OTOÑO de 247521 de Septiembre — 20 de Diciembre
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Tras años de represión y batallas libradas, hoy son los magos los que caminan en las calles más pulcras del Capitolio. Bajo un régimen que condena a los muggles y a los traidores a la persecución, una nueva era se agita a la vuelta de la esquina. La igualdad es un mito, los gritos de justicia se ven asfixiados.
Existen aquellos que quieren dar vuelta el tablero, otros que buscan sembrar la paz entre razas y magos dispuestos a lo que sea para conservar el poder que por mucho tiempo se les ha negado. La guerra ha llegado a cada uno de los distritos.
¿Qué ficha moverás?
Existen aquellos que quieren dar vuelta el tablero, otros que buscan sembrar la paz entre razas y magos dispuestos a lo que sea para conservar el poder que por mucho tiempo se les ha negado. La guerra ha llegado a cada uno de los distritos.
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Todo estaba cambiando con la llegada del nuevo presidente y aunque algunas modificaciones le parecían excelentes, otras tantas no le causaban mucha alegría.
Sus padres tenían más trabajo que nunca y cansada de la aburrida rutina, cuando la elfina la despertó para ir al colegio, fingió estar algo descompuesta para saltarse las clases de aquel día.
A media mañana, mientras miraba una película recostada en sobre la cama con William estirado sobre su pecho, envuelta en varias mantas, decidió dar un paseo por la playa y gracias a su traslador no tardó en sentir la arena bajo sus botas de invierno.
Al conseguir enfocar la visión, luego de varios parpadeos, sonrió y se encogió dentro del abrigo. No era una buena idea visitar la playa en pleno Diciembre, pero necesitaba hacer algo fuera de lo usual o moriría del aburrimiento. En serio, moriría.
Perdió la noción del tiempo y al llegar a una especie de espacio para ejercitarse, la castaña acomodó la capucha de su túnica sobre sus cabellos, trepó al primer juego y sujetándose las manijas con ambas manos, empezó a mover los pies como si estuviese corriendo en el lugar. Demasiado sencillo.
El segundo era una maquina para levantar peso con los brazos, un poco más difícil, pero no imposible. —Uno....Dos...diez. Listo.— Al tercer movimiento se escapó de la zona para deportistas y siguió caminando en busca de algo divertido ¿Ya no hacían torneos de voley?
Al pasar frente a un bonito restaurante playero, miró hacia adentro sin prestar atención y continuó su paseo avanzando un sólo metro. Sin embargo frunciendo el ceño regresó hacia atrás caminando de espaldas y al asegurarse de que había visto muy bien a la persona en el interior casi desierto, empezó a saltar disimuladamente en el lugar.
No podía ser, no podía tener tanta suerte, era él, era Jerek.
Su cuerpo comenzó a temblar y al conseguir controlar su respiración, ingresó con el celular en la mano. Todo estaba bien, muy bien. —"Sólo le pides una foto y ya...buenas tardes señor, me llamo Lëia y sólo quiero una foto. Admiro mucho su trabajo...Perfecto, vas muy bien"
Desde hace tiempo la niña tendría que haber aprendido que una cosa es el pensar y otra completamente distinta el hacer, porque al quedar frente al amor de su vida, en lugar de pedirle una simple fotografía, gritando se lanzó a sus brazos y lo rodeó en un fuerte abrazo. —¡NO LO PUEDO CREER, EN VERDAD ERES TÚ!— Chilló entre sacudidas. —¡SABÍA QUE ALGÚN DÍA TE VERÍA EN PERSONA!— Al girar la cabeza respiró el delicioso perfume de su actor favorito y sólo entonces notó la extraña manera en que estaba actuando. Que vergüenza.
Soltó el agarre del pobre hombre y sin pedir permiso tomó asiento en la misma mesa, frente a él. —Mi nombre es Lëia y soy tú fan.— Murmuró en voz baja con el rostro sonrojado.
Sus padres tenían más trabajo que nunca y cansada de la aburrida rutina, cuando la elfina la despertó para ir al colegio, fingió estar algo descompuesta para saltarse las clases de aquel día.
A media mañana, mientras miraba una película recostada en sobre la cama con William estirado sobre su pecho, envuelta en varias mantas, decidió dar un paseo por la playa y gracias a su traslador no tardó en sentir la arena bajo sus botas de invierno.
Al conseguir enfocar la visión, luego de varios parpadeos, sonrió y se encogió dentro del abrigo. No era una buena idea visitar la playa en pleno Diciembre, pero necesitaba hacer algo fuera de lo usual o moriría del aburrimiento. En serio, moriría.
Perdió la noción del tiempo y al llegar a una especie de espacio para ejercitarse, la castaña acomodó la capucha de su túnica sobre sus cabellos, trepó al primer juego y sujetándose las manijas con ambas manos, empezó a mover los pies como si estuviese corriendo en el lugar. Demasiado sencillo.
El segundo era una maquina para levantar peso con los brazos, un poco más difícil, pero no imposible. —Uno....Dos...diez. Listo.— Al tercer movimiento se escapó de la zona para deportistas y siguió caminando en busca de algo divertido ¿Ya no hacían torneos de voley?
Al pasar frente a un bonito restaurante playero, miró hacia adentro sin prestar atención y continuó su paseo avanzando un sólo metro. Sin embargo frunciendo el ceño regresó hacia atrás caminando de espaldas y al asegurarse de que había visto muy bien a la persona en el interior casi desierto, empezó a saltar disimuladamente en el lugar.
No podía ser, no podía tener tanta suerte, era él, era Jerek.
Su cuerpo comenzó a temblar y al conseguir controlar su respiración, ingresó con el celular en la mano. Todo estaba bien, muy bien. —"Sólo le pides una foto y ya...buenas tardes señor, me llamo Lëia y sólo quiero una foto. Admiro mucho su trabajo...Perfecto, vas muy bien"
Desde hace tiempo la niña tendría que haber aprendido que una cosa es el pensar y otra completamente distinta el hacer, porque al quedar frente al amor de su vida, en lugar de pedirle una simple fotografía, gritando se lanzó a sus brazos y lo rodeó en un fuerte abrazo. —¡NO LO PUEDO CREER, EN VERDAD ERES TÚ!— Chilló entre sacudidas. —¡SABÍA QUE ALGÚN DÍA TE VERÍA EN PERSONA!— Al girar la cabeza respiró el delicioso perfume de su actor favorito y sólo entonces notó la extraña manera en que estaba actuando. Que vergüenza.
Soltó el agarre del pobre hombre y sin pedir permiso tomó asiento en la misma mesa, frente a él. —Mi nombre es Lëia y soy tú fan.— Murmuró en voz baja con el rostro sonrojado.
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Mi último cumpleaños... Siempre dije que el número 29 sería el último en tachar y luego de eso me sumergiría en una eterna cuenta atrás y adelante que va desde el 25 al 29. Porque aún no tengo cara para hacer papeles de treintañero ni tampoco quería hacerlos ¿Padre? No, gracias. Ahora ya es tarde pero me hubiese gustado quedarme en los papeles de adolescente y adulto joven para siempre, de hijo, siempre me gustó hacer de hijo de alguien. Pero digo que ya es tarde porque hace unos meses he pisado el último set de grabación, lo triste es que lo hice sin saber que sería la última vez.
Los papeles llegaron, por supuesto, pero no me dejé de sentir incómodo en ninguna de las audiciones pues parece que se ha puesto de moda el mostrar en la tele lo mismo que piensa el gobierno. Soy un chico adoptado con una familia biológica que jamás terminó de unirse, así que para mi la sangre no significa nada. Pero ahí estaba, audicionando para papeles para los cuales la sangre lo era todo y que incluso despreciaban a personas como yo. Es actuación, lo sé, pero ese mensaje llegará a millones de personas y yo no quiero ser el portavoz.
¿Pero entonces que puedo hacer si ya no es actuar? Cuando un grito me saca da mis pensamientos me confirma que no puedo quedarme aquí. No importa a dónde vaya soy Jerek Grimm y dentro de unos años seré el "Fracasado rubio con rostro conocido que alguna vez hizo películas". Lo peor es que no podría dar mi versión de la historia ya que eso sería gritar a los cuatro vientos que las políticas del señor presidente son una mierda. No hay publicista que pueda manejar eso.
Pero la chica no tiene la culpa de agarrarme en un mal momento, así que dibujo una sonrisa y la envuelvo tan fuerte como mis brazos me lo permiten pues, aunque para mí sea un día normal, para ella significa mucho más y ¿Quién soy yo para arruinárselo? - Sí, soy yo, Jerek - respondo fingiendo estar más relajado de lo que en realidad estoy. Los encuentros con las fans son delicados, cada palabra que sale de mis labios, vale.
-Es un placer conocerte, Leia - respondo apoyando mis codos sobre la mesa para poder dedicarle la atención que se merece - ¿Vives aquí en el cuatro? Déjame invitarte algo para comer, lo que tu quieras, lo más caro en lo posible - agrego haciendo una seña al mozo para que traiga el menú. Yo creo que tomaré la tercera taza de café.
Los papeles llegaron, por supuesto, pero no me dejé de sentir incómodo en ninguna de las audiciones pues parece que se ha puesto de moda el mostrar en la tele lo mismo que piensa el gobierno. Soy un chico adoptado con una familia biológica que jamás terminó de unirse, así que para mi la sangre no significa nada. Pero ahí estaba, audicionando para papeles para los cuales la sangre lo era todo y que incluso despreciaban a personas como yo. Es actuación, lo sé, pero ese mensaje llegará a millones de personas y yo no quiero ser el portavoz.
¿Pero entonces que puedo hacer si ya no es actuar? Cuando un grito me saca da mis pensamientos me confirma que no puedo quedarme aquí. No importa a dónde vaya soy Jerek Grimm y dentro de unos años seré el "Fracasado rubio con rostro conocido que alguna vez hizo películas". Lo peor es que no podría dar mi versión de la historia ya que eso sería gritar a los cuatro vientos que las políticas del señor presidente son una mierda. No hay publicista que pueda manejar eso.
Pero la chica no tiene la culpa de agarrarme en un mal momento, así que dibujo una sonrisa y la envuelvo tan fuerte como mis brazos me lo permiten pues, aunque para mí sea un día normal, para ella significa mucho más y ¿Quién soy yo para arruinárselo? - Sí, soy yo, Jerek - respondo fingiendo estar más relajado de lo que en realidad estoy. Los encuentros con las fans son delicados, cada palabra que sale de mis labios, vale.
-Es un placer conocerte, Leia - respondo apoyando mis codos sobre la mesa para poder dedicarle la atención que se merece - ¿Vives aquí en el cuatro? Déjame invitarte algo para comer, lo que tu quieras, lo más caro en lo posible - agrego haciendo una seña al mozo para que traiga el menú. Yo creo que tomaré la tercera taza de café.
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No lo podía creer, en verdad había recibido un abrazo y estaba compartiendo la misma mesa con Jerek, su ídolo, su primer amor verdadero y encima la estaba invitando a comer. No podía ser cierto."Respira, Lëia, respira".
Apoyó sus manos sobre los muslos para ocultar los temblores nerviosos debajo del mantel y sin apartar la mirada un sólo segundo, sonrió. Posteriormente, infló el pecho hasta llenarlo de oxigeno y con lentitud lo soltó sin hacer ruido alguno, bueno, un pequeño suspiro producto de la mención de su propio nombre en los labios del actor. "Por favor, vuelve a llamarme, por favor".
Estaba actuando una vez más de forma extraña y tenía que causar la mejor impresión frente a su futuro esposo, por esto mismo irguió la espalda y acomodó un poco sus cabellos castaños enmarcando su rostro.
Muchos le decían que parecía mayor a la edad que en verdad tenía, su altura la ayudaba bastante y era momento de tomar la ventaja de todo esto. —No, vivo en el...Capitolio, pero estoy de vacaciones por aquí.— Mintió un poco y elevó las comisuras de sus labios al tiempo que veía al mesero acercase a la mesa. —Un café estaría bien, muchas gracias. — Pidió.
—¿Te importaría si nos tomamos una foto juntos?—Preguntó mientras sacaba de su bolsillo el celular de último modelo, una compra reciente, gracias a su desafortunada aventura por el norte.
En verdad seguía sin poder creer que tenía al famoso actor sentado frente a ella. —¿Usted qué hace por aquí?— Intentó sonar elegante e interesante a la vez, mas al final terminó arrugando la nariz. Qué rayos estaba haciendo.
Apoyó sus manos sobre los muslos para ocultar los temblores nerviosos debajo del mantel y sin apartar la mirada un sólo segundo, sonrió. Posteriormente, infló el pecho hasta llenarlo de oxigeno y con lentitud lo soltó sin hacer ruido alguno, bueno, un pequeño suspiro producto de la mención de su propio nombre en los labios del actor. "Por favor, vuelve a llamarme, por favor".
Estaba actuando una vez más de forma extraña y tenía que causar la mejor impresión frente a su futuro esposo, por esto mismo irguió la espalda y acomodó un poco sus cabellos castaños enmarcando su rostro.
Muchos le decían que parecía mayor a la edad que en verdad tenía, su altura la ayudaba bastante y era momento de tomar la ventaja de todo esto. —No, vivo en el...Capitolio, pero estoy de vacaciones por aquí.— Mintió un poco y elevó las comisuras de sus labios al tiempo que veía al mesero acercase a la mesa. —Un café estaría bien, muchas gracias. — Pidió.
—¿Te importaría si nos tomamos una foto juntos?—Preguntó mientras sacaba de su bolsillo el celular de último modelo, una compra reciente, gracias a su desafortunada aventura por el norte.
En verdad seguía sin poder creer que tenía al famoso actor sentado frente a ella. —¿Usted qué hace por aquí?— Intentó sonar elegante e interesante a la vez, mas al final terminó arrugando la nariz. Qué rayos estaba haciendo.
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Alzo las cejas y vuelvo a sonreír cuando escucho que vive en el Capitolio. Bueno, quizás a ella le habrían gustado esos proyectos que jamás serán. Probablemente se sienta más identificada con Melbec que con Hiding the magic pero no estoy aquí para analizar qué clase de fan es... En realidad estoy para algo completamente distinto - Yo también comencé a vacacionar aquí hace unos años, luego mi hermano se mudó y ahora tengo una excusa para venir más de seguido - respondo aunque sé que no es real. Con ahora me refiero a las últimas semanas, ya no habrá visitas hasta dentro de un largo tiempo.
Asiento enérgicamente cuando propone una foto y confirma mis teorías al ver el aparto que tiene. Sí, vive en el Capitolio y en la mejor parte de él - Yo la tomo - comento tomando el celular entre mis manos. Lo he aprendido hace mucho, algunos fans logran mantenerse completos, pero otros tiemblan como locos al intentar sacar la foto y luego sienten vergüenza por estar fuera de control... Mejor ahorrarles el momento incómodo y hacerlo yo mismo, total nada me cuesta y así puedo controlar que salga mi mejor ángulo. Saco la foto y se lo devuelvo.
- ¿Cómo que usted? Creí que me estabas tuteando - bromeo con ella y le dedico una sonrisa traviesa - Si eres fan probablemente te sientas decepcionada pero... Me estoy yendo - confieso con una mueca y los ojos clavados en la mesa - Así que no sé por cuánto querrás tener esa foto, ya se vio mi último trabajo - ese ha sido el fin de Melbec y mi trágica muerte en Xoxo Witch.
Asiento enérgicamente cuando propone una foto y confirma mis teorías al ver el aparto que tiene. Sí, vive en el Capitolio y en la mejor parte de él - Yo la tomo - comento tomando el celular entre mis manos. Lo he aprendido hace mucho, algunos fans logran mantenerse completos, pero otros tiemblan como locos al intentar sacar la foto y luego sienten vergüenza por estar fuera de control... Mejor ahorrarles el momento incómodo y hacerlo yo mismo, total nada me cuesta y así puedo controlar que salga mi mejor ángulo. Saco la foto y se lo devuelvo.
- ¿Cómo que usted? Creí que me estabas tuteando - bromeo con ella y le dedico una sonrisa traviesa - Si eres fan probablemente te sientas decepcionada pero... Me estoy yendo - confieso con una mueca y los ojos clavados en la mesa - Así que no sé por cuánto querrás tener esa foto, ya se vio mi último trabajo - ese ha sido el fin de Melbec y mi trágica muerte en Xoxo Witch.
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La historia es interesante, pero teniendo esta nueva información, fingir estar enferma para escapar de clases hacia los brazos de su amado, no es una mala idea. Podía hacerlo todos los días de ser necesario. Si, que si.
"Jerek está sujetando mi teléfono, lo está haciendo." Los ojos de Lëia se abrieron como platos y contuvo la respiración, sin embargo al entender que estaba a punto de tener la mejor fotografía de todos los tiempos, acomodó su cabello, sujetó su barbilla con una de las manos cerradas y posó con una sensual sonrisa hacia la cámara. Iba a utilizarla en su perfil de Wizzardface.
La broma de su futuro esposo le sacó una pequeña carcajada, pero la sonrisa posterior le quitó un imperceptible suspiro enamorado, ¿Por qué tenía que ser tan perfecto?
Perdida en el hermoso paisaje de sus ojos, tardó en entender la confesión y al hacerlo, sintió que su corazón se hundía en la miseria. "NO PODÍA SER" —¿Cómo que último trabajo? ¿Por qué?— Intentó no sonar tan decepcionada, mas falló en el intento. "No, no puedes llorar por esto, Alexandra." —No te vayas...— Agregó al final bajando por primera vez la mirada hacia sus manos temblorosas.
Menos mal que el mesero regresó con el pedido y le ahorró el disculparse ante el vergonzoso momento que había tenido, ella no era nadie para pedirle que se quedara, cuando claramente ya tenía sus planes armados.
Bebió un sorbo de café y todas sus clases de actuación funcionaron, porque pudo fingir que le gustaba la bebida amarga hecha por los mismísimo dementores ¿Cómo es que los adultos tomaban esa cosa asquerosa?
Sonriendo se sirvió dos cucharadas de azúcar y mezcló la infusión, esperando que de ese modo sea más pasable. —Yo...podría hablar con mi padre.— Murmuró a pesar de que odiaba utilizar esa carta en el juego.
"Jerek está sujetando mi teléfono, lo está haciendo." Los ojos de Lëia se abrieron como platos y contuvo la respiración, sin embargo al entender que estaba a punto de tener la mejor fotografía de todos los tiempos, acomodó su cabello, sujetó su barbilla con una de las manos cerradas y posó con una sensual sonrisa hacia la cámara. Iba a utilizarla en su perfil de Wizzardface.
La broma de su futuro esposo le sacó una pequeña carcajada, pero la sonrisa posterior le quitó un imperceptible suspiro enamorado, ¿Por qué tenía que ser tan perfecto?
Perdida en el hermoso paisaje de sus ojos, tardó en entender la confesión y al hacerlo, sintió que su corazón se hundía en la miseria. "NO PODÍA SER" —¿Cómo que último trabajo? ¿Por qué?— Intentó no sonar tan decepcionada, mas falló en el intento. "No, no puedes llorar por esto, Alexandra." —No te vayas...— Agregó al final bajando por primera vez la mirada hacia sus manos temblorosas.
Menos mal que el mesero regresó con el pedido y le ahorró el disculparse ante el vergonzoso momento que había tenido, ella no era nadie para pedirle que se quedara, cuando claramente ya tenía sus planes armados.
Bebió un sorbo de café y todas sus clases de actuación funcionaron, porque pudo fingir que le gustaba la bebida amarga hecha por los mismísimo dementores ¿Cómo es que los adultos tomaban esa cosa asquerosa?
Sonriendo se sirvió dos cucharadas de azúcar y mezcló la infusión, esperando que de ese modo sea más pasable. —Yo...podría hablar con mi padre.— Murmuró a pesar de que odiaba utilizar esa carta en el juego.
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Sonrío de forma triste pues tengo que ser sincero con ésto. Soy conocido por irme de lengua, cuento cosas sobre mí que los demás no piden saber y no pude conseguir turno con mi psicólogo de confianza en éstos días. Probablemente no debería estar tomando una decisión tan grande sin analizarlo primero, pero también soy conocido por ser impulsivo... Y hasta ahora me ha funcionado bien. Compré una casa solo para tener un sitio en dónde hablar con mis hermanos y ahora es el hogar de Chucky y Phoebe ¿Acaso no fue una buena idea?
- Me convertí en actor porque lo disfrutaba, podía ser quien quisiera cuando quisiera - comienzo respirando profundo. El mozo llega con los pedidos y me entretengo batiendo el café mientras sigo procesando mis pensamientos mientras miro hacia el horizonte a través de gran ventanal del restaurante - Quería dejar de ser el niño adoptado que siempre fui pero... Ahora siento que lo estuve ofendiendo todo éste tiempo - porque sí, le di la espalda y me convertí en alguien más. Debería poder ayudar a las personas sin miedo a lo que pase, pero el miedo existe. Por eso me estoy yendo luego de haber donado todo mi dinero al orfanato más destruido del norte, ese en el que crecimos mis hermanos y yo.
Tomo el sorbo de café y está tan delicioso como los dos anteriores. Con tanta cafeína en mi sistema no podré dormir en todo el viaje pero en parte es lo que quiero. Miraré Neopanem todo el tiempo que pueda, así solo sea un punto de luz a lo lejos dentro del gran océano. Y luego miraré hacia el otro lado y buscaré la costa de lo desconocido, un mundo en donde pueda volver a ser Eugene y ayudar donde realmente importa, ser uno más del montón.
- ¿Quién es tu padre? - pregunto con el ceño fruncido pues no sé a qué viene eso ¿No estábamos hablando de mí?
- Me convertí en actor porque lo disfrutaba, podía ser quien quisiera cuando quisiera - comienzo respirando profundo. El mozo llega con los pedidos y me entretengo batiendo el café mientras sigo procesando mis pensamientos mientras miro hacia el horizonte a través de gran ventanal del restaurante - Quería dejar de ser el niño adoptado que siempre fui pero... Ahora siento que lo estuve ofendiendo todo éste tiempo - porque sí, le di la espalda y me convertí en alguien más. Debería poder ayudar a las personas sin miedo a lo que pase, pero el miedo existe. Por eso me estoy yendo luego de haber donado todo mi dinero al orfanato más destruido del norte, ese en el que crecimos mis hermanos y yo.
Tomo el sorbo de café y está tan delicioso como los dos anteriores. Con tanta cafeína en mi sistema no podré dormir en todo el viaje pero en parte es lo que quiero. Miraré Neopanem todo el tiempo que pueda, así solo sea un punto de luz a lo lejos dentro del gran océano. Y luego miraré hacia el otro lado y buscaré la costa de lo desconocido, un mundo en donde pueda volver a ser Eugene y ayudar donde realmente importa, ser uno más del montón.
- ¿Quién es tu padre? - pregunto con el ceño fruncido pues no sé a qué viene eso ¿No estábamos hablando de mí?
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Lëia recuperó su teléfono y por supuesto que aprovechó el momento para acariciar un poquito la mano del futuro padre de sus hijos, para luego guardar el móvil en el bolsillo interno de su abrigo. Lo iba a proteger con su propia vida, no podía perderlo hasta estar segura de que la fotografía con Jerek estaba en la nube y en su perfil.
Abrazando con ambas manos la taza de café, intentó recuperar el calor corporal luego del paseo a través de la playa y al mismo tiempo, mientras escuchaba con atención cada palabra de la conversación, clavó la mirada en el precioso y suave cabello del actor. Era perfecto.
—¿Entonces la razón del viaje es encontrarte de nuevo con ese niño?— Preguntó un poco confundida, aunque por la forma en la cual le estaba contando todo, Lëia comprendió que el pobre hombre necesitaba alguien con quien desahogarse ¡Y lo estaba haciendo con ella! "Seriedad, Alexandra, seriedad".
Respiró profundo y bebió de nuevo un par de sorbos pequeños de la asquerosa infusión negra, ya se sentía toda una adulta y le estaba yendo muy bien en su primera cita de adultos enamorados. Que Jerek le contara de su infancia y familia era un enorme paso ¿no?
La pregunta le hizo levantar la cabeza y al no querer que la vinculara con su reconocido padre, simplemente sonrió y negó con la cabeza. —Es nadie, sólo quería ayudar a que te quedaras...Pero veo que ya has tomado la decisión. — Pffff, toda una adulta con esa respuesta. Diez puntos para Lëia. —¿Entonces te irás y no sabes cuándo volverás? ¿No extrañarás a tus hermanos?— Mordió su labio inferior y se encogió de hombros. —Yo no podría estar tanto tiempo lejos de mi familia.
Abrazando con ambas manos la taza de café, intentó recuperar el calor corporal luego del paseo a través de la playa y al mismo tiempo, mientras escuchaba con atención cada palabra de la conversación, clavó la mirada en el precioso y suave cabello del actor. Era perfecto.
—¿Entonces la razón del viaje es encontrarte de nuevo con ese niño?— Preguntó un poco confundida, aunque por la forma en la cual le estaba contando todo, Lëia comprendió que el pobre hombre necesitaba alguien con quien desahogarse ¡Y lo estaba haciendo con ella! "Seriedad, Alexandra, seriedad".
Respiró profundo y bebió de nuevo un par de sorbos pequeños de la asquerosa infusión negra, ya se sentía toda una adulta y le estaba yendo muy bien en su primera cita de adultos enamorados. Que Jerek le contara de su infancia y familia era un enorme paso ¿no?
La pregunta le hizo levantar la cabeza y al no querer que la vinculara con su reconocido padre, simplemente sonrió y negó con la cabeza. —Es nadie, sólo quería ayudar a que te quedaras...Pero veo que ya has tomado la decisión. — Pffff, toda una adulta con esa respuesta. Diez puntos para Lëia. —¿Entonces te irás y no sabes cuándo volverás? ¿No extrañarás a tus hermanos?— Mordió su labio inferior y se encogió de hombros. —Yo no podría estar tanto tiempo lejos de mi familia.
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Puesto de esa forma suena como una mala película de navidad de plataforma en decadencia. En realidad tampoco es que quiera convertirme en Eugene porque él soñaba con ser Jerek, pero tampoco quiero ser Jerek... Sería más bien una nueva persona que abraza ambas partes y toma lo mejor de dos mundos para transformarse en una nueva persona - Puede ser - le concedo de todas formas cruzándome de brazos, el gustará, pues se inflan como dos balones cuando me pongo en ésta posición - Mi nombre no es Jerek Grimm ¿Sabes? - agrego con una sonrisa ¿Qué más da? Puede ponerlo en Wizzardface ahora mismo y ya no importará pues estaré en medio del Pacífico para ese entonces ¿O es el Atlántico? Da igual, el océano que tenemos aquí al lado - Soy Eugene - me presento tendiéndole la mano.
Frunzo el ceño cuando no dice quién es su padre y decido no preguntar más al respecto. Ya me lo ha dicho, es una joven Capitolense y como toda joven de ese lugar depende del poder de su padre par conseguir lo que quiere... Pero al menos respeta mi decisión en ésto. Eso o resulta que su padre es el ministro de justicia y dentro de 10 minutos llegará el escuadrón de aurores a detener mi partida. Sonrío de lo ridículo que suena.
- Mis hermanos tienen su vida, creo que hace mucho dejaron de vernos como a una familia - respondo mirando el café que ya no volví a beber, creo que dejaré que se enfríe allí - Lo cual no quiere decir que no los extrañaré... Para mi lo son todo pero creo que debo dejar que ellos sigan su camino y yo encontrar el mío. Siempre estarán en mi corazón y yo estaré en el de ellos pero creo que nuestros cuentos no son compatibles - murmuro. Entrelazo mis dedos debajo de la mesa y respiro profundo, no quiero pensar mucho en eso pues es una discusión que tuve conmigo mismo hace ya unos días - También tengo una hermana ¿Sabes? Pero no me animé a hablar con ella... Ni tampoco con la mujer que me dio a luz - lo primero lo descubrí hace poco, cuando por fin creí que estaba listo para hablar con Eloise ¡Sorpresa! No lo estaba.
Frunzo el ceño cuando no dice quién es su padre y decido no preguntar más al respecto. Ya me lo ha dicho, es una joven Capitolense y como toda joven de ese lugar depende del poder de su padre par conseguir lo que quiere... Pero al menos respeta mi decisión en ésto. Eso o resulta que su padre es el ministro de justicia y dentro de 10 minutos llegará el escuadrón de aurores a detener mi partida. Sonrío de lo ridículo que suena.
- Mis hermanos tienen su vida, creo que hace mucho dejaron de vernos como a una familia - respondo mirando el café que ya no volví a beber, creo que dejaré que se enfríe allí - Lo cual no quiere decir que no los extrañaré... Para mi lo son todo pero creo que debo dejar que ellos sigan su camino y yo encontrar el mío. Siempre estarán en mi corazón y yo estaré en el de ellos pero creo que nuestros cuentos no son compatibles - murmuro. Entrelazo mis dedos debajo de la mesa y respiro profundo, no quiero pensar mucho en eso pues es una discusión que tuve conmigo mismo hace ya unos días - También tengo una hermana ¿Sabes? Pero no me animé a hablar con ella... Ni tampoco con la mujer que me dio a luz - lo primero lo descubrí hace poco, cuando por fin creí que estaba listo para hablar con Eloise ¡Sorpresa! No lo estaba.
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Se dio por vencida ante el horrible sabor del café y como él tampoco estaba bebiendo, supuso que tan mal no quedaría si dejaba la taza casi entera sobre la mesa.
La nueva revelación la dejó aún más sorprendida, tantos secretos tenía este hombre y se los estaba contando justo antes de partir. Que trágico y romántico a la vez.
Las comisuras de sus labios se elevaron al estrechar la mano de su futuro esposo. —Encantada de conocerte, Eugene. Estoy segura de que tendrás un emocionante viaje, lleno de aventuras y si algún día regresas para visitar a tus hermanos, podrás echarles en cara todo lo que has hecho.— Murmuró intentando darle un poco de ánimos.
Las siguientes palabras de Eugene golpearon el corazón de Lëia, lo entendía y comprendía más de lo que quería. Violet tenía su propia vida, Ethan también, pero aún así no podría estar lejos de sus hermanos. Incluso Tyler ocupó en poco tiempo un enorme espacio dentro de su alma.
Bajó la mirada hasta el café y se entretuvo un buen rato moviendo la cuchara en círculos pequeños, para no golpear la taza con el cubierto. —Eso lo dices ahora, pero cuando sea muy tarde, te darás cuenta de lo equivocado que estabas.— No quería hacer enfadar a su futuro esposo por peleas familiares, sólo le estaba contando su punto de vista frente a la situación. —Yo jamás alcancé a decirle a mi tía que la quería...He perdido a muchos familiares, no dejes que te pase lo mismo.— Presionó sus labios algo dudosa.
Ante la mención de su madre y una hermana que no conocía, Lëia comenzó a dudar, ¿en verdad estaba hablando de él o acerca de una nueva película que lanzarían mientras estaba de viaje? No preguntó y simplemente estiró el brazo para darle un par de golpecitos sobre la mano. —Todo a su tiempo, cuando estés listo y seguro, puedes volver para hablar con ambas...¿No te da curiosidad el saber acerca de sus vidas?
La nueva revelación la dejó aún más sorprendida, tantos secretos tenía este hombre y se los estaba contando justo antes de partir. Que trágico y romántico a la vez.
Las comisuras de sus labios se elevaron al estrechar la mano de su futuro esposo. —Encantada de conocerte, Eugene. Estoy segura de que tendrás un emocionante viaje, lleno de aventuras y si algún día regresas para visitar a tus hermanos, podrás echarles en cara todo lo que has hecho.— Murmuró intentando darle un poco de ánimos.
Las siguientes palabras de Eugene golpearon el corazón de Lëia, lo entendía y comprendía más de lo que quería. Violet tenía su propia vida, Ethan también, pero aún así no podría estar lejos de sus hermanos. Incluso Tyler ocupó en poco tiempo un enorme espacio dentro de su alma.
Bajó la mirada hasta el café y se entretuvo un buen rato moviendo la cuchara en círculos pequeños, para no golpear la taza con el cubierto. —Eso lo dices ahora, pero cuando sea muy tarde, te darás cuenta de lo equivocado que estabas.— No quería hacer enfadar a su futuro esposo por peleas familiares, sólo le estaba contando su punto de vista frente a la situación. —Yo jamás alcancé a decirle a mi tía que la quería...He perdido a muchos familiares, no dejes que te pase lo mismo.— Presionó sus labios algo dudosa.
Ante la mención de su madre y una hermana que no conocía, Lëia comenzó a dudar, ¿en verdad estaba hablando de él o acerca de una nueva película que lanzarían mientras estaba de viaje? No preguntó y simplemente estiró el brazo para darle un par de golpecitos sobre la mano. —Todo a su tiempo, cuando estés listo y seguro, puedes volver para hablar con ambas...¿No te da curiosidad el saber acerca de sus vidas?
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Largo una carcajada pues no podría echar en cara absolutamente nada a mis hermanos mayores ¡Son fantásticos! Los admiro a los dos y para poder estar conforme conmigo mismo tendría que pasar años dando vueltas por Europa con una mochila al hombro y un pañuelo blanco en la cabeza repartiendo paz... Eso no va a pasar. Probablemente solo encuentre una bonita playa y me quede a vivir allí con unos completos desconocidos. Claro que trabajaré para fortalecer la comunidad pero paso a paso, después de todo soy una estrella de cine que va a pasar a la vida mundana, sería ingenuo pensar que no me costará.
- O ellos podrían visitarme a mí... Neopanem está que apesta últimamente - sí, también puede publicar eso en Wizzardface pues ¿Quién me va a hacer pagar por mis palabras? Los dementores no me seguirán en aguas internacionales... Aunque ya no hay naciones que se dividan el territorio, en realidad - Pueden seguirme cuando se cansen del nuevo presidente... No hay bronca personal pero no puedo vivir bajo su mandato, simplemente no - aclaro encogiéndome de hombros. Aún somos lo suficientemente libres como para retirarnos del campo de batalla sin ser asesinados como desertores. O eso creo. Estamos en guerra pero no soy un soldado.
Siento la palmada en la mano y alzo una ceja pues se ve bastante pequeña como para estar dándome consejos de vida - Mi mamá me abandonó cuando era un bebé, aún no podía mantener la cabeza erguida cuando lo hizo - respondo intentando que no se note el enojo en mis palabras - De no ser por mis hermanos quién sabe qué me habría pasado... Y luego fue y tuvo a otra hija, con ella sí se quedó - continúo apretando los dientes - ¿Crees que quiero pasar las pascuas con ellas? No. Si voy ahora sería para gritarles en la cara y solo quiero irme en paz...
- O ellos podrían visitarme a mí... Neopanem está que apesta últimamente - sí, también puede publicar eso en Wizzardface pues ¿Quién me va a hacer pagar por mis palabras? Los dementores no me seguirán en aguas internacionales... Aunque ya no hay naciones que se dividan el territorio, en realidad - Pueden seguirme cuando se cansen del nuevo presidente... No hay bronca personal pero no puedo vivir bajo su mandato, simplemente no - aclaro encogiéndome de hombros. Aún somos lo suficientemente libres como para retirarnos del campo de batalla sin ser asesinados como desertores. O eso creo. Estamos en guerra pero no soy un soldado.
Siento la palmada en la mano y alzo una ceja pues se ve bastante pequeña como para estar dándome consejos de vida - Mi mamá me abandonó cuando era un bebé, aún no podía mantener la cabeza erguida cuando lo hizo - respondo intentando que no se note el enojo en mis palabras - De no ser por mis hermanos quién sabe qué me habría pasado... Y luego fue y tuvo a otra hija, con ella sí se quedó - continúo apretando los dientes - ¿Crees que quiero pasar las pascuas con ellas? No. Si voy ahora sería para gritarles en la cara y solo quiero irme en paz...
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Las palabras de su futuro esposo suenan conocidas y al mismo tiempo le sorprenden, pues es la primera vez que escucha tales declaraciones en voz alta y no en el interior de su cabeza.
El gobierno de Magnar no le parecía tan malo, si podía quejarse de los dementores libres, del toque de queda y otras medidas tomadas en muy poco tiempo, sin embargo el nuevo presidente no estaba haciendo todo tan mal. —¿No te parece bueno que por fin las criaturas tengan documento y un trabajo digno? Sé que el país no está en su mejor momento, pero...— Entrelazó sus manos con algo de nerviosismo, jamás había expresado su opinión personal a un adulto y sólo entonces se dio cuenta de que no sabía cómo finalizar esa oración. No estaba preparada para debatir, tenía que formar sus pensamientos con más lectura. —Olvídalo, lo mejor que puedes hacer es irte lejos de esta estúpida guerra.
—Suspiró.
Lëia estiró la mano para darle un par de palmaditas de apoyo, mas no tardó en regresar sus brazos al refugio debajo del mantel.
Toda su historia de vida le parecía fascinante y triste a la vez, no sabía cómo responder o qué decir luego de aquella explicación, por lo tanto durante un par de minutos, sólo mantuvo la mirada pérdida en las olas que rompían contra las rocas de la orilla. —¿No te gustaría hablar con tú madre y pedirle una explicación? No es bueno guardar rencor durante tantos años y quién sabe, tal vez en ese momento no tuvo otra opción...— Mordió el interior de su mejilla algo nerviosa, se sentía estúpida por no saber cómo animar al amor de su vida cuando más la necesitaba. —Esta bien, es tú decisión iniciar un nuevo viaje dejando las cosas sin concluir por aquí.— Lentamente acomodó su cabello detrás de las orejas, mas al recordar que eran enormes y horribles, usó la metamorfomagia para modificarlas un poco. Uff eso estuvo cerca.
El gobierno de Magnar no le parecía tan malo, si podía quejarse de los dementores libres, del toque de queda y otras medidas tomadas en muy poco tiempo, sin embargo el nuevo presidente no estaba haciendo todo tan mal. —¿No te parece bueno que por fin las criaturas tengan documento y un trabajo digno? Sé que el país no está en su mejor momento, pero...— Entrelazó sus manos con algo de nerviosismo, jamás había expresado su opinión personal a un adulto y sólo entonces se dio cuenta de que no sabía cómo finalizar esa oración. No estaba preparada para debatir, tenía que formar sus pensamientos con más lectura. —Olvídalo, lo mejor que puedes hacer es irte lejos de esta estúpida guerra.
—Suspiró.
Lëia estiró la mano para darle un par de palmaditas de apoyo, mas no tardó en regresar sus brazos al refugio debajo del mantel.
Toda su historia de vida le parecía fascinante y triste a la vez, no sabía cómo responder o qué decir luego de aquella explicación, por lo tanto durante un par de minutos, sólo mantuvo la mirada pérdida en las olas que rompían contra las rocas de la orilla. —¿No te gustaría hablar con tú madre y pedirle una explicación? No es bueno guardar rencor durante tantos años y quién sabe, tal vez en ese momento no tuvo otra opción...— Mordió el interior de su mejilla algo nerviosa, se sentía estúpida por no saber cómo animar al amor de su vida cuando más la necesitaba. —Esta bien, es tú decisión iniciar un nuevo viaje dejando las cosas sin concluir por aquí.— Lentamente acomodó su cabello detrás de las orejas, mas al recordar que eran enormes y horribles, usó la metamorfomagia para modificarlas un poco. Uff eso estuvo cerca.
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Pongo los ojos en blanco pues es la idea de una niña joven. Por supuesto que el gobierno remarca las cosas que son buenas para tapar todo lo malo, crecí en la televisión así que sé cómo se manejan los medios. La imagen que venden de mí no es mi yo real y soy consciente de eso porque me encargué de comportarme en cada entrevista, de cuidar cada palabra para hacer todo lo posible para que los fans me quieran... Y lo logré. Pero eso se acabó, por eso digo lo que digo y me voy al demonio de éste país - Claro, pero la esclavitud sigue y eso no se justifica con nada - respondo encogiéndome de hombros.
Sonrío y niego con la cabeza. Eloise nunca formó parte de mi vida, no la recuerdo así que hablar con ella sería iniciar una historia desagradable, no ponerle fin. Y lo mismo con Ariadna. Tengo una familia y esos son mis hermanos, aunque ahora cada uno tenga su vida y lamentablemente yo no pueda formar parte de ella como me gustaría... Es lo que nos toca y por eso y muchas otras razones decido decir adiós, que de hecho ya es hora.
Así que llamo al mozo y pido la cuenta, dejo casi el triple de dinero sobre la mesa y me levanto rumbo a la playa en dónde me espera el yate que me guiará a mi nueva vida. Tengo provisiones suficientes como para sobrevivir, no solo comida, sino que los lujos que podría necesitar en la desconocida Europa - Ha sido un placer, Leia, pero creo que es hora de despedirme de mis hermanos - digo dedicándole una última sonrisa. El sol se está poniendo.
Sonrío y niego con la cabeza. Eloise nunca formó parte de mi vida, no la recuerdo así que hablar con ella sería iniciar una historia desagradable, no ponerle fin. Y lo mismo con Ariadna. Tengo una familia y esos son mis hermanos, aunque ahora cada uno tenga su vida y lamentablemente yo no pueda formar parte de ella como me gustaría... Es lo que nos toca y por eso y muchas otras razones decido decir adiós, que de hecho ya es hora.
Así que llamo al mozo y pido la cuenta, dejo casi el triple de dinero sobre la mesa y me levanto rumbo a la playa en dónde me espera el yate que me guiará a mi nueva vida. Tengo provisiones suficientes como para sobrevivir, no solo comida, sino que los lujos que podría necesitar en la desconocida Europa - Ha sido un placer, Leia, pero creo que es hora de despedirme de mis hermanos - digo dedicándole una última sonrisa. El sol se está poniendo.
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