OTOÑO de 247521 de Septiembre — 20 de Diciembre
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Tras años de represión y batallas libradas, hoy son los magos los que caminan en las calles más pulcras del Capitolio. Bajo un régimen que condena a los muggles y a los traidores a la persecución, una nueva era se agita a la vuelta de la esquina. La igualdad es un mito, los gritos de justicia se ven asfixiados.
Existen aquellos que quieren dar vuelta el tablero, otros que buscan sembrar la paz entre razas y magos dispuestos a lo que sea para conservar el poder que por mucho tiempo se les ha negado. La guerra ha llegado a cada uno de los distritos.
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25 de Enero
Es un alivio estar en casa por fin pues el hospital me recuerda a aquella vez en que tuve la sobredosis y me obligaron a quedarme por un par de días. Me sentía como un prisionero y podía ver el rostro de pánico de los sanadores y enfermeros pues el que intente hacerlo de nuevo era una opción. La ocasión ahora fue algo diferente pero aún así, no es una que quiera repetir. No dejo de pensar que quizás de tratarse de otra persona podría haber salido un poco más ileso, pero no, tuve que enfrentarme con quien probablemente es el mejor duelista de todo Neopanem, por eso es ministro de defensa, y para colmo creía que estaba amenazando a sus hijos así que vi su peor cara durante lo que duró nuestro enfrentamiento.
Me acomodo en la cama y subo la calefacción solo para hacer algo e intentar ignorar la picazón que tengo debajo de la venda que me envuelve todo el tórax, entre eso y el saber que mi madre sigue en terapia por las heridas que tuvo me tiene algo inquieto... Me siento un inútil, no puedo cuidar mi granja afuera, no puedo trabajar, ni siquiera bajar a la cocina para comer algo. Llevo solo un día aquí pero sé que me esperan un par de días más de la misma forma así que intento no molestar mucho a Kenna... Que de todas formas no puede hacer mucho ya que tiene sus propias heridas para sanar. Amanita va a terminar odiándonos a ambos, lo sé, pero de momento nos cuida.
- Van a pasar la repetición de lo que pasó - digo en voz alta para que Kenna me escuche a través del pasillo en su propia habitación. Vamos aburrirnos y quedarnos difónicos de seguir así, por lo que me levanto y voy caminando a duras penas hacia su cuarto - Hazme un lugar, que me aburro solo - pido con media sonrisa. Lo peor es el dolor... Al parecer no tienen permitido darle analgésicos fuertes a un ex adicto, fantástico.
Es un alivio estar en casa por fin pues el hospital me recuerda a aquella vez en que tuve la sobredosis y me obligaron a quedarme por un par de días. Me sentía como un prisionero y podía ver el rostro de pánico de los sanadores y enfermeros pues el que intente hacerlo de nuevo era una opción. La ocasión ahora fue algo diferente pero aún así, no es una que quiera repetir. No dejo de pensar que quizás de tratarse de otra persona podría haber salido un poco más ileso, pero no, tuve que enfrentarme con quien probablemente es el mejor duelista de todo Neopanem, por eso es ministro de defensa, y para colmo creía que estaba amenazando a sus hijos así que vi su peor cara durante lo que duró nuestro enfrentamiento.
Me acomodo en la cama y subo la calefacción solo para hacer algo e intentar ignorar la picazón que tengo debajo de la venda que me envuelve todo el tórax, entre eso y el saber que mi madre sigue en terapia por las heridas que tuvo me tiene algo inquieto... Me siento un inútil, no puedo cuidar mi granja afuera, no puedo trabajar, ni siquiera bajar a la cocina para comer algo. Llevo solo un día aquí pero sé que me esperan un par de días más de la misma forma así que intento no molestar mucho a Kenna... Que de todas formas no puede hacer mucho ya que tiene sus propias heridas para sanar. Amanita va a terminar odiándonos a ambos, lo sé, pero de momento nos cuida.
- Van a pasar la repetición de lo que pasó - digo en voz alta para que Kenna me escuche a través del pasillo en su propia habitación. Vamos aburrirnos y quedarnos difónicos de seguir así, por lo que me levanto y voy caminando a duras penas hacia su cuarto - Hazme un lugar, que me aburro solo - pido con media sonrisa. Lo peor es el dolor... Al parecer no tienen permitido darle analgésicos fuertes a un ex adicto, fantástico.
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El diagnóstico fue peor de lo que esperaba. Tal vez la adrenalina del momento no me dejaba darme cuenta de que tenía dos costillas rotas y un tendón desgarrado en el brazo. Pero se está curando todo. Voy hasta arriba de todo de relajantes musculares y tengo el torso cubierto por una venda enorme que me ayuda, en teoría, a curarme bien. Las sanadoras que me atendieron hicieron un trabajo espectacular, y siempre he confiado mucho en la medicina mágica, pero me estoy refugiando en los analgésicos para sobrevivir a todo esto. Porque me cuesta mucho estarme quieta, y me sabe fatal que Amanta termine haciendo todo el trabajo, y termino intentando hacer cosas que, en mi estado, no debería estar haciendo. Y Amanita, realmente, termina riñéndome y mandándome a la cama de nuevo.
Sinceramente, no tengo ganas de tener que salir de casa. No tengo ganas de tener que ir a enfrentarme a la realidad de que abatí a una ministra porque un gas alucinógeno jugó con mi cabeza. Tendré que cocinarle un pastel y comprarle un ramo de flores y pedirle perdón por las molestias causadas, además de pedirle que, por favor, no me denuncie. Aunque bueno, fue Riorden quién dejó a Riley tal y como está, así que tampoco tengo muy claro si aceptaría una denuncia hacia algún autor por algo así. Sería un poco hipócrita por su parte.
Muevo el brazo y cojo el vaso de agua de la mesilla de noche que Amanita se encarga de rellenar, con toda la paciencia del mundo, cada vez que se me termina, y me tomo otro relajante más. Entonces escucho la voz de Riley, que desde su cuarto me dice que van a pasar la repetición de los hechos. Enciendo el televisor de mi cuarto. Entonces, sabiendo que va a venir, meto las pastillas que me estoy tomando en un cajón. Por solidaridad, principalmente, porque sé que a él no le dejan tomarlas. Me hago a un lado de la cama cuando aparece en mi cuarto y me acurruco con la manta —No sé si quiero verlo, Riley— le digo, preocupada —Me muero de vergüenza. Ataqué a una ministra. Le hice daño, la abatí...— musito. Y todo porque la veía poniéndole en peligro a él y a su misión.
Sinceramente, no tengo ganas de tener que salir de casa. No tengo ganas de tener que ir a enfrentarme a la realidad de que abatí a una ministra porque un gas alucinógeno jugó con mi cabeza. Tendré que cocinarle un pastel y comprarle un ramo de flores y pedirle perdón por las molestias causadas, además de pedirle que, por favor, no me denuncie. Aunque bueno, fue Riorden quién dejó a Riley tal y como está, así que tampoco tengo muy claro si aceptaría una denuncia hacia algún autor por algo así. Sería un poco hipócrita por su parte.
Muevo el brazo y cojo el vaso de agua de la mesilla de noche que Amanita se encarga de rellenar, con toda la paciencia del mundo, cada vez que se me termina, y me tomo otro relajante más. Entonces escucho la voz de Riley, que desde su cuarto me dice que van a pasar la repetición de los hechos. Enciendo el televisor de mi cuarto. Entonces, sabiendo que va a venir, meto las pastillas que me estoy tomando en un cajón. Por solidaridad, principalmente, porque sé que a él no le dejan tomarlas. Me hago a un lado de la cama cuando aparece en mi cuarto y me acurruco con la manta —No sé si quiero verlo, Riley— le digo, preocupada —Me muero de vergüenza. Ataqué a una ministra. Le hice daño, la abatí...— musito. Y todo porque la veía poniéndole en peligro a él y a su misión.
Me acuesto con cuidado en la cama y me tapo con las sábanas que, por tonto que parezca, son un consuelo para alguien enfermo o en reposo como estamos nosotros. Acomodo mi cabeza en la almohada y miro la televisión mientras escucho lo que dice, la entiendo pero no creo que deba preocuparse por eso ahora. Lo pensé en su momento, temí que pudiesen presentar cargos en su contra pero la mitad de Neopanem quedaría en la cárcel de ser así. Todo lo que los otros hicieron lo hicieron por algo, razones completamente razonables.
- No tienes por qué sentirte culpable, el gas jugó con la mente de muchos, seguro tuviste tus razones - intento calmarla haciendo una mueca. Me pregunto cómo habría reaccionado yo... Mis rayos son peligrosos, podría haber matado a alguien si caía en una especie de berrinche por una alucinación, así que agradezco no haber sufrido las consecuencias de eso - Pero no tenemos que verlo si no quieres - digo tomando el control y poniendo un canal aleatorio, es una caricatura de un micropuff que escapa de un hipogrifo como si no hubiese mañana.
- Vergüenza debería sentir yo que solo pude conseguir una ubicación vaga de los muggles que hicieron ésto - agrego enfadado conmigo mismo. Me hundo en la cama y miro el techo como si éste tuviese las respuestas a mis problemas - Esos aurores que asesinaron frente a nosotros... Estaban ahí porque no pude localizarlos en su momento - continúo apretando la mandíbula - Y ahora tampoco puedo. Son muggles. Me están superando en tecnología unos simples muggles.
- No tienes por qué sentirte culpable, el gas jugó con la mente de muchos, seguro tuviste tus razones - intento calmarla haciendo una mueca. Me pregunto cómo habría reaccionado yo... Mis rayos son peligrosos, podría haber matado a alguien si caía en una especie de berrinche por una alucinación, así que agradezco no haber sufrido las consecuencias de eso - Pero no tenemos que verlo si no quieres - digo tomando el control y poniendo un canal aleatorio, es una caricatura de un micropuff que escapa de un hipogrifo como si no hubiese mañana.
- Vergüenza debería sentir yo que solo pude conseguir una ubicación vaga de los muggles que hicieron ésto - agrego enfadado conmigo mismo. Me hundo en la cama y miro el techo como si éste tuviese las respuestas a mis problemas - Esos aurores que asesinaron frente a nosotros... Estaban ahí porque no pude localizarlos en su momento - continúo apretando la mandíbula - Y ahora tampoco puedo. Son muggles. Me están superando en tecnología unos simples muggles.
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Me río un poco cuando cambia de canal y salen unos dibujos animados de criaturas mágicas que se persiguen. Niego suavemente con la cabeza y tomo el mando de la televisión para cambiar el canal de nuevo y volver al que estábamos viendo antes, al de la repetición —No, podemos mirarlo. Al fin y al cabo, de todo se aprende. De esas imágenes podemos aprender, saber mejor qué hacer cuando algo así se repita— digo, aun con cierto tono de duda, porque lo que hice me quema en la conciencia.
Me acomodo en la cama y termino acurrucada, hecha una bolita entre mantas suaves y almohadas. Es una cama muy cómoda, ideal para dos personas tan cansadas como nosotros —Tenía mis razones— digo, entonces —Te estaba protegiendo a ti. Bueno, no a ti, pero en mi mente eras tú. Veía a la ministra atacándote para impedirte rastrear la localización de esos muggles, así que la ataqué para que no te dificultara tu trabajo ni te hiciera daño— le cuento, supongo que en un intento vago de reafirmarme en mi argumento. Era una alucinación, pero mis intenciones eran nobles. No ataqué por atacar, lo hice por lo que yo creía que era el bien de NeoPanem. Y de Riley.
Hago una mueca y me incorporo un poco cuando empieza a hablar de su participación en todo esto —¿Vergüenza?— niego con la cabeza, con energía —Riley, reaccionaste con rapidez y con eficiencia. La única persona que reaccionó más rápido que tú fue el Auror que se llevó al Presidente antes de que empezara todo— le digo, molesta, porque realmente se está culpando de muchas cosas cuando no debería —Nada de lo que ha pasado es tu culpa, ¿de acuerdo?— le digo, colocando una mano en su hombro —Y si han logrado hacer algo así es porque son inteligentes. Serán simples muggles que carecen de la mezcla de magia y tecnología, pero seguro que han trabajado mucho para hacer algo como lo que hicieron. Que pudieras encontrar una ubicación, por vaga que fuera, ya es mucho— digo, convencida.
Me acomodo en la cama y termino acurrucada, hecha una bolita entre mantas suaves y almohadas. Es una cama muy cómoda, ideal para dos personas tan cansadas como nosotros —Tenía mis razones— digo, entonces —Te estaba protegiendo a ti. Bueno, no a ti, pero en mi mente eras tú. Veía a la ministra atacándote para impedirte rastrear la localización de esos muggles, así que la ataqué para que no te dificultara tu trabajo ni te hiciera daño— le cuento, supongo que en un intento vago de reafirmarme en mi argumento. Era una alucinación, pero mis intenciones eran nobles. No ataqué por atacar, lo hice por lo que yo creía que era el bien de NeoPanem. Y de Riley.
Hago una mueca y me incorporo un poco cuando empieza a hablar de su participación en todo esto —¿Vergüenza?— niego con la cabeza, con energía —Riley, reaccionaste con rapidez y con eficiencia. La única persona que reaccionó más rápido que tú fue el Auror que se llevó al Presidente antes de que empezara todo— le digo, molesta, porque realmente se está culpando de muchas cosas cuando no debería —Nada de lo que ha pasado es tu culpa, ¿de acuerdo?— le digo, colocando una mano en su hombro —Y si han logrado hacer algo así es porque son inteligentes. Serán simples muggles que carecen de la mezcla de magia y tecnología, pero seguro que han trabajado mucho para hacer algo como lo que hicieron. Que pudieras encontrar una ubicación, por vaga que fuera, ya es mucho— digo, convencida.
Kenna vuelve a poner el noticiero pero mis ojos no van de inmediato a la pantalla, pues quiero asegurarme de que ella está completamente segura de que quiere verlo, así parece. Tiene razón, podemos aprender de los errores y así mejorar después, como cuando yo miro las repeticiones de mis jugadas en internet para así convertirme en cada vez un mejor jugador y así vencer al niño Simon. Y los consejos llegan pronto pues las primeras imágenes muestran el humo esparciéndose y aquellos que tuvieron la rapidez suficiente como para cubrirse, incluso veo que uno de los jueces se hizo un cascoburbuja para evitar el efecto... Inteligente.
La razón por la cuál reaccionó así me sorprende y me hace mirarla con ternura. Sé que Kenna siempre va a hacer lo que pueda para protegerme pero nunca pensé que lo haría incluso de un peligro imaginario. Hubiese sido genial que me vea en realidad para así ponerle un freno a Riorden pero todo no se puede. Solo sonrío y apoyo mi cabeza en su hombro a modo de agradecimiento - Hiciste lo correcto - aseguro con la frente en alto - Seguro mi yo de mentira necesitaba ese tiempo para conseguir la localización y tú se lo diste exitosamente, de haber sido real sería una misión cumplida - no sé si mis palabras serán reconfortantes pero para mí tiene lógica.
Desde pequeño me han enseñado que los muggles tienen menos recursos, son menos que nosotros porque no tienen magia y debo admitir que eso es cierto porque ésta nos facilita la vida todos los días. Pero no tengo nada personal en contra de ellos... Objetivamente debería vencerlos, porque también soy inteligente y además tengo magia ¿En qué estoy fallando? Quizás en subestimar a mis oponentes, no voy a hacerlo más.
-Sí reaccioné rápido para rastrear la señal - le concedo con una sonrisa - Tanto juntarme con aurores se me está pegando - bromeo en un intento de dejar de estar abrumado pero solo lo logro por unos segundos - Solo desearía poder hacer más, no estar aquí tirado en la cama porque unas estatuas me golpearon... Que por cierto, debo aprender ese hechizo - comento con la mirada perdida - También me gustaría tener un equipo con quien trabajar pero parece que soy el único científico loco en éste bando - eso es nuevo. Siempre trabajé solo pero tener a Lyra de compañera creo que ha cambiado mi punto de vista - ¿Crees que los enviarán al norte después de ésto? A seguridad nacional, me refiero - me da algo de miedo. Odio decirlo pero las armas de fuego son más rápidas que las varitas.
La razón por la cuál reaccionó así me sorprende y me hace mirarla con ternura. Sé que Kenna siempre va a hacer lo que pueda para protegerme pero nunca pensé que lo haría incluso de un peligro imaginario. Hubiese sido genial que me vea en realidad para así ponerle un freno a Riorden pero todo no se puede. Solo sonrío y apoyo mi cabeza en su hombro a modo de agradecimiento - Hiciste lo correcto - aseguro con la frente en alto - Seguro mi yo de mentira necesitaba ese tiempo para conseguir la localización y tú se lo diste exitosamente, de haber sido real sería una misión cumplida - no sé si mis palabras serán reconfortantes pero para mí tiene lógica.
Desde pequeño me han enseñado que los muggles tienen menos recursos, son menos que nosotros porque no tienen magia y debo admitir que eso es cierto porque ésta nos facilita la vida todos los días. Pero no tengo nada personal en contra de ellos... Objetivamente debería vencerlos, porque también soy inteligente y además tengo magia ¿En qué estoy fallando? Quizás en subestimar a mis oponentes, no voy a hacerlo más.
-Sí reaccioné rápido para rastrear la señal - le concedo con una sonrisa - Tanto juntarme con aurores se me está pegando - bromeo en un intento de dejar de estar abrumado pero solo lo logro por unos segundos - Solo desearía poder hacer más, no estar aquí tirado en la cama porque unas estatuas me golpearon... Que por cierto, debo aprender ese hechizo - comento con la mirada perdida - También me gustaría tener un equipo con quien trabajar pero parece que soy el único científico loco en éste bando - eso es nuevo. Siempre trabajé solo pero tener a Lyra de compañera creo que ha cambiado mi punto de vista - ¿Crees que los enviarán al norte después de ésto? A seguridad nacional, me refiero - me da algo de miedo. Odio decirlo pero las armas de fuego son más rápidas que las varitas.
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No sé si decirle que su yo de mentira terminó inconsciente en el suelo, más que agradeciendo mi ayuda. Pero tras unos segundos opto por no hacerlo, ya ha habido suficiente drama en estos días, no necesita saber que incluso la versión de él que mi cerebro creó junto con el gas alucinógeno también terminó moribundo en el suelo —De haber sido real hubiera funcionado, sin duda— sonrío, divertida —Somos un buen equipo, ¿no?— pregunto, tratando de aportar algo positivo a todo esto. Porque fuera de mi imaginación, cuando él quiso ayudar con lo de rastrear a los muggles, yo corrí detrás suyo para echarle una mano o, como mínimo, protegerle y ganarle algo de tiempo si era necesario. Le acaricio el pelo con cariño, dejando que mis ojos vayan de nuevo a la pantalla del televisor.
Hicimos muchas cosas mal. Muchas. Para empezar, no planeamos bien un plan de evacuación. ¿Cómo no tenemos de eso en todos los eventos del país? Ya se sabe que las probabilidades de que pase algo mal son elevadas, no estamos en un país en paz. Hace años que no lo estamos. ¿Tal vez tendría que proponérselo a Riorden? Solamente sé que es problemático. ¿Hacer la despedida de Jamie Niniadis en un estadio? ¿En un estadio? ¿Que apenas tiene salidas grandes listas para evacuación en caso de que sea necesario? ¿Que no está pensado con suficiente estrategia? Si aprendiéramos de nuestros errores y pensáramos con estrategia, las cosas saldrían un poco mejor.
Me río entre dientes cuando dice que tanto juntarse con aurores se le está pegando. Es una cosa buena, ¿no? Estiro el brazo bueno, en un intento de desperezarme, porque realmente los analgésicos me tienen medio ida y con ganas de dormir todo el día, y sonrío —Tal vez puedes hablar con tu ministra. Pedir un equipo más grande, más mentes pensantes que te ayuden. Después de lo que ha pasado y de tu reacción, seguro que has ganado puntos y legitimidad— propongo, sonriendo.
Entonces habla del norte y una mueca cruza mi cara —Espero que no. Lo último que quiero es que me trasladen ahí— digo. No quiero que nos hagan trasladar al norte. Entiendo que habrá misiones y rastreos, que necesitaremos seguir la pista de la señal que encontró Riley, pero... ¿Tener que irme ahí? Se me hace muy cuesta arriba —Es decir, si hay que ir pues iré. Pero me está gustando mi nueva vida. Vivir aquí es genial. Y si me vas... Bueno, es que si me vas el sector tecnológico de NeoPanem se irá a la mierda porque tú no serás nada productivo de lo triste que estarás y de lo mucho que me echarás de menos— bromeo, rodeando sus hombros con mi brazo bueno en un medio abrazo cariñoso. Y esto era broma, pero realmente demuestra lo poco preparada que estoy para plantearme en serio algo así.
Hicimos muchas cosas mal. Muchas. Para empezar, no planeamos bien un plan de evacuación. ¿Cómo no tenemos de eso en todos los eventos del país? Ya se sabe que las probabilidades de que pase algo mal son elevadas, no estamos en un país en paz. Hace años que no lo estamos. ¿Tal vez tendría que proponérselo a Riorden? Solamente sé que es problemático. ¿Hacer la despedida de Jamie Niniadis en un estadio? ¿En un estadio? ¿Que apenas tiene salidas grandes listas para evacuación en caso de que sea necesario? ¿Que no está pensado con suficiente estrategia? Si aprendiéramos de nuestros errores y pensáramos con estrategia, las cosas saldrían un poco mejor.
Me río entre dientes cuando dice que tanto juntarse con aurores se le está pegando. Es una cosa buena, ¿no? Estiro el brazo bueno, en un intento de desperezarme, porque realmente los analgésicos me tienen medio ida y con ganas de dormir todo el día, y sonrío —Tal vez puedes hablar con tu ministra. Pedir un equipo más grande, más mentes pensantes que te ayuden. Después de lo que ha pasado y de tu reacción, seguro que has ganado puntos y legitimidad— propongo, sonriendo.
Entonces habla del norte y una mueca cruza mi cara —Espero que no. Lo último que quiero es que me trasladen ahí— digo. No quiero que nos hagan trasladar al norte. Entiendo que habrá misiones y rastreos, que necesitaremos seguir la pista de la señal que encontró Riley, pero... ¿Tener que irme ahí? Se me hace muy cuesta arriba —Es decir, si hay que ir pues iré. Pero me está gustando mi nueva vida. Vivir aquí es genial. Y si me vas... Bueno, es que si me vas el sector tecnológico de NeoPanem se irá a la mierda porque tú no serás nada productivo de lo triste que estarás y de lo mucho que me echarás de menos— bromeo, rodeando sus hombros con mi brazo bueno en un medio abrazo cariñoso. Y esto era broma, pero realmente demuestra lo poco preparada que estoy para plantearme en serio algo así.
Claro que somos un buen equipo. Relaciono todo con series y películas porque me he pasado más tiempo viéndolas que viviendo de verdad, pero hay muchas historias dando vuelta sobre duplas como nosotros, una auror y un científico que se complementan para vencer a los malos... El problema es que hasta ahora no nos hemos apuntado ninguna victoria y estamos lejos de ser los héroes de la situación - Si no logramos más es porque trabajamos para alguien, pero si fuésemos independientes seguro ya lo tendríamos resuelto - bromeo pues no existe algo como el trabajo independiente en éste país. O trabajas para el gobierno o una fuerza supernatural te evitará hacer lo que quieres.
No me veo a mí mismo pidiéndole más científicos a Silas pero no puedo negar que es una buena idea. Annie ya no está y Hans tiene otras cosas en las qué preocuparse así que puede que sea mi oportunidad de hacer buenas migas con el gobierno. Actué rápido y conseguí un dato importante, quizás no fue suficiente para salvar a los aurores pero sin duda ayuda a limpiar un poco mi nombre. Lo bueno de que sea casi todo un plantel nuevo es que no recordarán lo que hice y puedo comenzar de cero, mejor - Lo tendré en cuenta - respondo con una mueca, si me animo.
Sí, yo tampoco quiero que se vaya. Puede que lo siga en broma pero me he acostumbrado a tenerla aquí y volver a mi vida solitaria sería difícil... Hasta Amanita se ha encariñado con Kenna y de volver a tenerme solo a mí seguro la pondría de un humor que ni ella ni yo disfrutaríamos - Sabes... Antes de la sobredosis estaba ideando un cubo - cuento con una sonrisa melancólica, uno tan inútil para los problemas actuales que quedó en el olvido - Uno que te permitía llevar tu casa para dónde quisieras - finalizo la idea acomodándome en su abrazo - Así podrías llevar toda la casa, sé que solo quieres quedarte por la cocina y la televisión, no hace falta que me mientas - sigo con su broma y lo único que impide que no rompa en una carcajada es el dolor punzante que aparece en mi tronco.
No me veo a mí mismo pidiéndole más científicos a Silas pero no puedo negar que es una buena idea. Annie ya no está y Hans tiene otras cosas en las qué preocuparse así que puede que sea mi oportunidad de hacer buenas migas con el gobierno. Actué rápido y conseguí un dato importante, quizás no fue suficiente para salvar a los aurores pero sin duda ayuda a limpiar un poco mi nombre. Lo bueno de que sea casi todo un plantel nuevo es que no recordarán lo que hice y puedo comenzar de cero, mejor - Lo tendré en cuenta - respondo con una mueca, si me animo.
Sí, yo tampoco quiero que se vaya. Puede que lo siga en broma pero me he acostumbrado a tenerla aquí y volver a mi vida solitaria sería difícil... Hasta Amanita se ha encariñado con Kenna y de volver a tenerme solo a mí seguro la pondría de un humor que ni ella ni yo disfrutaríamos - Sabes... Antes de la sobredosis estaba ideando un cubo - cuento con una sonrisa melancólica, uno tan inútil para los problemas actuales que quedó en el olvido - Uno que te permitía llevar tu casa para dónde quisieras - finalizo la idea acomodándome en su abrazo - Así podrías llevar toda la casa, sé que solo quieres quedarte por la cocina y la televisión, no hace falta que me mientas - sigo con su broma y lo único que impide que no rompa en una carcajada es el dolor punzante que aparece en mi tronco.
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Me río entre dientes. Realmente somos carne de guión de ficción. Una Auror con sangre veela que perdió a su madre, que también era Auror, en una misión, y un informático con un pasado teñido de problemas con sustancias que trabajan para rastrear y atrapar a un grupo de muggles insurgentes que pretenden rebelarse contra el sistema. Si esto estuviera en la televisión, yo lo vería. Seguro.
Vuelvo a centrarme en las imágenes que muestra el aparato, y solamente aparto mis ojos de ahí cuando Riley vuelve a hablar. Pocas veces habla de su sobredosis o de nada relacionado con ella, así que intento cuidar este momento prestándole toda la atención que pueda necesitar. Silbo, admirada, cuando me cuenta lo que estaba ideando. Porque si lo hiciera sería algo bastante revolucionario. Las mudanzas son lo peor, algo así... Cambiaría muchas cosas —Y por el armario, no te olvides del armario— bromeo, siguiendo el juego de su comentario y acurrucándome con él, todavía con la sensación rara que me ha llegado al pensar en tener que irme instalada en la boca del estómago. Seguramente los analgésicos y el no ser consciente de todo lo que está pasando al cien por cien, el tener la cabeza adormecida, no ayuda a que me tome este tema con racionalidad. Pero me pone triste la idea. Aunque sea algo que no haya pasado. Algo que no es seguro que vaya a ocurrir.
Apoyo la cabeza contra su hombro. Tras unos segundos la levanto de nuevo y le miro a los ojos —¿Podría llevarte a ti también en el cubo?— bromeo, con una sonrisa un poco triste, como nostálgica. Parece increíble, pero la sola idea de plantear esta situación, de hablarla como si pudiera ser algo que ocurriera, me pone tremendamente triste. No quiero irme de aquí. Jamás había estado tan cómoda en una casa con alguien. Más que nada porque vivía con mi padre y con el alcohol. Pero tener a Riley a mi lado es saber que voy a tener un apoyo constante, alguien que me cuide y alguien a quien cuidar, alguien que me escuche y a quien escuchar. No estoy en situación de poder permitirme perder esto.
Vuelvo a centrarme en las imágenes que muestra el aparato, y solamente aparto mis ojos de ahí cuando Riley vuelve a hablar. Pocas veces habla de su sobredosis o de nada relacionado con ella, así que intento cuidar este momento prestándole toda la atención que pueda necesitar. Silbo, admirada, cuando me cuenta lo que estaba ideando. Porque si lo hiciera sería algo bastante revolucionario. Las mudanzas son lo peor, algo así... Cambiaría muchas cosas —Y por el armario, no te olvides del armario— bromeo, siguiendo el juego de su comentario y acurrucándome con él, todavía con la sensación rara que me ha llegado al pensar en tener que irme instalada en la boca del estómago. Seguramente los analgésicos y el no ser consciente de todo lo que está pasando al cien por cien, el tener la cabeza adormecida, no ayuda a que me tome este tema con racionalidad. Pero me pone triste la idea. Aunque sea algo que no haya pasado. Algo que no es seguro que vaya a ocurrir.
Apoyo la cabeza contra su hombro. Tras unos segundos la levanto de nuevo y le miro a los ojos —¿Podría llevarte a ti también en el cubo?— bromeo, con una sonrisa un poco triste, como nostálgica. Parece increíble, pero la sola idea de plantear esta situación, de hablarla como si pudiera ser algo que ocurriera, me pone tremendamente triste. No quiero irme de aquí. Jamás había estado tan cómoda en una casa con alguien. Más que nada porque vivía con mi padre y con el alcohol. Pero tener a Riley a mi lado es saber que voy a tener un apoyo constante, alguien que me cuide y alguien a quien cuidar, alguien que me escuche y a quien escuchar. No estoy en situación de poder permitirme perder esto.
Pongo los ojos en blanco y le doy un beso en la coronilla para que ya dejemos de decir pavadas acerca de la casa. Aprovecho para envolverla con mi abrazo y así, de alguna forma, creer que puedo mantenerla aquí aunque Magnar Aminoff ordene lo contrario. Aunque si ella no quiere irse y yo no quiero que se vaya, deberíamos hacer algo al respecto si es que la situación llega ¿No? El tipo tiene la varita de sauco así que no sé cuánto podría hacer, pero al menos intentaría volarle los pelos de un rayo para que deje de molestarnos, a nosotros y a quién sabe cuántos más que separaría con una orden así.
Con su pregunta sí se me escapa una carcajada e ignoro el dolor que aparece en mi cuerpo. Me imagino a mi misma en el bolsillo de Kenna, guardadito disfrutando de mi hábitar hasta que ella necesite de mi compañía y de alguna manera me invoque desde allí adentro - ¿Lanzarás el cubo y dirás "Riley, yo te elijo"? - pregunto aún con una sonrisa pues estoy casi seguro de que hubo una serie animada así con criaturas fantásticas que falló estrepitosamente porque la gente decía que fomentaba el maltrato animal. Distintas épocas.
-De hecho cuando dejé el proyecto estaba intentando mejorar eso, que las personas pudiesen viajar adentro también - comento respirando profundo. Extraño esos proyectos ambiciosos que no servían para nada pero eran divertidos de hacer - Pero ahora veo por qué era una mala idea, imagina tener que buscar un cubo dónde entrara todo un ejército de muggles... Era un arma más útil para ellos que para nosotros - reflexiono con las cejas en alto - De todas formas no necesitarías un cubo para llevarme, solo tendrías que pedirlo y yo iría... Probablemente.
Con su pregunta sí se me escapa una carcajada e ignoro el dolor que aparece en mi cuerpo. Me imagino a mi misma en el bolsillo de Kenna, guardadito disfrutando de mi hábitar hasta que ella necesite de mi compañía y de alguna manera me invoque desde allí adentro - ¿Lanzarás el cubo y dirás "Riley, yo te elijo"? - pregunto aún con una sonrisa pues estoy casi seguro de que hubo una serie animada así con criaturas fantásticas que falló estrepitosamente porque la gente decía que fomentaba el maltrato animal. Distintas épocas.
-De hecho cuando dejé el proyecto estaba intentando mejorar eso, que las personas pudiesen viajar adentro también - comento respirando profundo. Extraño esos proyectos ambiciosos que no servían para nada pero eran divertidos de hacer - Pero ahora veo por qué era una mala idea, imagina tener que buscar un cubo dónde entrara todo un ejército de muggles... Era un arma más útil para ellos que para nosotros - reflexiono con las cejas en alto - De todas formas no necesitarías un cubo para llevarme, solo tendrías que pedirlo y yo iría... Probablemente.
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Me imagino a mi misma lanzando un cubo al suelo para invocar a Riley, como si de una serie de fantasía se tratara, y no puedo evitar reírme, aunque eso hace que los pinchazos en mis costillas se multipliquen —O frotaría el cubo, como si invocara un genio de una lámpara. “¡Riley, concédeme tres deseos!”— sigo con la broma, imaginándole en forma de genio de la lámpara y riendo más con la idea. Termino haciendo una mueca y agarrándome el costado, obligándome a cesar la risa si quiero ser capaz de respirar con normalidad.
Ladeo la cabeza con curiosidad cuando me habla de su proyecto, de cómo pensaba en hacer que pudiera viajar gente dentro también. No, definitivamente no sería buena idea si los muggles nos lo robaran. Y con la de gente sospechosa que hay en todos lados ahora mismo, arriesgarse a llevar a cabo un proyecto así podría ser peligroso. Pero entonces dice que no necesito un cubo para llevarle, que él vendría, probablemente, si yo se lo pidiera. Y eso me hace sonreír, sincera. Creo que nadie logra ablandarme como él. Me abrazo más a él y le doy un beso en la mejilla, con cariño —No me lo digas dos veces, que te lo voy a pedir en serio— le digo, sin querer dejar demasiado claro si va en serio o no. Aunque claramente va en serio.
Le acaricio el brazo, distraída, mientras pienso en cómo querrían, desde el ministerio, mandar fuerzas al norte —Si mandan a Seguridad Nacional al norte, tampoco descartaría que quisieran mandar científicos. Informáticos— digo, entonces, alzando la mirada hacia él de nuevo —Si improvisadamente y desde un portátil en un estadio pudiste conseguir algo, imagina lo que podrías haber hecho con un equipo decente y más cerca de su localización— comento, convencida. Aunque no estoy segura de querer que Riley se vea metido de cabeza en asuntos que pueden ser tan peligrosos sin tener la seguridad de su despacho en el Capitolio.
Ladeo la cabeza con curiosidad cuando me habla de su proyecto, de cómo pensaba en hacer que pudiera viajar gente dentro también. No, definitivamente no sería buena idea si los muggles nos lo robaran. Y con la de gente sospechosa que hay en todos lados ahora mismo, arriesgarse a llevar a cabo un proyecto así podría ser peligroso. Pero entonces dice que no necesito un cubo para llevarle, que él vendría, probablemente, si yo se lo pidiera. Y eso me hace sonreír, sincera. Creo que nadie logra ablandarme como él. Me abrazo más a él y le doy un beso en la mejilla, con cariño —No me lo digas dos veces, que te lo voy a pedir en serio— le digo, sin querer dejar demasiado claro si va en serio o no. Aunque claramente va en serio.
Le acaricio el brazo, distraída, mientras pienso en cómo querrían, desde el ministerio, mandar fuerzas al norte —Si mandan a Seguridad Nacional al norte, tampoco descartaría que quisieran mandar científicos. Informáticos— digo, entonces, alzando la mirada hacia él de nuevo —Si improvisadamente y desde un portátil en un estadio pudiste conseguir algo, imagina lo que podrías haber hecho con un equipo decente y más cerca de su localización— comento, convencida. Aunque no estoy segura de querer que Riley se vea metido de cabeza en asuntos que pueden ser tan peligrosos sin tener la seguridad de su despacho en el Capitolio.
Se me escapa una exclamación alegre pues su propuesta es mucho mejor que la mía. Amaría ser un genio en una lámpara con la capacidad de hacer felices a las personas, aunque cuentan las leyendas que la mayoría mete la pata e terminan peor de lo que estaban en primer lugar - De acuerdo, señorita Richards - me meto en papel usando una voz más grave y tenebrosa de la que normalmente tengo - Tiene tres deseos, pero le advierto que no puedo revivir a los muertos, no puedo hacer que alguien se enamore de otra persona ni tampoco matar a nadie - aunque ésto último sería fácil con mis rayos - Solo si vas a frotarme que no sea en las costillas que nomas gritaría, no concedería nada - vuelvo a mi tono habitual con una sonrisa.
El beso en la mejilla me toma por sorpresa así que me sonrojo un poco, creí que ya habíamos superado esa etapa pero al parecer mi cabeza no se entera y sigue teniendo vergüenza en ocasiones. Pero más que por eso es por las palabras que vienen después y una idea que comienza a tomar forma y a aferrarse en mi mente como algo que ocurrirá inevitablemente más que como una posibilidad remota en el futuro - De hecho sí, si cruzo la barrera de lo que sea que nos está haciendo rebotar, podría ubicarlos - murmuro pensativo.
Ir al norte sería arriesgado, puede que me haya estado entrenando pero aún no soy rival para una amenaza como lo son éstos nuevos enemigos. Además, estaría el doble de preocupado por estar Kenna conmigo y ella lo estaría también por tener que cuidarme. Al final terminaríamos poniéndonos los dos en peligro y sin poder concentrarnos... De todas formas, en éste preciso momento decido ir si ella me lo pide en el futuro, no es un probablemente, es un sí rotundo.
-Se que se supone que soy el genio pero me gustaría pedir un deseo - comento con los mejores ojos de cachorro que puedo poner - En caso de que te envíen y yo te acompañe, no te pondrás a pelear con alguien porque no me deja trabajar, primero te mantendrás segura tú ¿De acuerdo?
El beso en la mejilla me toma por sorpresa así que me sonrojo un poco, creí que ya habíamos superado esa etapa pero al parecer mi cabeza no se entera y sigue teniendo vergüenza en ocasiones. Pero más que por eso es por las palabras que vienen después y una idea que comienza a tomar forma y a aferrarse en mi mente como algo que ocurrirá inevitablemente más que como una posibilidad remota en el futuro - De hecho sí, si cruzo la barrera de lo que sea que nos está haciendo rebotar, podría ubicarlos - murmuro pensativo.
Ir al norte sería arriesgado, puede que me haya estado entrenando pero aún no soy rival para una amenaza como lo son éstos nuevos enemigos. Además, estaría el doble de preocupado por estar Kenna conmigo y ella lo estaría también por tener que cuidarme. Al final terminaríamos poniéndonos los dos en peligro y sin poder concentrarnos... De todas formas, en éste preciso momento decido ir si ella me lo pide en el futuro, no es un probablemente, es un sí rotundo.
-Se que se supone que soy el genio pero me gustaría pedir un deseo - comento con los mejores ojos de cachorro que puedo poner - En caso de que te envíen y yo te acompañe, no te pondrás a pelear con alguien porque no me deja trabajar, primero te mantendrás segura tú ¿De acuerdo?
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Estallo en risas, divertida, cuando imita a un genio, dictando las tres normas básicas que decían siempre en los dibujos animados de los niños pequeños y con esa voz grave. Esa risa me provoca un pinchazo en als costillas pero, por esta vez, me da completamente igual. Dirijo la mirada hacia la pantalla de nuevo, haciendo una pequeña mueca por los hechos que se muestran, pero ante la petición de Riley de que no le frote en las costillas, una sonrisa traviesa ocupa mi rostro por completo —No temas, Riley... Ya he aprendido dónde te tengo que frotar para que me concedas deseos— bromeo, divertida, antes de echarme a reír todavía más. Termino agarrándome el costado y haciendo una mueca, que se mezcla con mi risa —Ay, ay... Mierda, duele mucho. Ay— me quejo, sin dejar de reír.
Me centro, sin embargo, en el tema del norte. Porque tengo la sensación de que hay más posibilidades de las que nos estamos planteando. Es decir... Realmente consiguió mucho con muy poco. Y él mismo lo está diciendo, si consigue superar la barrera y hurgar un poco más en todo eso, podría llegar a su ubicación. Tal vez nos estamos adelantando a los acontecimientos, tal vez ni siquiera nos mandan al norte, pero en caso que lo hicieran, sé que me sentiría mejor yendo con él. Aunque probablemente lo pasaría mal, me preocuparía más y estaría muy pendiente de él... Pero si realmente eso termina pasando, prefiero tenerle cerca y saber que tengo la posibilidad de estar por él y protegerle que no sentir que podría pasar cualquier cosa sin yo tener la menor oportunidad de remediarlo.
Por eso, cuando me pide el deseo, sacudo la cabeza suavemente —Riley, soy una auror— digo, con tono conciliador —. Mi trabajo es literalmente pelear con gente que impide que lo que quiere el Ministerio ocurra como se supone que tiene que ocurrir— le digo. Le doy un abrazo, cariñosa, pero vigilando con sus heridas, que tampoco quiero hacer su dolor mayor —Sea como sea, lo que puedo prometerte es que si vuelvo a ver humo alucinógeno me taparé la nariz y te protegeré a ti de verdad, y no a una alucinación que me haya creado en mi cabeza— bromeo, sonriendo.
Me centro, sin embargo, en el tema del norte. Porque tengo la sensación de que hay más posibilidades de las que nos estamos planteando. Es decir... Realmente consiguió mucho con muy poco. Y él mismo lo está diciendo, si consigue superar la barrera y hurgar un poco más en todo eso, podría llegar a su ubicación. Tal vez nos estamos adelantando a los acontecimientos, tal vez ni siquiera nos mandan al norte, pero en caso que lo hicieran, sé que me sentiría mejor yendo con él. Aunque probablemente lo pasaría mal, me preocuparía más y estaría muy pendiente de él... Pero si realmente eso termina pasando, prefiero tenerle cerca y saber que tengo la posibilidad de estar por él y protegerle que no sentir que podría pasar cualquier cosa sin yo tener la menor oportunidad de remediarlo.
Por eso, cuando me pide el deseo, sacudo la cabeza suavemente —Riley, soy una auror— digo, con tono conciliador —. Mi trabajo es literalmente pelear con gente que impide que lo que quiere el Ministerio ocurra como se supone que tiene que ocurrir— le digo. Le doy un abrazo, cariñosa, pero vigilando con sus heridas, que tampoco quiero hacer su dolor mayor —Sea como sea, lo que puedo prometerte es que si vuelvo a ver humo alucinógeno me taparé la nariz y te protegeré a ti de verdad, y no a una alucinación que me haya creado en mi cabeza— bromeo, sonriendo.
Su sonrisa traviesa me hace entender lo que viene, se al he dejado servida así que lo único que hago es sonreír algo avergonzado mirando la sábana que nos cubre. De acuerdo, punto para ella, y de verdad me alegra saber que he cumplido deseos de esa forma - Eso te pasa por burlarte - respondo aguantando la risa y al final termino uniéndome yo también sintiendo como el dolor avanza por mi rostro - Aunque pensándolo bien... Ya que no puedo tomar fármacos, podría hacer uso de los analgésicos naturales - agrego mostrándole una sonrisa traviesa también ¿Podríamos? No creo si estamos uno más adolorido que el otro.
Me siento tonto de solo proponerlo cuando me responde de esa forma porque, bueno, tiene toda la razón del mundo. Sin embargo no me hace sentir mejor pues me gustaría mantenerla a salvo en el campo ¿Cómo hacerlo? ¿Cómo se cuida a quién está en primera línea todo el tiempo? Ya he inventado un traje que absorbe los hechizos para que los aurores no salgan lastimados pero, como muchas otras cosas, ha quedado enterrado en los escombros del viejo ministerio. Sin embargo puedo hacer uno para ella, tengo el dinero para el menos armar un prototipo.
Comienzo a maquinar los detalles y por eso llego un poco tarde a su broma, sonrío pero es demasiado tarde así que me apresuro a agregar - O si vas a atacar a alguien, que no sea de alto cargo, que ahora has agarrado a la más tranquila... creo... pero mañana podría ser Jensen o Powell o Weynart o el mismísimo Magnar - no sé por qué siento que estoy enumerando una lista de villanos. Bueno, Lara y yo hemos sobrevivido a dos de ellos, y ella ha tenido menos secuelas que yo - De todas formas te haré un traje para protegerte y lo estrenaremos cuando estemos mejor, así te mostraré que no soy tan indefenso - agrego girándome a un costado para abrazarla y acomodarme en la almohada, como si fuese a dormir que no es tan mala idea - Estoy seguro de que no podrás con todo ésto - sigo con la broma - Rayos, hechizos, no hay auror en el mundo preparado para lidiar con éso - termino ya con pequeñas carcajadas. Jakobe me hizo pomada en su momento cuando entrenábamos, no estoy listo.
Me siento tonto de solo proponerlo cuando me responde de esa forma porque, bueno, tiene toda la razón del mundo. Sin embargo no me hace sentir mejor pues me gustaría mantenerla a salvo en el campo ¿Cómo hacerlo? ¿Cómo se cuida a quién está en primera línea todo el tiempo? Ya he inventado un traje que absorbe los hechizos para que los aurores no salgan lastimados pero, como muchas otras cosas, ha quedado enterrado en los escombros del viejo ministerio. Sin embargo puedo hacer uno para ella, tengo el dinero para el menos armar un prototipo.
Comienzo a maquinar los detalles y por eso llego un poco tarde a su broma, sonrío pero es demasiado tarde así que me apresuro a agregar - O si vas a atacar a alguien, que no sea de alto cargo, que ahora has agarrado a la más tranquila... creo... pero mañana podría ser Jensen o Powell o Weynart o el mismísimo Magnar - no sé por qué siento que estoy enumerando una lista de villanos. Bueno, Lara y yo hemos sobrevivido a dos de ellos, y ella ha tenido menos secuelas que yo - De todas formas te haré un traje para protegerte y lo estrenaremos cuando estemos mejor, así te mostraré que no soy tan indefenso - agrego girándome a un costado para abrazarla y acomodarme en la almohada, como si fuese a dormir que no es tan mala idea - Estoy seguro de que no podrás con todo ésto - sigo con la broma - Rayos, hechizos, no hay auror en el mundo preparado para lidiar con éso - termino ya con pequeñas carcajadas. Jakobe me hizo pomada en su momento cuando entrenábamos, no estoy listo.
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El panorama es bastante lamentable, pero de una forma entrañable, casi tierna. Estamos viendo en la televisión la repetición del evento que nos dejó hechos un cuadro, recuperándonos de nuestras heridas en la cama pero siendo capaces de reírnos pese al dolor que eso nos causa. Es cómodo, como todo con él. Le sonrío, divertida, cuando menciona los analgésicos naturales, y alzo ambas cejas —Cuidado con lo que propones, Kavalier, que yo no estoy tan mal y sabes que no me cuesta acceder a estas cosas— bromeo. Supongo que hacen falta más que un tendón desgarrado y un par de costillas rotas para frenarme en cierto tipo de situaciones. Y más si la medicina mágica está haciendo su trabajo y si voy cargada de analgésicos.
Sonrío un poco cuando empieza a enumerar los ministros, como si estuviera haciendo una lista por orden ascendiente de peligrosidad. Me divierte un poco imaginarme peleando contra Weynart, algo que claramente jamás haría, considero mis ideas bastante afines a las de este hombre. A Hans nunca le atacaría, y quiero pensar que él tampoco me atacaría a mí, aunque le vi zurrando bastante a su compañera embarazada, así que nunca se sabe. Es la idea de pelearme con Magnar la que me hace poner la piel de gallina. Ese hombre desprende un aura bastante raro —Por Merlín, a Aminoff no— digo, riendo, algo nerviosa. Se supone que como parte del cuerpo de Seguridad Nacional tendría que seguir al Presidente. Pero bueno, me mantendré diciendo que yo sigo al Ministro de Defensa, dejándole a él la parte de responsabilidad ideológica.
Me acomodo en la cama cuando veo cómo se tumba y me acomodo con él. Con el brazo bueno le acaricio el suyo, con el que me rodea, y le dedico una mirada divertida —Un traje para protegerme, ¿eh? ¿Y cómo es eso?— digo, divertida —. ¿Como si fuera una superheroína? ¿De qué color va a ser?— bromeo. Pero la verdad es que no es mala idea. Algo así como una armadura. Los cascos que llevaban los antiguos Agentes de la Paz tenían una máscara, de ese modo el humo no nos habría afectado. Y ahora nos enfrentaremos a muggles, no tienen varita ni magia, tal vez podemos pensar nuevas formas de protegernos. No puede ser que si perdemos la varita estemos muertos. Aparto ese pensamiento, como guardándolo para luego. Realmente es un tema interesante, pero se supone que ahora tenemos que centrarnos en recuperarnos —Realmente crees que podrías contra mí, ¿eh?— le pregunto, sonriendo. Pero en parte me gusta pensar que no es indefenso. De hecho, quiero creer que si en vez de a Weynart se hubiera enfrentado a alguien sin tanto entrenamiento, podría haber salido ileso. O por lo menos no tan magullado —Te daré el beneficio de la duda, venga— le concedo, divertida.
Sonrío un poco cuando empieza a enumerar los ministros, como si estuviera haciendo una lista por orden ascendiente de peligrosidad. Me divierte un poco imaginarme peleando contra Weynart, algo que claramente jamás haría, considero mis ideas bastante afines a las de este hombre. A Hans nunca le atacaría, y quiero pensar que él tampoco me atacaría a mí, aunque le vi zurrando bastante a su compañera embarazada, así que nunca se sabe. Es la idea de pelearme con Magnar la que me hace poner la piel de gallina. Ese hombre desprende un aura bastante raro —Por Merlín, a Aminoff no— digo, riendo, algo nerviosa. Se supone que como parte del cuerpo de Seguridad Nacional tendría que seguir al Presidente. Pero bueno, me mantendré diciendo que yo sigo al Ministro de Defensa, dejándole a él la parte de responsabilidad ideológica.
Me acomodo en la cama cuando veo cómo se tumba y me acomodo con él. Con el brazo bueno le acaricio el suyo, con el que me rodea, y le dedico una mirada divertida —Un traje para protegerme, ¿eh? ¿Y cómo es eso?— digo, divertida —. ¿Como si fuera una superheroína? ¿De qué color va a ser?— bromeo. Pero la verdad es que no es mala idea. Algo así como una armadura. Los cascos que llevaban los antiguos Agentes de la Paz tenían una máscara, de ese modo el humo no nos habría afectado. Y ahora nos enfrentaremos a muggles, no tienen varita ni magia, tal vez podemos pensar nuevas formas de protegernos. No puede ser que si perdemos la varita estemos muertos. Aparto ese pensamiento, como guardándolo para luego. Realmente es un tema interesante, pero se supone que ahora tenemos que centrarnos en recuperarnos —Realmente crees que podrías contra mí, ¿eh?— le pregunto, sonriendo. Pero en parte me gusta pensar que no es indefenso. De hecho, quiero creer que si en vez de a Weynart se hubiera enfrentado a alguien sin tanto entrenamiento, podría haber salido ileso. O por lo menos no tan magullado —Te daré el beneficio de la duda, venga— le concedo, divertida.
Se me escapa una risa y me apresuro a negar con la cabeza para dejarle en claro que solo es una broma. Desgraciadamente es solo una broma y odio a Riorden por un momento por dejarme en éstas condiciones, todo vendado, con costillas rotas y dificultad para respirar si me muevo demasiado - Ya buscaré esos analgésicos cuando esté en mejor estado - agrego fantaseando un poco con la idea. No debería siendo que estamos compartiendo cama ahora mismo, así que rápido desvío los ojos a la televisión y sus duelos sin sentido que terminaron con muchos heridos.
Vuelvo a reír cuando pregunta si será como una superheroína y mezclo la risa con quejidos por el dolor que me causa hacerlo, pero siempre sonriente. Ojalá pudiese hacer un traje como esos, necesitaría mucho presupuesto y con algo de magia podría convertirme incluso a mí en una especie de super héroe que lanza rayos de las manos y... Un momento. Debería poder hacer eso, armar una especie de conductor para maximizar mi habilidad ¡¿POR QUÉ DEMONIOS NO LO PENSÉ ANTES?! - Kenna, eres una genio, pero una genio de verdad, no de los que conceden deseos - dejo salir entusiasmado y me acomodo para darle un beso rápido ¡Que maravillosa idea!
Pensar que hace un momento quería dormir... No, tengo cosas que pensar y planos que hacer. Pero primero creo que es una buena idea exponer en voz alta lo que tengo planeado y para que comprenda el posible torbellino de locura que arrasará con la casa en los días siguientes - El traje de auror es más bien una especie de neopreno, va debajo de la ropa y podemos sumarla una máscara, pero solo de media cara, para que a nadie se le arruine el cabello - bromeo con lo último - Y en cuanto a la idea que me has dado... Podría armar una especie de conductor para manejar mejor los rayos ¿No crees? Ahí sí no tendrías chances contra mí - sigo con la broma, lo último, pues lo primero va muy en serio.
Vuelvo a reír cuando pregunta si será como una superheroína y mezclo la risa con quejidos por el dolor que me causa hacerlo, pero siempre sonriente. Ojalá pudiese hacer un traje como esos, necesitaría mucho presupuesto y con algo de magia podría convertirme incluso a mí en una especie de super héroe que lanza rayos de las manos y... Un momento. Debería poder hacer eso, armar una especie de conductor para maximizar mi habilidad ¡¿POR QUÉ DEMONIOS NO LO PENSÉ ANTES?! - Kenna, eres una genio, pero una genio de verdad, no de los que conceden deseos - dejo salir entusiasmado y me acomodo para darle un beso rápido ¡Que maravillosa idea!
Pensar que hace un momento quería dormir... No, tengo cosas que pensar y planos que hacer. Pero primero creo que es una buena idea exponer en voz alta lo que tengo planeado y para que comprenda el posible torbellino de locura que arrasará con la casa en los días siguientes - El traje de auror es más bien una especie de neopreno, va debajo de la ropa y podemos sumarla una máscara, pero solo de media cara, para que a nadie se le arruine el cabello - bromeo con lo último - Y en cuanto a la idea que me has dado... Podría armar una especie de conductor para manejar mejor los rayos ¿No crees? Ahí sí no tendrías chances contra mí - sigo con la broma, lo último, pues lo primero va muy en serio.
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Cuando me dice que buscará esos analgésicos cuando esté en mejor estado alzo ambas cejas y le sonrío —Te tomo la palabra en eso— bromeo. O tal vez no. Es decir, no me molestaría que me buscara otra vez. Congeniamos bien, estamos cómodos juntos, y se está convirtiendo en una de las personas en quién más confío últimamente. No, definitivamente no me molestaría, al contrario. De hecho hasta me da un poco de rabia la situación de dolor en la que nos encontramos ambos (él más que yo) y que nos impide hacer nada ahora mismo.
Pero nos alejamos de ese tema, supongo que en parte para evitar tentaciones que no van a llevar a ningún sitio. Y parece que algo que digo sobre el traje le sirve para tener un momento de iluminación, una epifanía que hace que se mueva, me diga que soy una genia, me bese y empiece a hablar. Yo, en un primer momento, la verdad es que me quedo más confundida que otra cosa, pero escucho sus palabras, intentando procesar todo lo que está diciendo. Aunque me cuesta un poco. Cuando termina de hablar sonrío un poco —Vale, un segundo, he procesado como una cuarta parte de lo que has dicho hasta ahora, espera— bromeo, riendo. Porque sí, podemos hacer broma, pero realmente los analgésicos me tienen un poco ida ahora mismo.
Intento procesar su idea. Sus ideas. Ha hablado mucho. Sonrío un poco, finalmente —A ver, sería una pasada tener un traje así, no lo negaremos— reconozco —, ¿pero realmente hay que gastar presupuesto en idear un prototipo de traje ideado para protegerse de magos cuando la gran amenaza que se nos viene encima seguramente sean mayoría muggles?— reflexiono. Juego con el borde de la sábana que todavía me cubre —Podrían tener armas de fuego. Armas blancas. Tal vez necesitamos una armadura, algo que nos proteja de armas muggles, además de lo que dices tú— le miro, con una pequeña mueca. Porque imaginar es muy bonito, pero luego llevar las cosas a cabo no —Estoy diciendo algo imposible, ¿verdad?— pregunto, no muy segura de las palabras que salen de mi boca.
Pero nos alejamos de ese tema, supongo que en parte para evitar tentaciones que no van a llevar a ningún sitio. Y parece que algo que digo sobre el traje le sirve para tener un momento de iluminación, una epifanía que hace que se mueva, me diga que soy una genia, me bese y empiece a hablar. Yo, en un primer momento, la verdad es que me quedo más confundida que otra cosa, pero escucho sus palabras, intentando procesar todo lo que está diciendo. Aunque me cuesta un poco. Cuando termina de hablar sonrío un poco —Vale, un segundo, he procesado como una cuarta parte de lo que has dicho hasta ahora, espera— bromeo, riendo. Porque sí, podemos hacer broma, pero realmente los analgésicos me tienen un poco ida ahora mismo.
Intento procesar su idea. Sus ideas. Ha hablado mucho. Sonrío un poco, finalmente —A ver, sería una pasada tener un traje así, no lo negaremos— reconozco —, ¿pero realmente hay que gastar presupuesto en idear un prototipo de traje ideado para protegerse de magos cuando la gran amenaza que se nos viene encima seguramente sean mayoría muggles?— reflexiono. Juego con el borde de la sábana que todavía me cubre —Podrían tener armas de fuego. Armas blancas. Tal vez necesitamos una armadura, algo que nos proteja de armas muggles, además de lo que dices tú— le miro, con una pequeña mueca. Porque imaginar es muy bonito, pero luego llevar las cosas a cabo no —Estoy diciendo algo imposible, ¿verdad?— pregunto, no muy segura de las palabras que salen de mi boca.
Me río cuando dice que no me sigue y asiento pues soy conciente de que cuando me emociono con la ciencia voy más rápido que la velocidad del sonido. Sin embargo lo ha procesado bien, o casi del todo bien, pues me presenta una idea interesante que de todas formas puede llevarse a cabo sin un material grueso - Tu dices como los agentes de la paz ¿No? - pregunto pensativo, o como la tropa espacial protectora del universo de Fiendfyre, pero ese es otro tema - Sería incómodo, pero puedo conseguir que un material fino sea antibalas - no debería ser difícil con magia, si ya lo hice contra bombaradas seguro funcionará contra bazucas y esas cosas extrañas que usan los muggles.
Pero el problema está en el presupuesto, estamos hablando de crear un traje para ella que es quien me interesa proteger ahora mismo. El gobierno no me dará capital para hacer algo como tal, sobre todo porque piensan que los muggles son una raza inferior y que las varitas deberían ser suficientes para acabarlos. Deberían con el suficiente ingenio, en realidad, pero subestimar está mal. Así como pudieron casi vencerme tecnológicamente, pueden hacerlo con las armas.
- No sé si me darán el presupuesto pero... Me queda lo último de la herencia de mi padre y no se me ocurre mejor cosa que gastarlo para que estés a salvo - respondo encogiéndome de hombros, es una buena causa y ¿Qué voy a hacer de todas formas? ¿Comprar otra casa? Ya tengo suficientes como para dejarme el bigote y ponerme smoking, no, la última parte será para algo que de verdad importe.
Pero el problema está en el presupuesto, estamos hablando de crear un traje para ella que es quien me interesa proteger ahora mismo. El gobierno no me dará capital para hacer algo como tal, sobre todo porque piensan que los muggles son una raza inferior y que las varitas deberían ser suficientes para acabarlos. Deberían con el suficiente ingenio, en realidad, pero subestimar está mal. Así como pudieron casi vencerme tecnológicamente, pueden hacerlo con las armas.
- No sé si me darán el presupuesto pero... Me queda lo último de la herencia de mi padre y no se me ocurre mejor cosa que gastarlo para que estés a salvo - respondo encogiéndome de hombros, es una buena causa y ¿Qué voy a hacer de todas formas? ¿Comprar otra casa? Ya tengo suficientes como para dejarme el bigote y ponerme smoking, no, la última parte será para algo que de verdad importe.
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Hago un gesto afirmativo con la cabeza cuando menciona los agentes de La Paz —Algo así, sí— digo. No parecían los trajes más cómodos del mundo, creo, pero bueno. Su trabajo no era correr ni luchar, era principalmente pasearse con armas y hacer creer a la gente que tenían el poder de aniquilar y mandar. Su trabajo era imponer e infundir miedo —Eso sería genial. Tenemos que dejar de intentar luchar contra muggles defendiéndonos como lo haríamos si lucháramos con magos— opino.
Habla, como ya había imaginado, de presupuestos. Soy consciente de que no nos encontramos en el mejor momento del mundo, pero Aminoff tendría que poder priorizar. No digo que la educación no sea importante, o la sanidad... Pero tal vez un recorte de los sueldos de los altos cargos o una disminución de lujos y tonterías ayudaría a poder financiar proyectos como este, o tantos otros, que pretenden velar por la seguridad y el bienestar de los habitantes de NeoPanem. Por alguna razón, me da la impresión de que Jamie Niniadis era capaz de gestionar este tipo de problemáticas mucho mejor que Aminoff. Pero los tiempos cambian, y con ellos las personas y sus métodos. Y de nada sirve recordar lo que antaño fue mejor.
Pero lo que dice me emociona. Porque esta hablando de gastarse lo que le queda de la herencia de su padre en hacer un prototipo para mí. Para protegerme —Riley...— sonrío, porque esto me ha tocado la fibra sensible, y le doy un abrazo. Con cuidado, consciente de que está lleno de heridas y huesos rotos, pero es que realmente necesito darle este abrazo. Tal vez no será un genio de la lámpara, pero a veces se comporta como un ángel de la guarda —Es decir, gracias, pero...— me separo un poco de él, rompiendo el abrazo pero quedándome cerca, mirándole a los ojos —Pero no puedo dejar que pagues por algo así. Si no consigues que lo financie el Ministerio... Bueno. Yo también tengo algo que me queda de la herencia de mi madre. Ya pago poco por vivir aquí, déjame al menos contribuir en esto, ¿vale?— le pido, sonriendo un poco.
Habla, como ya había imaginado, de presupuestos. Soy consciente de que no nos encontramos en el mejor momento del mundo, pero Aminoff tendría que poder priorizar. No digo que la educación no sea importante, o la sanidad... Pero tal vez un recorte de los sueldos de los altos cargos o una disminución de lujos y tonterías ayudaría a poder financiar proyectos como este, o tantos otros, que pretenden velar por la seguridad y el bienestar de los habitantes de NeoPanem. Por alguna razón, me da la impresión de que Jamie Niniadis era capaz de gestionar este tipo de problemáticas mucho mejor que Aminoff. Pero los tiempos cambian, y con ellos las personas y sus métodos. Y de nada sirve recordar lo que antaño fue mejor.
Pero lo que dice me emociona. Porque esta hablando de gastarse lo que le queda de la herencia de su padre en hacer un prototipo para mí. Para protegerme —Riley...— sonrío, porque esto me ha tocado la fibra sensible, y le doy un abrazo. Con cuidado, consciente de que está lleno de heridas y huesos rotos, pero es que realmente necesito darle este abrazo. Tal vez no será un genio de la lámpara, pero a veces se comporta como un ángel de la guarda —Es decir, gracias, pero...— me separo un poco de él, rompiendo el abrazo pero quedándome cerca, mirándole a los ojos —Pero no puedo dejar que pagues por algo así. Si no consigues que lo financie el Ministerio... Bueno. Yo también tengo algo que me queda de la herencia de mi madre. Ya pago poco por vivir aquí, déjame al menos contribuir en esto, ¿vale?— le pido, sonriendo un poco.
No sé mucho de peleas y estrategias o qué es lo mejor para el departamento de aurores, eso me ha traído conflictos en el pasado pero creo que ya he aprendido y de intentarlo otra vez podría construir algo mejor. Además, ahora tengo una mejor orientación al lado, una mucho más amable que Colin Weynart y que me impulsará a hacer algo mejor, no solo me criticará y dejará mi autoestima por el piso diciéndome que soy poco funcional.
Pero ya pensaré en los detalles luego, de momento disfruto del abrazo e incluso cierro los ojos. Recuerdo haber encendido la calefacción pero ya no la necesito pues su presencia es suficiente para tener toda la calidez que necesito para una vida, es agradable y por eso me pilla con la guardia baja y sin ánimos de contradecirla cuando dice que también quiere poner una parte en el traje. Será algo caro, necesitaremos materiales de última generación y probablemente tendré que colarme en el departamento de misterios para conseguir un par de cosas. No debería ser difícil teniendo a Lara trabajando allí.
- De acuerdo - concedo levantando mi mano para acariciar su mejilla con cariño - Pero de verdad dudo que el ministerio financie algo así, sobre todo porque no querrán un prototipo de algo que no podrá construirse en masa por falta de dinero - sería como imprimir un modelo a escala solo de adorno - Y de hacerlo con ellos probablemente el diseño se lo quede alguno de los peces gordos así que prefiero que sea un proyecto privado... Lo construiré aquí, no en tu habitación, pero ya encontraré otro lugar - bromeo con ésto último. Es una casa amplia así que debería poder acomodar un laboratorio un poco más amplio del que ya hay para meter todos los materiales y poder probarlo.
Pero ya pensaré en los detalles luego, de momento disfruto del abrazo e incluso cierro los ojos. Recuerdo haber encendido la calefacción pero ya no la necesito pues su presencia es suficiente para tener toda la calidez que necesito para una vida, es agradable y por eso me pilla con la guardia baja y sin ánimos de contradecirla cuando dice que también quiere poner una parte en el traje. Será algo caro, necesitaremos materiales de última generación y probablemente tendré que colarme en el departamento de misterios para conseguir un par de cosas. No debería ser difícil teniendo a Lara trabajando allí.
- De acuerdo - concedo levantando mi mano para acariciar su mejilla con cariño - Pero de verdad dudo que el ministerio financie algo así, sobre todo porque no querrán un prototipo de algo que no podrá construirse en masa por falta de dinero - sería como imprimir un modelo a escala solo de adorno - Y de hacerlo con ellos probablemente el diseño se lo quede alguno de los peces gordos así que prefiero que sea un proyecto privado... Lo construiré aquí, no en tu habitación, pero ya encontraré otro lugar - bromeo con ésto último. Es una casa amplia así que debería poder acomodar un laboratorio un poco más amplio del que ya hay para meter todos los materiales y poder probarlo.
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Realmente es algo que quiere tirar adelante y llevar a cabo en gran parte por mí. No por satisfacción personal, no por fama, no por ascensos, por mí. Porque quiere protegerme. Y prefiere hacer esto en casa y que lo tenga yo antes que hacerlo con el Ministerio y que se lo quede, como dice él, algún pez gordo. Si eso pasara, si el traje funcionara bien y se lo quedara alguien poderoso de la esfera política, seguramente le lloverían las ofertas y los ascensos por todos lados. Pero él lo quiere para mí.
Y yo no le voy a llevar la contraria, porque realmente adoro sentir cómo se preocupa por mí del mismo modo que yo me preocupo por él. Le da, a mí ver, un gran sentido al tipo de relación que estamos forjando entre ambos. No somos solo compañeros de piso, o solo amigos, o solo... Lo que sea. Hay algo más puro en esta necesidad de cuidar, de proteger, que me llena de ternura y de orgullo a la vez —Está bien, habla con quien tengas que hablar en el Ministerio, pero si todo son negativas, encontraremos un lugar— digo, decidida, haciendo énfasis en la forma plural que he utilizado, como dejando claro que esto no es una cosa que va a hacer él solo —Yo quiero ayudar. Quiero implicarme, de verdad. Quiero ser de ayuda en todo lo que puedas necesitar durante el proceso— le aseguro, con firmeza en mi tono. Si lo está haciendo en parte por mí, ¿qué menos que asegurarle que no va a estar solo en todo este proceso?
—Pero ahora no pensemos en ello— añado, sin embargo. Con cuidado, sin querer hacerle daño, hago que vuelva a tumbarse en la cama y me tumbo junto a él, acurrucándome cómodamente bajo unas mantas cuyo calor ya no necesito tanto —Ahora a hacer reposo y a descansar, que sino Amanita nos riñe, y no me apetece hacerla enfadar— sentencio. Li acaricio la mejilla y le doy un beso suave en la frente, cariñosa, antes de colocarme de forma cómoda y clavar mis ojos en la pantalla del televisor de nuevo. Toca descansar. Pero descansar junto a él es un plan muy apetecible.
Y yo no le voy a llevar la contraria, porque realmente adoro sentir cómo se preocupa por mí del mismo modo que yo me preocupo por él. Le da, a mí ver, un gran sentido al tipo de relación que estamos forjando entre ambos. No somos solo compañeros de piso, o solo amigos, o solo... Lo que sea. Hay algo más puro en esta necesidad de cuidar, de proteger, que me llena de ternura y de orgullo a la vez —Está bien, habla con quien tengas que hablar en el Ministerio, pero si todo son negativas, encontraremos un lugar— digo, decidida, haciendo énfasis en la forma plural que he utilizado, como dejando claro que esto no es una cosa que va a hacer él solo —Yo quiero ayudar. Quiero implicarme, de verdad. Quiero ser de ayuda en todo lo que puedas necesitar durante el proceso— le aseguro, con firmeza en mi tono. Si lo está haciendo en parte por mí, ¿qué menos que asegurarle que no va a estar solo en todo este proceso?
—Pero ahora no pensemos en ello— añado, sin embargo. Con cuidado, sin querer hacerle daño, hago que vuelva a tumbarse en la cama y me tumbo junto a él, acurrucándome cómodamente bajo unas mantas cuyo calor ya no necesito tanto —Ahora a hacer reposo y a descansar, que sino Amanita nos riñe, y no me apetece hacerla enfadar— sentencio. Li acaricio la mejilla y le doy un beso suave en la frente, cariñosa, antes de colocarme de forma cómoda y clavar mis ojos en la pantalla del televisor de nuevo. Toca descansar. Pero descansar junto a él es un plan muy apetecible.
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