Octubre, 68

La idea de reunir un poco de dinero con la cacería de los más buscados no llamó mi atención de inmediato, en realidad no lo hizo en absoluto pero caí en la cuenta de que si no atrapan a los malditos no hay forma de que lleguen a juicio y así poder hacer mi trabajo. En realidad nunca estuvo en los planes atraparlos con mis propias manos pero sí facilitar el trabajo a los aurores para que puedan llegar con sus bien trabajadas abdominales y equipo de caza a atraparlos en medio de la noche con un buen operativo que yo vería desde la comodidad del Wizengamot por una pantalla. Comenzó como una fantasía pero estoy seguro de que esta noche se hará realidad, es imposible de que no se haga con los datos que tengo para ofrecerles.

Pasé varios días de encubierto como una viejita renga en el distrito 5. Analicé movimientos, comparé planos del pasado con el terreno actual. Incluso ocupé un departamento vacío y tras protegerlo con un fidelio me permití armar un tablero con los datos reunidos para así unir todos los cabos. Incluso pude escuchar una transmisión de la red neopanem por primera vez y eso me ayudó bastante para finalmente localizar su escondite ¡Es fantástico! Si no me gano ir al Valhalla después de muerto no sé que tengo que hacer, y ese es el único cielo al que estoy tentado en ir.

En el último día de la semana consigo la ubicación de la casa de la red. Sé que están ahí pese a que el edificio está cubierto y estoy seguro de que el equipo de Aminoff logrará entrar pese a las barreras mágicas ¡Somos el equipo ganador! De seguro hay una pieza de tecnología que nos favorecerá. Así que aún sin cambiar mi ropa de encubierto voy hacia la base de seguridad con un puñado de fotografías, los planos y sobre todo mi hermoso relato.

Me abro paso entre los aurores hasta que consigo dar con el nuevo jefe a quien saludo con una radiante sonrisa e reverencia, pero de agradecimiento, no de respeto, como la que hacen los actores cuando terminan la obra de teatro - Desearías tenerme en el cuerpo de aurores, lo sé, pero mi amor son las leyes y esto solo lo hago cuando estoy aburrido - o cuando el caso es grande, como este caso - Tengo para ti la localización de la llamada Red Neopanem.

Esto es terriblemente aburrido. Me tuvieron encerrado en una sala de interrogatorio con un sujeto que alguien confundió con Paul Jefferson y que, con solo darle un vistazo, supe de inmediato que no se trataba de él. Pero el sujeto estaba tan nervioso que parecía querer acusar a cualquier otra persona de los delitos que él no cometió y, para cuando terminó la sesión, pudimos apresarlo por al menos cinco cargos menores que él mismo soltó casi sin darse cuenta en un intento de lavarse las manos. No, definitivamente no se trataba de una persona muy brillante y estoy seguro de que si nosotros no lo atrapábamos, iba a acabar por ahogarse en su propia saliva. Ninguna persona de la lista de los más buscados debería ser tan idiota como éste; si ese fuese el caso, esta guerra estaría ganada en un abrir y cerrar de ojos.

Creo que la jornada se vuelve un poco más interesante cuando una voz demasiado confiada hace que desvíe mis ojos de las pantallas de seguridad que uno de mis colegas está pasando, enseñándome algunas calles del norte que conozco demasiado bien como para dejarlas pasar. Me giro, aún manteniendo la postura de los brazos cruzados y el pique de mis nudillos en el mentón, fijándome en el rostro de quien reconozco como Viktor Carstairs, uno de los sujetos que ha aceptado la quema de los criminales en el juicio por el atentado de septiembre. Aún no me olvido de sus lentes, puedo decir que me agrada su método, en especial cuando me dice con toda la confianza del mundo que ha dado con uno de los sitios que ni yo he logrado tocar. Las cejas se me disparan, lo miro de arriba a abajo y un chasquido basta para que los aurores presentes se giren hacia nosotros y abandonen la habitación sin necesidad de ninguna aclaración.

En cuanto la puerta corrediza se cierra, mis ojos se centran una vez más en las pantallas con suma calma — ¿Y cómo es que un abogado como tú ha podido moverse mejor que los aurores especializados? — no es por menospreciar su esfuerzo, es simple curiosidad y cierta desconfianza — Ya he oído muchas estupideces en estas semanas y espero que no me hagas perder el tiempo. ¿Carstairs, no? — pregunto, apenas ladeando la cabeza en su dirección — Y bien… ¿Qué tienes para mí?

Intento mantener los ojos fijos en el nuevo jefe de aurores pero inevitablemente se desvían de vez en cuando a las pantallas que él mismo está observando. Bonito trabajo, sentarse con un balde de palomitas a ver la televisión todo el día... Para colmo el norte es tan salvaje que de seguro tiene escenas de acción de vez en cuando, quizás tráfico de objetos o venta de droga. Bueno, para ésto último no hace falta ir al norte pero igual - Sé que por los pasillos se dice que soy extravagante, pero tampoco para andar con ropa de vieja por la vida - respondo rodando los ojos y lo observo con cuidado para aprovechar el desvío de su mirada para copiar sus rasgos lo mejor que puedo, sin un espejo estoy seguro de que no haré un trabajo perfecto pero dentro de todo es sencillo, no somos tan distintos, solo tengo que hacer que mi piel parezca el trasero de un bebé, un poco de pómulos, ojos más pequeños y una barbita ridícula - ¡Porque soy brillante! Estaba encubierto, Aminoff, deberías conocer a tus mejores armas - intento imitar su voz para que vea su rostro en mí.

Al escuchar la siguiente pregunta vuelvo a la normalidad y tomo una de las sillas giratorias para sentarme junto a él. Mientras observo las pantallas levanto los pies sobre el tablero, con cuidado de no presionar nada, y respiro profundo antes de comenzar a explicar - Examiné los mapas del distrito 5 de hace algunos años y hay algo diferente con respecto a ahora - estoy emocionado, tanto que mi posición relajada dura solo unos segundos y pronto me siento derecho para toquetear los botones hasta encontrar la cámara desactivada que da a la esquina del edificio - Que casualidad - comento mirándolo de reojo con una sonrisa.

- Se supone que en esa esquina hay un edificio invisible, claro que está protegido con un Fidelio - continúo la explicación volviendo a elevar los pies - No hay mucho movimiento alrededor pero en el 5 la señal del programa de la Red suena fuerte, de hecho abarca más de un dial así que definitivamente están allí - agrego con las cejas en alto, mierda que hice un trabajo fantástico - Me gustan las novelas de espías, tus chicos deberían leer algunas - recomiendo a modo de broma entre risas.

Que se autodenomine como “brillante” me hace pensar que no lo es, he aprendido que los confiados a veces son ciegos a sus propios errores y las personas más talentosas son aquellas que no se jactan de ello — No trabajas para mí, no tendría por qué haberte considerado mi arma — le recuerdo con toda la educación que soy capaz al señalar algo tan básico como eso. No cuento con las personas que no pertenecen a mi departamento, esos llegan a mí en casos especiales, como parece ser el suyo.

Me acomodo en la silla y coloco los brazos sobre los costados, descansando un poco la postura al girar el asiento con intenciones de verlo de frente. No fingiré que lo que me dice no me causa curiosidad porque sería una vil mentira y sé muy bien que el orgullo ha jodido a muchos de mis predecesores, así que opto por escuchar lo que tenga para decirme y ruego, de verdad, que se trate de algo útil. Mi mirada se pasea de él hasta las pantallas una vez más, recargo el codo en el apoyabrazos y eso me sirve para darme golpecitos sobre los labios con los dedos, alzando mis cejas en señal de completa atención. Era obvio que los rebeldes se esconden detrás de hechizos tal y como ha hecho el distrito catorce en su momento, pero no pensé que un juez del Wizengamot tuviese más pistas que algunos de mis aurores.

— Sin intenciones de desestimar tus esfuerzos… — aclaro, bajando la mano para dejarla caer por el borde de la silla y sin despegar los ojos de las pantallas — no eres el primero que ha tratado de seguir los pasos de la Red. Incluso los ministros Weynart y Powell tuvieron charlas conmigo al respecto cuando se trató de incursionar en el norte y varios de mis agentes me presentaron informes sobre señales de radio que jamás pudimos rastrear. Verás, parece que tienen a alguien con bastante maña encargado de esos detallitos fastidiosos. Sin embargo… — chasqueo tanto la lengua como mis dedos y señalo las imágenes del cinco que él mismo ha colocado — Jamás me dijeron nada de esta esquina. ¿Hay movimiento o a simple vista se ve como algo normal? — no me sorprendería que se mantuvieran encerrados, pero nadie puede vivir por siempre atrincherándose. En algún momento, tarde o temprano, te ves obligado a salir.

Entrecierro los ojos pues me gustaría que además de mis habilidades en la cama se comente en los pasillos que también puedo hacer ésta clase de trabajo ¡No soy un trozo de carne! Soy una persona con pocos sentimientos y talento... Eso debería reconocerse - Somos un equipo, uno para todos y todos para uno - respondo dándole con el dorso de la mano en el pecho aunque algo me dice que no se lo tomará bien, que va, no le tengo miedo... aún - Es broma, no trabajo para ti pero puedes contar conmigo para ésta clase de cosas si lo necesitas, me divierte - agrego encogiéndome de hombros. "No debería divertirte, Viktor, hay vidas en juego" puedo escuchar en mi mente, no estoy leyéndolo pero estoy seguro de que justo esas palabras están pasando por su mente ahora.

No me gusta como arranca su devolución así que ruedo los ojos y empujo la silla para dar una vuelta para ampliar el gesto lo máximo posible, mala idea pues termino algo mareado. En realidad me sorprendería que dijera que su departamento no ha estado en el caso pues a eso se dedican y quiero creer que lo que pago de impuestos no está siendo destinado a una manga de inútiles - Nadie desconfía de una viejita, por eso pude conseguir el dial... La información me la dio un tal Vincent Cooper, quizás quieran ir por él o dejarlo por ahí como futuro informante idiota, tu decisión - otorgo el nombre como dato. En realidad no es alguien con muchas luces así que dudo que sepa algo más aparte de cómo escuchar la radio.

- No hay nada de movimiento aunque estuve paseando por los alrededores y me encontré con el poste más cercano a esa esquina libre de los carteles de se busca, no creo que sea coincidencia - estaba a solo unos pocos metros y de estar en su lugar yo también querría la foto para el recuerdo, quizás ponerla en un marco como recuerdo de mi tiempo como enemigo del gobierno - Son muchos últimamente, el número de robos sospechosos ha aumentado en los comercios del lugar, así como las compras anónimas - continúo cambiando las cámaras hasta encontrar el lugar que quiero - Quizás puedas analizar esa, estoy seguro de que ahí consiguen el pan.

Mis ojos se giran hacia él y buscan analizar lo que tiene puesto, lo que me lleva a crear una imagen un poco desagradable en mi cabeza — Dime que no has ido por ahí vestido de viejita… — por ridículo que suene en voz alta, me digo que hasta podría tener sentido y me pregunto cuántos de mis aurores se animarían a ello. Muchos de ellos son demasiado clásicos y algunos han incluso demostrado que tienen miedo a lo que pueda pasarles ahora que la guerra está abierta y presente. He oído los cuchilleos, no soy idiota. Uno aprende demasiado en los pasillos y ni hablemos de la cafetería, donde hacerte el amigo siempre te da ventaja. Estamos hablando de aurores sin valor, lo suficientemente ridículos como para que un juez del Wizengamot demuestre más agallas que ellos. ¿Cuántos puedo contar que valgan la pena? Sé que no superan los dedos de la mano y ni hace falta aclarar que Jakobe Solberg no es uno de ellos. Ya podré saldar cuentas con él, pero aún es muy pronto.

Me pongo de pie y apoyo mis manos en el control de mando, haciendo uso de mi torso para poder ver mejor las pantallas que el juez se encuentra luciendo — Estamos en guerra. Los robos y las compras anónimas no son señal de nada, salvo de que la gente se encuentra más desesperada. Espera a que aumenten los impuestos para poder sostener los operativos, tendrás de estos casos duplicados — le recuerdo. Incluso las modificaciones en el ministerio por medio de magia han demostrado que no van a tomarse nada de esto a la ligera; cuanto más imponente, mejor — El norte siempre ha tenido una política de vida muy diferente a la que ves en el Capitolio. Les gusta el anonimato, la mayoría podría graduarse como sombra profesional. Estamos trabajando contra un montón de expertos en este juego, a pesar de sus propias fallas. Nos guste o no, estos tipos lograron explotar el ministerio — sí, pueden haberse equivocado en otras cosas, pero los han burlado a todos. Jamás voy a subestimar a un enemigo.

Siempre me he jactado de tener una buena memoria, lo suficiente como para chequear el número de la calle que me señala y no tener la necesidad de anotarlo — Ese no es terreno de aurores sino de delincuentes, así que a ellos les daré el trabajo — digo simplemente, volviendo a enderezar mi espalda — ¿Puedes preparar un informe detallado antes de esta noche? Si nos apresuramos, puedo enviar un operativo encubierto mañana por la mañana. Con un poco de suerte, esta pesadilla habrá acabado y tú podrías merecer un aumento. Sé que quizá el Wizengamot es lo máximo que un juez puede anhelar, pero no veo por qué no te considerarían para ministro si esto te sale bien — si una guerra no se gana, los altos cargos siempre son reemplazados. Mejor muertos o desempleados que inútiles, eso digo yo.

Me encojo de hombros con una sonrisa pues de viejita no es de lo peor que me he disfrazado a lo largo de mi vida, sé que es un camino largo y que requiere mucho esfuerzo pero es más divertido para mí hacerlo de esa forma... Y saludable. Bien podría caminar por el norte y dejar que la información entre a mi cerebro sin siquiera esforzarme, pero es demasiado para cualquier persona y no estoy tan comprometido con la causa como para abrir mi mente de esa manera, no otra vez, el camino largo será.

- Estamos en guerra desde que lo han anunciado, la demanda alrededor de la esquina ha aumentado antes de eso - respondo inclinando mi cabeza con una sonrisa - No digo que no son maestros del disfraz, por algo no han dado con la gente adecuada en todo este tiempo - agrego acomodando la silla para poder cruzarme de piernas, me duelen, creo que luego de esta conversación pasaré unos cuántos minutos en mi ducha musical y luego dormiré la siesta más larga de mi vida.

Pero el plan se me viene abajo con lo siguiente que dice ¡Es que no he hecho ya suficiente! ¿Cómo que un informe detallado? Me muerdo la lengua y lo observo con mi sonrisa más bonita, tragándome todas las maldiciones - El informe estará listo en unas horas junto con un pedido oficial de aumento de sueldo - respondo con respecto a lo primero y no sé como reaccionar a su siguiente propuesta. No quiero tener todo el trabajo que ser ministro trae consigo, mejor que los puestos sigan siendo ocupados por treintañeros de rostro bonito y abdominales aún marcadas - Se llevaron a dos ministros y de no ser porque los aurores actuaron la familia real habría muerto en el atentado - comienzo a explicar con los ojos abiertos como platos - Es un mal momento para estar en un cargo de poder, no se tú pero yo quiero vivir hasta los 175 años... Ni uno más, ni uno menos.

— No espero menos, Carstairs — si se ha tomado la molestia de hacer este trabajo, no voy a pretender que su rendimiento baje cuando tiene la posibilidad de demostrar si sus teorías son erróneas o no. Vamos, nadie hace esto porque está aburrido, siempre hay cierta añoranza por alguna recompensa, por pequeña que sea. Las personas que caminan por los pasillos del ministerio viven por el reconocimiento, suben escalones sociales con promesas de dinero y reputación y jamás me ha resultado mal la idea de darle lo que se merecen a aquellos que se lo ganan. Lo miro impasible, paso mis ojos por sus facciones agudas y tengo que admitir que tiene un punto, algo cobarde pero a su vez sensato — Cada quien cuida su culo lo mejor que puede, ¿no es así? — doy por simple respuesta, hasta le otorgo una sonrisa — Pero 175 años dejando que gente cada vez más joven te dé órdenes suena un poco aburrido y hasta menospreciante.

Hago un movimiento con mis manos para que las suyas no estén cerca del tablero y aprieto los botones necesarios para mandar a imprimir las fotografías de las cámaras de seguridad. El sonido no tarda en chirriar en la habitación, pero a estas alturas he aprendido a ignorarlo, si consideramos la de veces que lo oigo sonar al día — Pasaré el pedido de aumento a tu departamento en el momento en el cual esto demuestre que no me estás haciendo perder el tiempo. Por tu bien, espero que así sea. No tienes idea de la colección de falsas alarmas que se han apilado estos días en mi oficina — un juez con aires de grandeza puede solucionar mis problemas o aumentarlos, habrá que ver cómo sale este pequeño riesgo — Solo una cosa más: hazme el favor de que esta sea la última vez que haces algo de esta índole sin mi permiso. ¿O al Wizengamot le gustaría que me siente en uno de sus bancos y haga el trabajo por ustedes, señalando los puntos donde fallan? Sin ofender — mis comisuras se elevan un segundo en su dirección y vuelven a bajar — Las cosas en su lugar, nos puede ahorrar un montón de confusiones en el futuro. ¿Capisce?

Estoy seguro de que mi nombre no pasará a los libros por ser un simple juez del Wizengamot, pero teniendo en cuenta que cada gobierno quema todo lo del pasado a su gusto ¿En verdad vale la pena esforzarse? Estoy seguro de que hace 50 años hubo un héroe nacional simpático y guapo que hizo algo maravilloso del cual no sabemos nada, pobre tipo... Debe estar pudriéndose en alguna fosa común o viviendo sus últimos años contando hazañas que nadie cree - Tengo que cuidarlo, es rompe corazones - respondo levantándome de un salto para que pueda dar un vistazo por sí mismo - En realidad no sé qué le ven... ¿Tú que crees? - pregunto dándole la espalda con una mueca - Y tengo el ego lo suficientemente alto como para que no me duela lo que mi jefe adolescente diga sobre mí - guiño un ojo pues, aparte de eso, ni loco trabajo hasta los 175 ¿Cuándo nos jubilamos los magos? Creo que con que trabaje hasta los 100 ya tendré aportes suficientes para vivir mis últimos 75 años abusando de la metamorfomagia para que crean que soy más joven y así vivir la buena vida.

Hago una mueca cuando el sonido de la impresora invade el lugar lo cuál dificulta que escuche con claridad lo que el otro tiene para decir, así que solo asiento con el ceño fruncido con todo lo primero y recién soy capaz de captar el significado de la segunda parte - Fue un trabajo independiente, no creí necesitar permiso para pasear por el norte - respondo encogiéndome de hombros - Y eres más que bienvenido a sentarte en las bancas del Wizengamot... Luego de estudiar leyes, ejercer algunos años como abogado para curtirte en el terreno y tener un período de prueba como aprendiz - bromeo pues no puede comparar. Los jueces trabajamos con la mente, necesitamos conocimientos previos para hacer nuestro trabajo, los aurores solo necesitan buen estado físico y un buen instinto para ser considerados medianamente buenos en su trabajo - Pero de acuerdo, te enviaré un texto la próxima vez que esté aburrido... Lo cuál probablemente sea a los diez minutos de empezar a hacer el informe - agrego tomando las cosas que he traído conmigo para salir de la habitación rumbo a mi despacho en el ministerio.