Octubre

Las noticias no mienten, hay un montón de personas peligrosas dando vueltas por el norte y es el último sitio en el que una persona como yo debería andar... Aunque quizás no, ya que dudo que tengan televisión para ver mis películas y seguir mis series. Menos mal ya que vi un par de niñas allí y no me gustaría para nada tener que romper sus sueños por salir corriendo de ellas como quien ve a un ejército de arañas y serpientes uniéndose para terminar con la humanidad. El punto es que no me queda más remedio ya que no he podido contactar con Chuck y me está preocupando un poco, el 5 no es su hogar pero es el más próximo al Capitolio y siendo honesto, no me dan los huevos para adentrarme más allá en el norte.

Tomé precauciones. Me puse unos pantalones negros, botas del mismo color a las que manché cuidadosamente con barro y arriba tengo una capa que me cubre la mayor parte del cuerpo, incluida la capucha que oculta mi inconfundible cabellera rubia. Nadie podría decir que yo soy Jerek Grimm en persona paseando por el norte, además camino como si tuviera una cojera así que no hay forma de que levante sospechas.

Cada cartel que veo en los postes me pone la piel de gallina, pero me las ingenio para llegar al bar más grande que logro encontrar y hacer preguntas allí. Nadie ha visto a Chuck por aquí pero un tipo dice conocerlo y que lo ha visto en el 11 esta misma mañana así que eso me deja un poco más tranquilo. Es todo lo que necesitaba saber así que salgo del lugar lo más rápido que puedo y corro hacia la estación de tren a la máxima velocidad que mi falsa cojera me lo permite.

Desgraciadamente la capucha interrumpe mi visión así que termino chocando con una chica que no solo conozco de los carteles, sino que he visto pelear en el atentado de las festividades de Nimue - ¡Oh por dios! ¡Eres Amber Pearson! - exclamo en lo que intenta ser un grito pero mi voz suena apagada, poco más fuerte que un susurro. Casi de inmediato se me escapa una risa pues caigo en la cuenta de que mis interacciones con la gente suelen comenzar al revés, ellos reconociéndome a mí.

No suelo salir del antiguo apartamento de Arya prácticamente nunca, pero a veces no me queda más remedio que hacerlo. Y si tenemos en cuenta que de los cuatro soy la única que puede hacer magia, suelo pedir que me dejen ir a mi ir en busca de provisiones o a por lo que sea. Para cuando hay que hacer algo más del estilo de patrullar la zona, por suerte puedo apañarme con mis formas de animal y así no corro ningún riesgo. Sin embargo, hoy es uno de esos días en los que no me queda más remedio que ir a patita... y con forma humana, desgraciadamente. No es que nos sobre la comida, y teniendo en cuenta que cada vez empieza a refrescar más por culpa de la llegada del otoño, prefiero empezar a acumular todo lo que vayamos a necesitar cuando antes. También aprovecho estas ocasiones para pasarme por la zona, con la esperanza de encontrar a Kendrick perdido en alguna calle o fábrica, pero en eso no he tenido tanta suerte ninguna de las veces.

Recorro las calles de un distrito que hasta hace unos meses prácticamente desconocía, si lo comparo con el 11 y el 12. Voy con una capucha que me tapa la cara todo lo posible, pero para prevenir más, camino todo el rato con la vista hacia el suelo, intentando esconder mi identidad todo lo que pueda. Lo cierto es que siempre supe el riesgo que corríamos, pero nunca pensé que nuestros rostros acabarían empapelando las calles de todo el país... En fin, al menos la identidad que han utilizado con Kendrick es la de Duane, pero es obvio que lo han hecho por su propio interés.

Caminar con la cabeza agachada parece funcionar aunque tenga que ir con todos los sentidos alerta para no acabar comiéndome una farola por no ir vigilando bien. Y todo parece ir a la perfección... hasta que me choco de lleno contra un chico. Por si fuera poco, el golpe provoca que la capucha se me caiga un poco hacia atrás, y aunque consigo colocarla rápidamente, me reconoce. Y lo que es peor: dice mi nombre bien alto. Al menos tengo algo de suerte y parece no haber nadie alerta por aquí; de lo contrario, ya estaría rodeada de curiosos y de gente asustada llamando a las autoridades. — Te confundes de persona. Tengo un rostro bastante común y lleva a equivocaciones. — Lo cual no es cierto, especialmente si tenemos en cuenta que por mi sangre corre la de una semi-veela, pero había que intentarlo.

Amber Pearson permanece tranquila y no reacciona a mis risas lo cual me sorprende pues ¿Acaso no me conoce? Supongo que ver mis películas y series se le complica a los revolucionarios, debe ocupar su tiempo buscando comida y luchando con los aurores ¿No? ¡Quizás podría escribir un guión sobre ella! Y así producir mi propia película. Me siento preparado para actuar del sexo opuesto y el entrenamiento lo tengo gracias a esa película de los cazadores que hice ya hace unos cuántos años.

- Mmm, no, eres tú, estoy bastante seguro - respondo señalando uno de los carteles y entonces comprendo el por qué de su negativa. No está en los postes por ser una guerrera badass, está porque es una enemiga del gobierno y hay un precio por su cabeza así que cualquier ciuadano con un poquito de lealtad o necesidad de dinero podría entregarla - No te preocupes, no te reportaré ni nada, no soy estúpido - me apresuro a agregar con las manos en alto - Me asesinarías de intentarlo y quiero vivir lo suficiente para filmar otras 30 películas - bromeo pues quizás es la pista que necesita para reconocerme. Anda que mi disfraz es bueno pero tampoco para tanto.

Espero unos segundos más pero nada, me duele un poco en el orgullo. Quizás pueda intentar jugar la carta de "Fingir ser un chico normal con una chica para vivir la vida como es en realidad" pero si bien es muy hermosa mi instinto me sigue diciendo que me matará de querer acercarme un solo centímetro... lo cual la hace más extraordinaria - Soy Jerek Grimm... ¿El sanador Stark? ¿Mel Harrington? ¿Ronald? ¡Este año hice de Noah en el diario de Riddle! - exclamo ya quedándome sin opciones, esos son mis papeles más conocidos - ¿No tienen tele en el norte?