del personaje

VITALIDAD: 30 pts
FUERZA: 4
DESTREZA: 7
DEFENSA: 6
AGILIDAD: 2
RESISTENCIA: 4