OTOÑO de 247521 de Septiembre — 20 de Diciembre
Cierre de Temas
The Mighty Fall
Registro General
Erik Haywood
It's a matter of blood [0.4]
Laurence B. Dickens
The Langdons [0.2]
Phoenix D. Langdon
Band of Blood [2.4]
Phoenix D. Langdon
Family with no name — 0-4
Birdie É. Barlowe
Little bróðir — 0.1
Syver A. Nygaard
Williams, Ezra Avery
The Mighty Fall
Gallagher, Cillian Brennan
The Mighty Fall
ÚLTIMOS
TEMAS
TEMAS
Muggles & Squibs
5000 G
5000 G
Extranjeros
4000 G
4000 G
Miembros de Defensa
5000 G
5000 G
Estudiantes
4000 G
4000 G
Tras años de represión y batallas libradas, hoy son los magos los que caminan en las calles más pulcras del Capitolio. Bajo un régimen que condena a los muggles y a los traidores a la persecución, una nueva era se agita a la vuelta de la esquina. La igualdad es un mito, los gritos de justicia se ven asfixiados.
Existen aquellos que quieren dar vuelta el tablero, otros que buscan sembrar la paz entre razas y magos dispuestos a lo que sea para conservar el poder que por mucho tiempo se les ha negado. La guerra ha llegado a cada uno de los distritos.
¿Qué ficha moverás?
Existen aquellos que quieren dar vuelta el tablero, otros que buscan sembrar la paz entre razas y magos dispuestos a lo que sea para conservar el poder que por mucho tiempo se les ha negado. La guerra ha llegado a cada uno de los distritos.
01.09¿Quieren crearse un nuevo personaje? Aquí pueden encontrar las búsquedas de nuestros usuarios.
31.03No olviden revisar sus MP y pasar por el boletín oficial para ponerse al día con los sucesos de Neopanem.
31.03¡Hay nuevas habilidades disponibles! Podrán leer más sobre ellas aquí.
31.03Estudiantes, ¡los estamos buscando! Pasen a revisar nuestra nueva búsqueda Aquí.
2 participantes
Tengo unas órdenes claras desde hace días, pero lo cierto es que por mucho que me haya intentado mentalizar, no es, desde luego, una situación sencilla. Siempre creí que cuando llegase el día, estaría preparado porque esta gente se lo merece. Lo que no comprendo es por qué me mandan hacerlo aquí, en la propia base de seguridad, y en una de las salas que están casi sin uso. Supongo que ahora comprendo por qué normalmente no se utilizan, pues deben estar reservadas para situaciones desesperadas como está. También está el hecho de que, según tengo entendido, ni siquiera ha habido un juicio y esto es una orden clara que viene de los puestos más altos. Por obvias razones no me he atrevido a preguntar quién lo ha ordenado, ni mucho menos por qué tengo que hacerlo yo. Intuyo que me han escogido al azar, pero prefiero no darle demasiadas vueltas al asunto porque entonces me monto teorías y paranoias sobre que esto es para demostrar que soy leal por ser de los más jóvenes del cuerpo de aurores.
Apenas consigo dormir algo en toda la noche porque cuando por fin consigo conciliar el sueño, su cara se me aparece. Y es que por mucho que uno se haga el duro, matar a alguien nunca es sencillo. Mi hermano repite una y otra vez que es alguien que ha traicionado al país y que lo merece, pero también sé que él nunca ha tenido que matar a nadie así, fuera del campo de trabajo o sin ser en medio de una revuelta.
Soy de los primeros en llegar a la base de seguridad una vez amanece, y después de tomarme un café caliente para despejarme un poco, voy hacia las celdas de máxima seguridad, donde están encerrados los delincuentes como ella. Una vez he abierto su celda con mi tarjeta de seguridad, le echo un vistazo rápido. A simple vista no parece más que una mujer normal, pero aquí es cuando queda claro que las apariencias pueden engañar totalmente. — ¿Por qué no les contaste nada? — suelto, mirándola con el ceño fruncido y sin comprender por qué prefiere perder su vida. Y es que tiene que ser porque no contase algo, sino, no entiendo por qué tanto secretismo ni rapidez en deshacerse de ella. — Bah. Vamos antes de que me toque almorzar. — Trato de sonar todo lo desinteresado posible, como si de verdad todo esto me diera igual. La cojo por los brazos y le pego un pequeño empujón para que salga de la celda y empiece a caminar.
Apenas consigo dormir algo en toda la noche porque cuando por fin consigo conciliar el sueño, su cara se me aparece. Y es que por mucho que uno se haga el duro, matar a alguien nunca es sencillo. Mi hermano repite una y otra vez que es alguien que ha traicionado al país y que lo merece, pero también sé que él nunca ha tenido que matar a nadie así, fuera del campo de trabajo o sin ser en medio de una revuelta.
Soy de los primeros en llegar a la base de seguridad una vez amanece, y después de tomarme un café caliente para despejarme un poco, voy hacia las celdas de máxima seguridad, donde están encerrados los delincuentes como ella. Una vez he abierto su celda con mi tarjeta de seguridad, le echo un vistazo rápido. A simple vista no parece más que una mujer normal, pero aquí es cuando queda claro que las apariencias pueden engañar totalmente. — ¿Por qué no les contaste nada? — suelto, mirándola con el ceño fruncido y sin comprender por qué prefiere perder su vida. Y es que tiene que ser porque no contase algo, sino, no entiendo por qué tanto secretismo ni rapidez en deshacerse de ella. — Bah. Vamos antes de que me toque almorzar. — Trato de sonar todo lo desinteresado posible, como si de verdad todo esto me diera igual. La cojo por los brazos y le pego un pequeño empujón para que salga de la celda y empiece a caminar.
Icono :
Un nuevo escalofrío hizo que el cuerpo de la rubia se estremeciera y acabara abrazándose las piernas con ambos brazos, tratando de recoger algo de calidez del ambiente que la rodeaba. Era complicado, por no decir imposible, conseguir aquello en un lugar como en el que se encontraba. El aire era viciado y estancado, el sol no entraba ni por una mera rendija y las cuatro paredes que la rodeaban eran su única compañía. Aunque hubiera sido bueno si todo hubiera acabado allí. El silencio la adormecía y las pesadillas acudían a su mente cada vez que sus ojos se cerraban. Era fascinante como actuaba el cerebro de las personas cuando se encontraban en una situación como la suya, cuando era aislado lo mejor que podía hacer era atacarse a sí mismo; o, mejor dicho, a la persona en la que residía.
Si solo hubiera cerrado la puerta, si no la hubiera abierto, si no hubiera dejado el trabajo, si se hubiera preguntado antes por su hermana y sus sobrinos, si no se hubiera aislado, si no hubiera sido adoptada, si no hubiera ido al catorce, si no hubiera vuelto a ver a Benedict. Demasiadas preguntas y acusaciones para una sola cabeza, en especial cuando no tenía nada más que hacer que pensar una y otra vez en las mismas. Se deslizó por el suelo, acurrucándose en un rincón, apretando al frente contra la fría pared; permitiéndose incluso frotarse contra la irregular superficie en busca de volver a la realidad. Una que no quería admitir, reconocer o tener presente pero que era lo único que le quedaba.
Respiró profundamente, manteniéndose en la misma postura incluso cuando un pitido la alarmó y el sonido de la puerta abriéndose consiguió que sus párpados temblaran. Tenía tanto y nada que contar. Ni siquiera se resistió o emitió sonido alguno cuando fue sacada a la fuerza del lugar, aunque sí se permitió mirarlo apenas unos instantes. Una sola persona era suficiente. Una sola persona fue suficiente incluso para las dos. Un murmullo apretó su estómago y se obligó a caminar. Todo era conocido y desconocido a la vez. Mirar las cosas desde otra perspectiva las hacía completamente diferentes. —¿Dónde se supone que vamos?— se aventuró a preguntar tras unos instantes, sorprendiéndose ante el sonido de su voz cuando surgió de sus labios.
Si solo hubiera cerrado la puerta, si no la hubiera abierto, si no hubiera dejado el trabajo, si se hubiera preguntado antes por su hermana y sus sobrinos, si no se hubiera aislado, si no hubiera sido adoptada, si no hubiera ido al catorce, si no hubiera vuelto a ver a Benedict. Demasiadas preguntas y acusaciones para una sola cabeza, en especial cuando no tenía nada más que hacer que pensar una y otra vez en las mismas. Se deslizó por el suelo, acurrucándose en un rincón, apretando al frente contra la fría pared; permitiéndose incluso frotarse contra la irregular superficie en busca de volver a la realidad. Una que no quería admitir, reconocer o tener presente pero que era lo único que le quedaba.
Respiró profundamente, manteniéndose en la misma postura incluso cuando un pitido la alarmó y el sonido de la puerta abriéndose consiguió que sus párpados temblaran. Tenía tanto y nada que contar. Ni siquiera se resistió o emitió sonido alguno cuando fue sacada a la fuerza del lugar, aunque sí se permitió mirarlo apenas unos instantes. Una sola persona era suficiente. Una sola persona fue suficiente incluso para las dos. Un murmullo apretó su estómago y se obligó a caminar. Todo era conocido y desconocido a la vez. Mirar las cosas desde otra perspectiva las hacía completamente diferentes. —¿Dónde se supone que vamos?— se aventuró a preguntar tras unos instantes, sorprendiéndose ante el sonido de su voz cuando surgió de sus labios.
Icono :
Caminar por los largos pasillos se me hace eterno, también por el silencio que parece que ninguno se atreve a romper. Al final, es la mujer quien habla, y me freno en seco para girarme y mirarla fijamente, con el ceño fruncido, y no muy seguro de si lo pregunta de verdad o si simplemente pretende que me sienta mal por lo que va a pasar. — ¿De verdad no lo sabes? — Su expresión me transmite que de verdad no tiene ni idea, que quizá simplemente piensa que va a ser un interrogatorio rutinario y ya... Y si es eso, no se imagina cómo de equivocada está, entonces. Sea como sea, no dejo tiempo a que responda antes de añadir: — Me han pedido que acabe con esto de una vez — aclaro, sin ser demasiado directo. ¿Cómo le sueltas a alguien que vas a terminar con su vida? Sea una rata traidora o no, no es fácil cuando esa persona te está mirando y la tienes delante, indefensa. Al menos, no sé gran cosa de ella, más allá de que es familia directa de uno de esos fugitivos tan buscados, que en su adolescencia ganó unos Juegos Mágicos, y que hasta hace poco trabajaba en el Wizengamot. Eso último me lleva a tener incluso más dudas porque, ¿cómo acaba alguien que tenía un trabajo como el suyo en este lugar, de esta manera?
Le hago un gesto con el brazo para que vuelva a caminar, y retomo yo el camino también. Por suerte, no tardamos mucho más en llegar a la habitación, que no es más que una pequeña sala, con una luz que alguien debería revisar porque apenas alumbra, y que se nota que hace mucho que nadie la usa. Y suerte que no hay demasiada luz, porque por los restos de algunas manchas que decoran el suelo, está claro que aquí ha pasado de todo. Aparto la vista de eso para centrar mi mirada en Arianne Brawn, y le indico que se ponga en medio de la sala por sí sola.
Le hago un gesto con el brazo para que vuelva a caminar, y retomo yo el camino también. Por suerte, no tardamos mucho más en llegar a la habitación, que no es más que una pequeña sala, con una luz que alguien debería revisar porque apenas alumbra, y que se nota que hace mucho que nadie la usa. Y suerte que no hay demasiada luz, porque por los restos de algunas manchas que decoran el suelo, está claro que aquí ha pasado de todo. Aparto la vista de eso para centrar mi mirada en Arianne Brawn, y le indico que se ponga en medio de la sala por sí sola.
Icono :
Las paredes parecían más gruesas, oscuras, frías y húmedas de lo que jamás le parecieron. Era una impresión totalmente diferente. Recorrer los pasillos en silencio, inmersa en sus pensamientos sobre leyes o procedimientos, a tener que recorrerlos siguiendo los pasos de un auror que no estaba allí para protegerla o acompañarla hasta el lugar al que se dirigía. Se obligó a parar en seco cuando él hizo lo mismo, mirándolo apenas unos instantes, mostrando cierta confusión inicial. Una confusión que poco tiempo duró. No hacían falta más palabras que las pronunciadas, ni siquiera decirlo directamente cambiaría el sentido de las mismas. —Nunca pensé que fuéramos un verdadero estado de derecho, supongo que ahora mucho menos— susurró más para sí misma que para ser oída por su compañía.
Prensó los labios, bajando la mirada hasta sus pies. Mordió un par de veces, con fuerza, el interior de su mejilla. ¿Acaso no era algo que ella misma se había buscado desesperadamente? ¿Qué clase de desenlace esperaba? Se puso en movimiento, gacha y su cabeza queriendo pensar en tantas cosas a la vez que permanecía completamente en blanco. Cuando no les interesaba algo, simplemente, se lo quitaban de en medio sin hacer demasiado ruido, sin llamar la atención. La rubia no era alguien destacado, pocos la conocían más allá de su ‘gloria’ pasada por lo que desaparecería como un fantasma, lo que, al fin y al cabo, siempre había sido. Solo volvió a alzar la cabeza cuando los pasos contrarios cesaron y se obligó a mirar lo que sucedía o, más bien, que habían llegado hasta algún lugar en el que no había estado nunca antes.
Había deseado miles de veces morir, había puesto su vida en la línea para ello, la había cruzado en innumerables ocasiones pero, al final, solamente era un ser humano que cuando veía la realidad se asustaba. ¿A quién no le daba miedo aquello? Sus pies se quedaron pegados al suelo, no queriendo avanzar hacia donde le indicaba, presionándolos con tanto fuerza que sus rodillas fallaron por un instante. —Si solo ibais a matarme, ¿por qué no dejasteis que Richards lo hiciera cuando acabó con mi hermana?— preguntó entonces. Al menos allí hubiera estado en casa, no en un cuchitril como aquel.
Icono :
No puedo evitar soltar un resoplido cuando habla sobre la política del país, y creo que mi expresión deja bien claro cómo me ha sentado el comentario. — Si no estabas de acuerdo, ¿por qué trabajas para el Gobierno, entonces? — pregunto en un tono bien firme. Yo tengo bien claras mi ideas y por qué hago lo que hago; por qué me molesta que ciertas personas tengan los mismos derechos que nosotros, y por qué estoy a favor de los cambios que ha realizado Magnar Aminoff. No lo hago por dinero, como puede ser en el caso de algunos otros, sino porque de verdad creo firmemente en esos ideales. Jamie Niniadis asentó unas bases haciendo distinción entre muggles y magos, pero había muchas cosas por mejorar y fue precisamente su hijo mayor quien ha traído unos cambios tan necesarios. Puedo estar más o menos de acuerdo con que los dementores paseen a sus anchas por las noches, por ejemplo, pero hay cosas que vale la pena sacrificar por el bien mayor.
Para ser sincero, ni siquiera sabía que tuviera una hermana hasta hace escasos días. Algo me comentaron de que Kenna la mató en la casa de Brawn, pero no pregunté porque no lo vi necesario; no cuando esa mujer ya está muerta y de nada va a servir informarse de eso. — Supongo que tenían la esperanza de que les informaras de dónde están los traidores como Benedict Franco — respondo simplemente. Quizá sepa lo justo de ella, pero... ¿cómo no iba a saber que cobijó al traidor en su casa hace escasos meses? Si lo sé ahora, es precisamente porque me han explicado un poco sus acciones de este último año, nada más. Todavía no entiendo cómo la dejaron libre después de eso, pero Aminoff no se anda con tonterías, ni deja irse a la gente de rositas con temas tan serios. — Vamos, muévete — repito, señalando el lugar que ya le he indicado anteriormente. — No me hagas llevarte por la fuerza. — Y es que bastante mal lo va a pasar ya, porque no va a ser una muerte fácil. Ni siquiera me han dado permiso para usar un Avada Kedavra y tampoco he querido insistir más de lo necesario.
Para ser sincero, ni siquiera sabía que tuviera una hermana hasta hace escasos días. Algo me comentaron de que Kenna la mató en la casa de Brawn, pero no pregunté porque no lo vi necesario; no cuando esa mujer ya está muerta y de nada va a servir informarse de eso. — Supongo que tenían la esperanza de que les informaras de dónde están los traidores como Benedict Franco — respondo simplemente. Quizá sepa lo justo de ella, pero... ¿cómo no iba a saber que cobijó al traidor en su casa hace escasos meses? Si lo sé ahora, es precisamente porque me han explicado un poco sus acciones de este último año, nada más. Todavía no entiendo cómo la dejaron libre después de eso, pero Aminoff no se anda con tonterías, ni deja irse a la gente de rositas con temas tan serios. — Vamos, muévete — repito, señalando el lugar que ya le he indicado anteriormente. — No me hagas llevarte por la fuerza. — Y es que bastante mal lo va a pasar ya, porque no va a ser una muerte fácil. Ni siquiera me han dado permiso para usar un Avada Kedavra y tampoco he querido insistir más de lo necesario.
Icono :
—Todos tenemos que comer, ¿no?— contestó inicialmente. Una respuesta simple que cualquiera habría podido pronunciar, en la que muchos se excusaban para realizar trabajos como el que ella había estado desempeñando durante los seis años previos. —En Wizengamot no solamente se condenan humanos, también a verdaderos delincuentes; los que realmente herían nuestra sociedad— volvió a intervenir, prensando los labios en el mismo instante que terminó de hablar y bajó la mirada para caminar tras él. La mayor parte de las personas solo veían la parte relacionada con los humanos, obviamente era la más injusta de su trabajo, pero no cuando sacaban de las calles a verdaderos peligros. Y era injusto, había días en las que no lo soportaba en absoluto aunque, quizás, la culpa era suya por haber entrado sin pensar en ello como la verdadera pesadilla que era.
Sus pies permanecieron quietos, no siendo capaz de avanzar pero tampoco de aventurarse a una desesperada carrera por los infinitos pasillos de la base de seguridad. —Me halaga que piensen que podía tener tal información— se permitió ironizar en una hilo de voz. Hasta tenía fuerzas para ironizar o bromear sobre ello. Siempre era lo mismo, información sobre lo mismo, sobre algo que… no controlaba y de lo que no había querido saber para no tener problemas ni meter a otros en los mismos. —No voy a entrar— comunicó de súbito, sintiendo como sus pies, finalmente, reaccionaban, y trastabillaban, torpes, hacia atrás. —Nadie en su sano juicio entraría ahí— siguió —, ni siquiera he matado a nadie como para que no me den ni un mero juicio. No lo voy a hacer— siguió repitiendo con la mirada fija en el espacio que se abría ante ella. No, no entraría por si propio pie, se agarraría al marco de la puerta o lanzaría golpes y alaridos pero no lo haría por ella misma.
Icono :
Así que lo hacía simplemente por dinero, tal y como sospechaba. No es la primera persona que me dice algo así de su trabajo porque lo he escuchado a veces de algunos de mis compañeros del cuerpo de seguridad y siempre me ha molestado. Creo que si el país va tan mal, es precisamente por gente como ella, que accede a trabajar de algo simplemente porque tiene un buen sueldo, no porque le apasione. Si de verdad hubiera gente competente en esos puestos laborales, la situación política, social y económica sería muy diferente. — ¿Delincuentes como aquellos a los que tú también condenaste a morir quemados? — pregunto con un notable tono de voz que lo que pretende es molestarla. Estuve aquel día del juicio, y aunque fue uno satisfactorio por el desenlace, hay cosas que ahora no me cuadran y que me llevan a pensar que simplemente formaban parte de una faceta para despistarnos. — Eres como ellos, pero al menos esos eran directos y no iban por la espalda. Has cobijado en dos ocasiones a dos traidores y ninguna de esas veces has dicho nada, ¿qué pretendías que pasara? Decían que el ser humano era el único animal que tropieza dos veces con la misma piedra, pero nunca pensé que algunas brujas y magos también fueran tan estúpidos. — Me permito insultarla de manera descarada para dejar claro que quien lleva las riendas aquí soy yo, no ella.
Claro que yo también me he preguntado que por qué no le han hecho un juicio, pero son cosas en las que no voy a meterme. Mi trabajo es simplemente cumplir las órdenes que me vienen desde arriba, sin cuestionar los porqué de las cosas. Si de verdad quiero ser alguien en esta vida, llegar lo más lejos posible, a diferencia de mis padres, es lo que me toca hacer. Es por eso mismo por lo que cuando no se mueve ni un milímetro, saco mi varita. Un simple Expulso la empuja con fuerza hasta allí, y como era de esperar, acaba tirada en el suelo por la brutalidad del impacto. No quería ser violento, solo lo necesario, pero no me ha dejado otra opción. Cuanto antes acabemos con esto, mejor.
Claro que yo también me he preguntado que por qué no le han hecho un juicio, pero son cosas en las que no voy a meterme. Mi trabajo es simplemente cumplir las órdenes que me vienen desde arriba, sin cuestionar los porqué de las cosas. Si de verdad quiero ser alguien en esta vida, llegar lo más lejos posible, a diferencia de mis padres, es lo que me toca hacer. Es por eso mismo por lo que cuando no se mueve ni un milímetro, saco mi varita. Un simple Expulso la empuja con fuerza hasta allí, y como era de esperar, acaba tirada en el suelo por la brutalidad del impacto. No quería ser violento, solo lo necesario, pero no me ha dejado otra opción. Cuanto antes acabemos con esto, mejor.
Icono :
Negó lentamente con la cabeza. Qué sabía él. No tenía una verdadera imagen de lo que estaba ocurriendo fuera de aquellas paredes, solo cerraba los ojos al exterior y pretendía ser mejor que los demás cuando, en realidad, solo estaba siendo inferior incluso a los animales. —Se llama humanidad— lo corrigió. Quizás teñida con algo de estupidez, pero humanidad al fin y al cabo. Respiró, resignada, por la boca. No pretendía comenzar una conversación sobre ideologías, no sabiendo que la suya era probablemente radical teniendo en cuenta que lo habían mandado a él y no a cualquier otra persona. Otros quizás eran lo suficientemente débiles como para ceder ante palabras y súplicas con algo de sentido, pero no alguien completamente cegado por unas ideas que no llevaban a ningún sitio.
Sus pies volvieron a moverse, queriendo retroceder nuevamente. Un milímetro, incluso con aquello se conformaba. Quiso volver su mirada hacia él. Una cansada después de las semanas allí encerrada, puede que hasta algo desesperada cuando un fuerte impacto golpeó su cuerpo haciéndola volar un par de metros hasta acabar chocando contra la pared del fondo de la sala. Sus pulmones se quedaron sin aire fruto de la sorpresa y tanto por el impulso del hechizo como por el fuerte golpe que su cuerpo recibió contra la superficie. —…tú…— su voz se cortó del dolor. Un solo golpe y ya sentía su cuerpo temblar adolorido, desesperado. —¿…qué se supone…?— quiso preguntar. ¿No se conformaba con empujarla dentro de un golpe y no usando la magia? La seguridad que proporcionaba una varita contra alguien lo suficiente consumido como para no ser capaz de defenderse. Pero, aun, así, trató de deslizarse hasta un rincón de la sala, el más alejado de él. —no… te acerques más…— alcanzó a decir entre súplica y advertencia.
Icono :
Humanidad. Es irónico que esa palabra tenga cierto componente en referencia a los humanos, pero también comprensible porque en muchas ocasiones, véase esta, se utiliza para defender algo que no tiene excusa. Como defender el traicionar a los tuyos, al Gobierno que te ha dado un sueldo, que te ha permitido tener un buen techo después de esos Black que gobernaron durante tantos años. — Hay muchas otras cosas en las cuales también hay que tener esa humanidad que dices, pero que la gente como tú parece ignorar — respondo, haciendo un énfasis despectivo en la palabra. Y ya no es solo por cómo tuvimos que vivir los magos durante años, escondidos, en las sombras y sin poder utilizar nuestros talentos. Hay decenas de personas muertas, o que han perdido a gente de su familia, por traidores como los que ella ha accedido a tener en su vivienda. También está el hecho de que ahora la gente ni siquiera se atreve a ir a grandes eventos, por temor a atentados como los que ha habido en estos dos últimos años.
Lo cierto es que esperaba sentirme peor cuando llegase este momento, pero me está sacando de mis casillas. El lado bueno es precisamente ese, que al menos hoy tendré menos remordimientos cuando me vaya a dormir, viendo cómo parece ser y las cosas que dice. Ni siquiera me afecta ver cómo le duele el golpe, ni mucho menos su comentario de que no me acerque. Pensaba que había dejado claro que quien manda soy yo, no ella, pero parece ser que sigue sin comprender que, haga lo que haga, el desenlace va a ser el mismo. Podría ahorrarse algo de sufrimiento, pero ni siquiera tiene pinta de que le importe. Por eso, vuelvo a usar mi varita contra ella, y pronunciando el mismo hechizo, la lanzo contra una pared. — Supongo que eso cuenta como no acercarse — comento de manera sarcástica y quieto sobre el mismo sitio.
Lo cierto es que esperaba sentirme peor cuando llegase este momento, pero me está sacando de mis casillas. El lado bueno es precisamente ese, que al menos hoy tendré menos remordimientos cuando me vaya a dormir, viendo cómo parece ser y las cosas que dice. Ni siquiera me afecta ver cómo le duele el golpe, ni mucho menos su comentario de que no me acerque. Pensaba que había dejado claro que quien manda soy yo, no ella, pero parece ser que sigue sin comprender que, haga lo que haga, el desenlace va a ser el mismo. Podría ahorrarse algo de sufrimiento, pero ni siquiera tiene pinta de que le importe. Por eso, vuelvo a usar mi varita contra ella, y pronunciando el mismo hechizo, la lanzo contra una pared. — Supongo que eso cuenta como no acercarse — comento de manera sarcástica y quieto sobre el mismo sitio.
Icono :
—Gente como yo…— susurró lentamente. ¿Qué era ella? Alguien que odiaba a los Blacks porque le destrozaron la vida, pero que tampoco podía apoyar las ideas del nuevo Gobierno. ¿Dónde la ponía toda aquella situación? Solo era una más de aquellas personas que estaban siendo balanceadas de un lado hacia otro por las circunstancias que la rodeaban. No creía que un lugar estuviera mejor que otro, no era algo demasiado complicado de comprender, y tampoco de respetar por más trabas que le pusieran.
Una que la había llevado hasta allí. Hasta una lúgubre habitación en la que no entraba la luz, de la que nadie sabría de ella. ¿Qué pasó? ¿Dónde se metió? Apretó los labios. Contrariada y adolorida. Su cuerpo trataba de alejarse de él, arrastrándose hacia la penumbra que le proporcionaba uno de los rincones de la sala. No podía decir nada para defenderse, sus palabras solo servirían para empeorar las cosas. Trató de levantarse del suelo. Sus manos buscaron cualquier irregularidad de la estructura que le ayudara como punto de apoyo. No era del tipo de persona que se quedaba tirada en el suelo, nunca lo había sido, ni siquiera en las peores situaciones que había tenido que afrontar. Quiso alzar un brazo para interponer una distancia entre ambos, no esperándose el nuevo golpe que la lanzó contra una de las paredes. Un sordo quejido surgió de sus labios cuando cayó al suelo nuevamente. Su respiración se hizo más pesada y sus manos se precipitaron a la parte baja de su pecho, queriendo ayudar a sus pulmones a que trabajaran nuevamente. Solo era una marioneta volando de un lado para otro. —¿Y ellos son los salvajes…? No se puede razonar con… elementos como tú— No merecía la pena llamarlo persona o animal, sería un insulto para ambos tratar de meter a ese hombre en una de las dos categorías. —Espero que te den una medalla por esto…— susurró con el poco aliento que aún restaba en sus pulmones después de las anteriores palabras.
Icono :
Acabo cruzado de brazos, con la vista centrada en ella mientras parece cada más dolorida y magullada por los golpes. Trato de ignorar su comentario en el que me llama salvaje, como si no me afectara esto, pero al final, dejo caer los brazos sobre mis piernas. — A veces hay que convertirse en un salvaje para afrontar problemas como el que tú supones, y para garantizar la seguridad de todo un país — explico, aunque ni siquiera sé por qué me tomo la molestia de hacerlo. Sé que la estoy haciendo sufrir más de lo necesario, pero ella tampoco se calla nada y no me gusta que me tomen a la ligera. Me ha costado mis esfuerzos llegar hasta aquí, y si eso significa que tengo que aprovechar la ocasión para el día de mañana ser alguien incluso mejor, más importante, lo haré. — No, la medalla espero que me la den cuando capture a Benedict Franco... — respondo, con una sonrisa burlona. — O mejor, cuando capture a ese chaval. ¿Cómo se llamaba...? — Me llevo la mano a la barbilla, haciéndome el pensativo y como si de verdad no lo recordase. El informe, sus datos de nacimiento y vínculos familiares, son bien claros. — Ah, sí, Kyle. No me esperaba que fuera tu sobrino, ¿sabes? — No cuando no comparten apellido por ninguna vía, lo cual tiene sentido cuando lees los datos de Arianne Brawn y cómo fue adoptada hace más de tres décadas, igual que esa hermana suya.
Esta vez el hechizo impacta contra ella con incluso más fuerza que antes, haciendo que choque contra una silla en mal estado que hay en una esquina de la estancia. Me permito pasearme por la pequeña habitación, a diferencia de antes, y sin apartar la mirada en ningún momento. — ¿Vas a cerrar esa boca de una vez, Brawn? — Porque podría hacerlo fácilmente yo con un hechizo, pero sería más aburrido.
Esta vez el hechizo impacta contra ella con incluso más fuerza que antes, haciendo que choque contra una silla en mal estado que hay en una esquina de la estancia. Me permito pasearme por la pequeña habitación, a diferencia de antes, y sin apartar la mirada en ningún momento. — ¿Vas a cerrar esa boca de una vez, Brawn? — Porque podría hacerlo fácilmente yo con un hechizo, pero sería más aburrido.
Icono :
Nunca se había sentido tan golpeada, tan adolorida. Sí, había ido a unos Juegos, había sobrevivido a los mismos, pero no lo recordaba del mismo modo, quizás… porque allí ella fue como él, la persona que se mantenía de pie mientras veía temblar a las otras personas. Una ahogada tos escapó de su boca, obligándola a tragar una saliva que bajó espesa y dificultosa por su garganta. Todo quemaba, cualquier leve movimiento molestaba y dolía más de lo que quería reconocer. Trató de girarse, colocarse boca abajo en busca de conseguir respirar con algo más de facilidad cuando se obligó a alzar la mirada en su dirección. Disfrutaba de ellos. No quería que le pusiera las cosas más complicadas cuando tenía aquella férrea determinación contra la que no había nada que hacer. Quiso contestar cuando habló de capturar a Benedict pero su cerebro desconectó totalmente de ello cuando mencionó el nombre de Kyle, su sobrino, su ahijado. No era suficiente con haberlo dejado sin madre, ahora también iban a acabar con ella; y la amenazaban con dañarlo cuando bien sabía que no podía hacer nada contra ello.
Las amenazas siempre dolían, pero mucho más cuando se sabe incapaz de hacer algo contra las mismas. —Deja fuera de esto a mi sobrino, no te atrevas a nombrarlo, no… te prometo que… como algo le pase serás al primero que sufrirá las consecuencias de ello— masculló con apenas fuerzas como para imponer lo suficiente, como para imponerse como deseaba hacerlo. Sus rodillas temblaron cuando trató de levantarse. Realmente quería arrancarle la lengua para que no volviera a nombrarlo nunca más. Abrió la boca para ser nuevamente golpeada, quedando las palabras trabadas en su garganta y haciendo que esta doliera mucho más cuando sus huesos chocaron nuevamente. —¡¿Por qué no lo acabas y ya?!— gritó. Un grito que surgió de alguna parte de dentro de ella, uno que no reconoció como suyo propio, no con el poco aire que la sostenía. Su cabeza zumbaba después del último golpe, y juraría que sentía la sangre correr por la parte trasera de su cuello, sin contar con aquella que amargaba dentro de su boca.
Icono :
Así que parece tener debilidad por el mocoso. Quizá debería haberla torturado antes con eso, así al menos habría podido averiguar ciertas cosas. No me considero una persona cotilla, pero sí curiosa como para querer saber por qué ese chaval ha crecido en un mundo tan diferente, siendo ella una persona, al menos de cara al resto, más normal y con un trabajo en uno de los departamentos de nuestro Gobierno. Son demasiadas preguntas que se van a quedar sin respuesta después de hoy, pero no hay nada que se pueda hacer ya. Con un simple vistazo a mi reloj, me basta para darme cuenta de que me queda poco más de media hora para tener que ir a entrenar y probar unos prototipos de armas que llegaron a principios de semana. En resumidas cuentas: ya va siendo horas de terminar con esto de una vez por todas.
Parece ser que no soy el único que tiene prisa, lo cual en su caso es comprensible, viendo el estado tan lamentable en el que se encuentra. No sé si es por algo de esa humanidad tan estúpida que ella comentaba antes, pero por un momento, me sabe mal de verdad porque una cosa es darle su merecido, y otra muy distinta un sufrimiento necesario. ¿Qué más da, cuando al final va a terminar muerta? — Al menos ahora estarás con tu querida hermana — dejo caer, y doy un par de pasos hacia ella. Mantengo la mano firme, sujetando con todas mis fuerzas la varita, y como si de esa manera todo fuera a resultar más sencillo. Un simple gesto de varita provoca que un gran corte aparezca cerca su ingle, en ese punto donde pasa la vena aorta. No es una muerte agradable, desde luego, pero al menos una lo suficientemente rápida como para que, aunque se entere de que se está desangrando, no le dé demasiado tiempo a ser consciente.
Parece ser que no soy el único que tiene prisa, lo cual en su caso es comprensible, viendo el estado tan lamentable en el que se encuentra. No sé si es por algo de esa humanidad tan estúpida que ella comentaba antes, pero por un momento, me sabe mal de verdad porque una cosa es darle su merecido, y otra muy distinta un sufrimiento necesario. ¿Qué más da, cuando al final va a terminar muerta? — Al menos ahora estarás con tu querida hermana — dejo caer, y doy un par de pasos hacia ella. Mantengo la mano firme, sujetando con todas mis fuerzas la varita, y como si de esa manera todo fuera a resultar más sencillo. Un simple gesto de varita provoca que un gran corte aparezca cerca su ingle, en ese punto donde pasa la vena aorta. No es una muerte agradable, desde luego, pero al menos una lo suficientemente rápida como para que, aunque se entere de que se está desangrando, no le dé demasiado tiempo a ser consciente.
Icono :
Era su familia. Había querido hacerse cargo de él demasiado tarde, había querido llevar consigo a Kyle y a Chloe pero, como siempre, no siendo capaz de lo propio. En su lugar los había dejado también sin una madre. Astrid había cometido errores, algunos imperdonables por más que hubiera tratado de excusarse, pero finalmente la rubia había sido la que la alejó de sus hijos. Para siempre. ¿Tan mal estaba querer proteger a las personas que quería? ¿Tan detestable era? Boqueó en un par de ocasiones, su diestra se deslizó hasta la boca de su estómago. Molestaba no poder ponerse en pie, ser tan débil delante de alguien que estaba jugando con ella como si de un objeto se tratara. Sin ser capaz de reprimirlo sintió las lágrimas acudir a sus ojos, escocer en los mismos y deslizarse por sus mejillas hasta quedar enredadas en el desorden que era su cabello.
El último ápice de fuerza que le quedaba había sido disparado pidiendo lo inevitable. Solo necesitaba dos palabras, dos míseras palabras que, probablemente, tendría permitido pronunciar. Quiso incorporarse algo. Su mente quería alejarse, volver a tomar el mando de un cuerpo que se negaba a moverse nuevamente. Un quejo jadeo escapó. Quería escapar como fuera, deslizándose por el suelo era una opción humillante pero más que respetable teniendo en cuenta las circunstancias que la rodeaban. Quería hacerlo. Los pasos contrarios ocuparon toda su mente, la oscuridad no le permitió ver de donde provenían, su mirada no quería terminar de enfocarse. Fue su voz lo que la ayudó a ubicarlo a duras penas, unos instantes que no sirvieron de demasiado puesto que solo alcanzó a visualizarlo unos instantes, y en especial su varita. Su pecho subió y bajó con rapidez, aunque no con plenitud.
Un lacerante dolor la taladró. Su respiración, instantes antes dificultosa, se aceleró de súbito y sus manos corriendo en dirección al profundo corte de su pierna, y no en cualquier lugar de ésta. Claramente sabía lo que acababa de hacer. No era suficiente con matarla, lo quería hacer de aquel modo. Tan cruel, tan frío. Trató de regular su respiración, incluso su mirada, desesperada y perdida, trató de pedirle ayuda. La cálida sangre discurría sin cesar, la sentía deslizarse por su muslo, gotear en el suelo, escurrirse entre sus dedos que trataban de presionar la zona. —¿No crees que… has sido demasiado…— cruel? Sus palabras no terminaron de ser pronunciadas cuando su lengua terminó por enredarse. Cerró los ojos con fuerza, meneó la cabeza hacia ambos lados para mantenerse despierta. Todo antes había pesado pero ahora lo hacía mucho más. Su espalda cedió y acabó apoyada contra la pared, su diestra se mantuvo contra la herida mientras la zurda acababa en el suelo en un golpe seco.
Quiso alzar la mirada hacia la salida pero solo era capaz de ver oscuridad. ¿Se había ido? ¿La había dejado allí sola desangrándose? ¿Sola y rodeada de oscuridad? Respiró lento por la boca, tragó algo de amarga saliva antes de cerrar los ojos, cansada, débil. Su mano acabó deslizándose hasta el suelo, sintiendo la oscuridad devorándola con una parsimonia insufrible.
Icono :
2 participantes
No puedes responder a temas en este foro.